Panorama de la Literatura Española del Siglo XVI: Lírica, Mística y Cervantes

Lírica Castellana: Primera Mitad del Siglo XVI

Las dos tendencias líricas que se desarrollaron en el siglo XV siguen vigentes, pero la que mejor expresará el espíritu del Renacimiento será la que trata el sentimiento amoroso desde un punto de vista espiritual, inspirada en el poeta Petrarca. El poeta más representativo de este tipo de lírica en la lengua castellana es Garcilaso de la Vega.

Garcilaso de la Vega

Las dos tendencias líricas que se desarrollaron en el siglo XV siguen vigentes, pero la que mejor expresará el espíritu del Renacimiento será la que trata el sentimiento amoroso desde un punto de vista espiritual, inspirada en el poeta Petrarca. El poeta más representativo de este tipo de lírica en la lengua castellana es Garcilaso.

Égloga I

Se trata de una de las composiciones más bellas de Garcilaso. En ella se expresa la complejidad del sentimiento amoroso en medio de una naturaleza idealizada que sirve a la vez de escenario y de confidente. Este extenso poema está compuesto por 30 estrofas de origen italiano, llamadas estancias.

En esta égloga, el poeta Garcilaso se desdobla en dos pastores, Salicio y Nemoroso, para hablar de su amor por Isabel Freyre, que, a su vez, también está representada por dos pastoras: Galatea y Elisa.

Segunda Mitad del Siglo XVI: Contexto Histórico y Religioso

Durante el reinado de Felipe II, la relación política de España, cuya religión oficial era el catolicismo, con los países europeos, en los que se extendió la Reforma Religiosa, se volvió muy tensa y la religión se convirtió en un motivo de confrontación bélica. En España se inició la Contrarreforma, que fue un movimiento religioso a lo largo del cual se intensificó la defensa del catolicismo y se persiguieron las conductas sospechosas.

Fray Luis de León

Este fraile agustino fue un gran humanista, dio clases en la Universidad de Salamanca y reunió en sus obras aspectos relacionados con la cultura grecolatina y con su formación religiosa. Fray Luis escribió obras en prosa y en verso, en las cuales destacó su dominio de la lira, estrofa de origen italiano antes empleada por Garcilaso de la Vega.

Tal vez porque Fray Luis llevó una vida pública, intensa y llena de rivalidades y enfrentamientos, los temas mejor tratados en sus obras son los relacionados con el deseo de la paz espiritual y de armonía con el universo por Dios. Unas veces, Fray Luis ve realizado su deseo a través de la audición de la música de su amigo Salinas y otras veces lo consigue mediante la contemplación de la naturaleza.

San Juan de la Cruz

Es, junto a Santa Teresa de Jesús, el mejor representante de la poesía mística en lengua castellana. Dentro de la literatura religiosa, la mística expresa la experiencia espiritual de sentirse unido a Dios.

Para explicar el proceso que el alma sigue hasta unirse a Dios, San Juan emplea expresiones y símbolos propios del lenguaje amoroso; en el poema de Noche Oscura del Alma, el alma es una muchacha que durante la noche sale a encontrarse con su Amado (Dios).

Ascética y Mística

La ascética trata de perfeccionar a las personas incitándolas al cumplimiento estricto de las obligaciones cristianas e instruyéndolas en ello. Escritores importantes son Fray Luis de León (1504-1588), San Juan de Ávila (1500-1569) y Fray Juan de los Ángeles (1536-1609).

La mística trata de expresar los prodigios que algunos privilegiados experimentan en su propia alma al entrar en comunicación con Dios. La forma de expresión más cultivada es el verso, cuyo más grande representante es San Juan de la Cruz, mientras que Santa Teresa de Jesús es la más importante prosista.

Miguel de Cervantes Saavedra

Nace en 1547 en Alcalá de Henares, hijo de Rodrigo de Cervantes y Leonor de Cortinas. Nace en la época de mayor esplendor político, cuando el emperador domina Europa y tiene en sus manos el florecimiento de los dominios de ultramar; su mocedad vive este momento e incluso asiste personalmente al hito de Lepanto; su madurez contempla la decadencia y es protagonista humilde, como recaudador de impuestos, del símbolo del deterioro: la Armada Invencible.

Cervantes se afanó en ser poeta, aunque llegó a dudar de su capacidad, como él mismo dijo antes de su muerte en Viaje del Parnaso. Dadas sus penurias económicas, el teatro fue la gran vocación de Cervantes. Escribe que cuando era mozo «se le iban los ojos» tras el carro de los comediantes y que asistió a las austeras representaciones de Lope de Rueda. Sin embargo, su éxito, que lo tuvo, pues sus obras se representaron «sin ofrenda de pepinos», como dice en el prólogo a sus Ocho Comedias y Ocho Entremeses Nunca Representados, fue efímero ante el exitazo de la nueva fórmula dramática de Lope de Vega, más audaz y moderna que la suya, que hizo a los empresarios desestimar las comedias cervantinas y preferir las de su rival. El teatro de Cervantes poseía un fin moral, incluía personajes alegóricos y procuraba someterse a las tres unidades aristotélicas de acción, tiempo y lugar, mientras que el de Lope rompía con esas unidades y era moralmente más desvergonzado y desenvuelto, así como mejor y más variadamente versificado. Cervantes nunca pudo sobrellevar este fracaso y se mostró disgustado con el nuevo teatro lopesco en la primera parte del Quijote.

Don Quijote de la Mancha

Una novela escrita por el español Miguel de Cervantes Saavedra. Publicada su primera parte con el título de El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha a comienzos de 1605, es una de las obras más destacadas de la literatura española y la literatura universal, y una de las más traducidas. En 1615 aparecería la segunda parte del Quijote de Cervantes con el título de El Ingenioso Caballero Don Quijote de la Mancha.

Don Quijote fue la primera obra genuinamente desmitificadora de la tradición caballeresca y cortés, por el tratamiento burlesco que da a la misma. Representa la primera obra literaria que se puede clasificar como novela moderna y también la primera novela polifónica, y como tal, ejerció un influjo abrumador en toda la narrativa europea posterior.

En 2002, y a petición del Norwegian Book Club, se realizó una lista con las mejores obras literarias de la historia con las votaciones de 100 grandes escritores de 54 nacionalidades distintas, apareciendo las obras en estricto orden alfabético, para que no prevaleciese ninguna obra sobre otra, con la única excepción de Don Quixote, que encabezó la lista siendo citada como «el mejor trabajo literario jamás escrito». Es el libro más editado y traducido de la Historia, solo superado por La Biblia.

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