La Novela Española en las Tres Décadas Posteriores a la Guerra Civil
La Guerra Civil dejó una profunda huella en la literatura, obligando al exilio a muchos novelistas.
Los años 40: Novela Existencial y Tremendismo
La novela española se inicia en esta década con la publicación de La familia de Pascual Duarte de Camilo José Cela, que inaugura una nueva corriente, el tremendismo, con tendencia al humor negro de una realidad triste y desolada.
Las dos tendencias de esta década son la novela existencial y la novela tremendista. La primera refleja una realidad asfixiante, en la que se impone la sensación de fracaso. No hay crítica política ni social. La novela tremendista es una manifestación extrema de la novela existencial, en la que se acentúan la atrocidad y la violencia con frecuentes episodios brutales y truculentos.
Los años 50: El Realismo Social
Los novelistas abandonan la visión existencial y recogen las preocupaciones sociales de la posguerra. Esta corriente de realismo social, que dominó durante los años 50 y parte de los 60 en su doble vertiente de realismo objetivo y realismo crítico, se caracteriza por:
- El novelista del realismo objetivo sigue la teoría conductista, según la cual la literatura solo debe recoger las acciones y palabras de los personajes.
- El realismo crítico pretende denunciar las injusticias sociales.
Los años 60: Abandono del Realismo y Experimentación
En los años sesenta se produce el abandono del realismo dominante, teniendo en cuenta las aportaciones de novelistas extranjeros. Esta nueva tendencia se asienta sobre tres principios:
- El arte no debe supeditarse a la política.
- El realismo social anterior no es adecuado para reflejar el mundo.
- Es necesario conferir un rango artístico a la prosa narrativa.
Camilo José Cela
Aunque su obra es muy variada, se pueden apreciar temas comunes: la Guerra Civil y sus consecuencias de miedo y miseria física y moral; y la sociedad española en su conjunto. Toda su obra narrativa refleja un profundo pesimismo. Su actitud es la de un espectador distanciado y burlón, con un humor negro, amargo, desgarrado y cruel. En general, ofrece una visión deformadora del mundo, cercana al esperpento de Valle-Inclán.
Su estilo se caracteriza por la riqueza expresiva, patente en la descripción de tipos y ambientes. También se distingue por su afán de experimentar nuevas técnicas narrativas.
En su trayectoria narrativa se aprecian varias etapas:
Primera etapa (años 40)
Está marcada por el reflejo existencial de la vida española de posguerra. A ella corresponde La familia de Pascual Duarte.
Segunda etapa (años 50)
Introduce el realismo social y la renovación formal con La colmena (1951), considerada la obra maestra de Cela. Lo más destacado de la obra es su falta de argumento. El autor ofrece un panorama colectivo de la vida del Madrid de la inmediata posguerra, en un ambiente de pobreza en el que un gran número de personajes intentan sobrevivir.
Tercera etapa (desde los años 60)
En ella se deja influir por la corriente experimental. A esta época pertenecen novelas como San Camilo 1936, en la que refleja de manera grotesca los primeros días de la Guerra Civil en Madrid.
Miguel Delibes
Toda su obra narrativa tiene un tono ético y humanista, comprometida siempre con la dignidad del ser humano, que combina con el amor a la naturaleza y el rechazo a la deshumanización. Su estilo se mantiene siempre dentro de la sencillez, lo que no ha impedido que, a lo largo de su extensa obra, haya ido experimentando nuevas técnicas narrativas.
Critica duramente la pequeña burguesía de provincias en Cinco horas con Mario. Esta última se considera la mejor novela de Delibes.
En su narrativa, Delibes nos muestra de modo magistral ambientes y personajes. En toda su obra sabe captar de forma extraordinaria el lenguaje coloquial y el habla rural.
Luis Martín Santos
Poseía una gran cultura humanística y científica. Conocía las corrientes filosóficas modernas y las innovaciones narrativas de los grandes renovadores europeos. Su formación le llevó a replantearse el papel de la novela española de los años cincuenta y a apostar por una renovación del género que incluía la experimentación lingüística y estructural de las obras.
Tiempo de silencio es considerada la novela que inicia la novela experimental en España. Lo original es el tratamiento que el novelista hace de la historia.
El estilo de Tiempo de silencio se aleja totalmente del realismo de la época. Es una obra intelectual y difícil, tanto por las alusiones culturales como por el lenguaje. Mantiene la crítica social pero al mismo tiempo añade la crítica cultural, con una perspectiva de ironía y sarcasmo que deja fuera de toda duda el disgusto del autor ante su entorno. La obra refleja también un tono existencial, ya que muestra la vida del ser humano como algo incomprensible.
Tiempo de silencio significa el final del realismo social e inicia una novela ambiciosa formalmente y una concepción diferente de la literatura.