Panorama del Teatro Español en el Primer Tercio del Siglo XX: Corrientes y Dramaturgos Esenciales

Introducción al Teatro Español del Primer Tercio del Siglo XX

El desarrollo del teatro español durante el primer tercio del siglo XX presenta una clara dicotomía: un teatro que triunfa porque goza del favor del público burgués y de unos empresarios atentos a sus gustos, y los intentos de renovación que se estrellan contra las barreras comerciales.

Corrientes Teatrales y Autores Relevantes

La Comedia Burguesa

La comedia burguesa triunfa con Jacinto Benavente y sus seguidores. En algunas ocasiones, hay algo de crítica social. La primera obra de Benavente, El nido ajeno, fue un fracaso, ya que condenaba la situación opresiva de la mujer casada en la sociedad burguesa. En sus siguientes obras, se ciñó a los gustos del público, con la excepción de Los intereses creados (1907), su obra maestra, que encierra una cínica visión de los ideales burgueses. También compuso un drama rural, La malquerida (1913). Destacaban su habilidad escénica y la fluidez de sus diálogos. Entre sus seguidores, destacan Linares Rivas, Martínez Sierra, Luca de Tena, entre otros.

El Teatro Poético y Cómico

El Teatro Poético

El teatro poético combina elementos postrománticos con rasgos modernistas, todo ello asociado a una ideología tradicionalista. Entre sus cultivadores, cabe citar a Francisco Villaespesa, Eduardo Marquina y los hermanos Machado.

El Teatro Cómico

Fueron dos los géneros que alcanzaron éxito de público. Los intentos renovadores estaban destinados al fracaso.

La Generación del 98 y la Segunda Generación

Dramaturgos de la Generación del 98

Dentro de la Generación del 98, debemos mencionar a Miguel de Unamuno, quien compuso dramas de ideas para presentar los conflictos humanos que le obsesionaban. Jacinto Grau, por su parte, despertó gran interés en Europa, aunque fracasó en España; su obra maestra es El señor de Pigmalión.

Autores de la Segunda Generación del Siglo

Dentro de la segunda generación del siglo, podemos mencionar a Ramón Gómez de la Serna y su obra Los medios seres (1929).

El Teatro de la Generación del 27

El teatro de la Generación del 27 se caracteriza por una depuración del teatro poético, la incorporación de formas de vanguardia y el propósito de acercar el teatro al pueblo. Algunos de sus exponentes y obras son:

  • Pedro Salinas: El dictador
  • Rafael Alberti: El hombre deshabitado, El Adefesio
  • Miguel Hernández: El labrador de más aire
  • Alejandro Casona: Se dio a conocer con La sirena varada y tuvo un gran éxito.
  • Max Aub: Importante dramaturgo, que compuso comedias de vanguardia.

Grandes Figuras de la Dramaturgia Española

Ramón María del Valle-Inclán y el Esperpento

Ramón María del Valle-Inclán es uno de los autores más destacados de nuestra literatura. Ideológicamente, evolucionó desde una postura tradicionalista (Carlismo) a posturas más críticas y comprometidas con su tiempo.

Su obra recorre con acierto poesía, novela (como Tirano Banderas) y, sobre todo, teatro, género en el que alcanza sus mayores logros, entre los que se encuentran: La marquesa Rosalinda, Comedias Bárbaras, Martes de carnaval, Luces de bohemia, entre otras.

Valle-Inclán inició su trayectoria literaria en el Modernismo. De hecho, sus cuatro Sonatas (1902-1905) recogen las memorias del marqués de Bradomín.

Etapas de la Obra de Valle-Inclán

  • Segunda etapa: El Primitivismo (1907-1909): Comienza con las Comedias Bárbaras, obras míticas donde aparecen extraños personajes tiránicos, violentos o tarados. Se trata de un «canto» a un mundo en descomposición.
  • Tercera etapa: El Distanciamiento Artificioso (1910-1920): Valle escribe obras teatrales, en su mayor parte en verso. Se trata de experimentos dramáticos donde el autor crea un mundo artificioso, muy literario y estilizado. Su intención es llegar a una “superación del dolor y de la risa” y mostrar lo absurdo, el “sentido trágico” y su disconformidad con la vida española de su tiempo.

Luces de bohemia se basa en la distorsión de la realidad y en la parodia de los modelos clásicos. Max Estrella, ciego como Homero, emprende una particular odisea en los espacios más sórdidos de una nación sumida en la miseria física y moral.

Federico García Lorca y la Restauración de la Tragedia

La vocación dramática del poeta granadino Federico García Lorca (1898-1936) fue temprana y orientada hacia el teatro poético-modernista. Sin embargo, al regresar de Nueva York (1931), el autor manifestó su intención de emprender una profunda renovación teatral en España.

Su producción dramática se orienta hacia el subgénero de la tragedia rural, caracterizada por los siguientes rasgos:

  • Búsqueda del espectáculo total: Se combinan verso y prosa.
  • Acercamiento a un receptor popular: Lorca dirigió durante los años de la República el grupo teatral universitario La Barraca.
  • Protagonistas femeninas: A las que se impide desarrollar sus sentimientos como el amor (Bodas de sangre) o la maternidad (Yerma).
  • Lenguaje sencillo y directo: Dotado de incomparable aliento poético, que se manifiesta a través de diálogos cuajados de imágenes, símbolos y metáforas de extraordinaria plasticidad.

Lo verdaderamente perdurable de la dramaturgia lorquiana se encuentra en dos tragedias y dos dramas escritos en los últimos años de su vida, que nos hacen pensar cuán lejos hubiera podido llegar su carrera dramática de no acabar tan temprana y trágicamente su vida. En estos títulos —Bodas de sangre, Yerma, Doña Rosita la soltera—, el autor muestra una preocupación social, manifestada a través de elementos como los siguientes:

  • Protagonismo femenino
  • Ambiente social opresivo
  • Dialéctica libertad / poder
  • Desenlace trágico

De todos estos títulos, La casa de Bernarda Alba, acabada en junio de 1936, poco antes de su muerte, es la que mejor refleja las enormes posibilidades del teatro de Lorca.

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