El Renacimiento es el nombre dado en el siglo XIX a un amplio movimiento cultural que se produjo en Europa Occidental durante los siglos XV y XVI. Fue un período de transición entre la Edad Media y los inicios de la Edad Moderna.
Aunque se debate el inicio exacto del Renacimiento, se suele considerar la caída de Constantinopla en 1453 como la fecha de inicio de esta época. Nuevos esquemas sociales y políticos fueron dejando atrás el mundo feudal y la economía agrícola, dando paso a la economía mercantil y a nuevos ordenamientos sociales.
Características Clave del Renacimiento
Durante este período, se observa un renovado interés e inclinación por:
- El mundo grecolatino, su estética y sus temas.
- La vida secular.
- La importancia de los artistas para la sociedad.
- El optimismo.
- Vivir el presente y gozar de la vida (carpe diem).
- La ética y nuevos valores sociales.
- La curiosidad científica.
- La vida sencilla (beatus ille).
- La confianza en la razón por encima de la fe.
- El antropocentrismo en contraste al teocentrismo de la Edad Media.
El Arte Renacentista: Maestros y Patrocinio
El renovado interés por la naturaleza y su observación se trasladó a la pintura y la escultura. Maestros como Leonardo da Vinci, Miguel Ángel y Rafael fueron líderes en la creación artística de este período. Luego de muchos siglos en los que la Iglesia católica era quien encargaba las obras de arte y patrocinaba a los artistas, ahora la creciente burguesía, más pudiente, también se encargó de comisionar piezas y de proporcionar dinero a escultores y pintores. Aun así, muchas de las piezas seguían teniendo temáticas religiosas, pero dado que los encargos también venían de particulares, hay muchas escenas de la vida cotidiana, retratos familiares y temas domésticos.
De suma importancia fue el patrocinio de los Médici, una rica familia de mercaderes de Florencia, quienes patrocinaron a muchos de los más grandes nombres del arte renacentista.
También la literatura y la filosofía tuvieron un florecimiento sin precedentes.
La Prosa en el Renacimiento: Innovación Literaria
Durante esta etapa abundaron varios subgéneros narrativos, como la novela pastoril, la novela bizantina, la novela morisca y el libro de caballerías. Este último género fue parodiado por Miguel de Cervantes Saavedra cuando escribió su obra maestra Don Quijote de la Mancha (1605 y 1615), la primera novela moderna y un claro ejemplo del Humanismo renacentista, pero con rasgos barrocos. De este período, también destaca Lazarillo de Tormes, la primera novela picaresca.
William Shakespeare, John Milton, Tomás Moro y Nicolás Maquiavelo son otros de los grandes nombres que produjeron obras maestras durante esta época.
Costumbres y Vida Cotidiana en el Renacimiento
Los ciudadanos acaudalados de Florencia y de otras ciudades italianas y europeas se interesaron por el estilo de vida de la antigüedad. Esto los condujo a establecer diversas costumbres.
1. Modales y Etiqueta
La sociedad desaprobaba las muestras excesivas de afecto en público. Se utilizaban gestos muy específicos para saludarse.
Algunas de estas formas de cortesía incluían un apretón de mano derecha y una palmada en el hombro para los caballeros, e inclinarse frente a las damas como reverencia.
Entre las mujeres, el saludo consistía en un gesto de beso dirigido a cada mejilla, sin llegar a tener contacto con la piel.
2. Indumentaria Renacentista
Como se observa en el arte, surgió un renovado interés por la anatomía humana, que también se reflejó en la indumentaria.
El objetivo de los renacentistas al vestir (en el caso de los hombres) era resaltar la masculinidad. Para lograrlo, empleaban mangas anchas en casi todos sus tipos de trajes, dando una apariencia musculosa a su portador.
Las mujeres llevaban vestidos marcados a la cintura y escotes que realzaban el busto. Acostumbraban a perfilar sus cejas, utilizaban diversos tocados, peinados e incluso se teñían el cabello.
3. Tradiciones Matrimoniales
Los matrimonios eran elegidos o autorizados por los padres de los contrayentes. La tradición dictaba que se escogiera a la pareja entre miembros de la misma comunidad o clase social.
La autoridad en el hogar recaía en la figura masculina. La mujer debía encargarse de las labores del hogar y siempre bajo sumisión. Se consideraba que había cumplido su misión en la vida si lograba dar a luz a un hijo varón.
No era común ni bien visto que un hombre permaneciera soltero. Aun si enviudaba, debía luego escoger otra mujer para contraer nupcias.
4. Las Viviendas Renacentistas
En ciudades como Florencia, se vivía en casas de dos o tres niveles, ubicadas en calles estrechas.
La vivienda representaba el valor social de sus ocupantes, lo que los impulsaba a hacerlas cada vez más grandes y mejores, y a conservarlas por generaciones.
La constante en estas viviendas era la presencia de un patio central que permitía la iluminación y servía de espacio para la celebración de fiestas.
En cuanto a la limpieza, los desechos orgánicos se lanzaban por las ventanas hacia las calles, aunque siempre se anunciaba la acción previamente, en un gesto de cortesía.
5. El Estudio de los Clásicos
En el Renacimiento, la instrucción en el conocimiento de la vida clásica se volvió primordial tanto para las familias adineradas como para los individuos de estratos bajos.
Los primeros comenzaron a adquirir libros en latín, hacían reuniones para discutir los ideales de Platón y estudiaban griego. Llegaron incluso a considerar en algunos círculos intelectuales que ya no debía hablarse toscano.
Para los segundos, el estudio del mundo clásico servía como plataforma para ascender socialmente, ya que así podían ser empleados por los grandes señores para trabajar en diversas áreas, sobre todo las vinculadas a las artes.