Valores de la obra la casa de Bernarda Alba

  1. Realidad y Poesía en La casa de Bernarda Alba

La casa de Bernarda Alba es un drama andaluz altamente poético, aunque no es una obra Escrita en verso. El problema del Realismo ha sido complicado por un comentario Que hizo Lorca «¡Ni una gota de poesía!
¡Realidad!¡Realismo!».

Parece ser que Lorca se inspiró en una situación real, la de una familia de Valderrubio. Esa Familia giraba en torno a Francisca de Alba, mujer autoritaria que se había Casado dos veces y que tuvo un total de ocho hijos. Pepe el de Roma se casó con Una de las Alba y al morir ésta de parto se casó con una hermana menor de su Mujer.

Los hechos reales Le sirven a Lorca como punto de arranque para desarrollar un mundo simbólico Interior poético. En el primer acto, por ejemplo, se nos indica por medio de la Acotación que la Poncia sale comiendo chorizo y pan, o el simple hecho de que Amelía repare en los cordones llevas desabrochados los cordones de un zapato. Al comienzo del segundo acto las hijas de Bernarda están sentadas en sillas Bajas cosiendo, y ya en el tercero, la familia está cenando y el silencio se Interrumpe por el ruido de platos y cubiertos. A lo largo de la obra se observa Como el Realismo va perdiendo importancia a favor de la poesía.

Excepto en dos Ocasiones, la canción de los segadores y la nana de Mª Josefa, en la obra no se Emplea el verso. Sin embargo, para que el drama sea poético estos no hacen Falta. No cabe duda de que a los personajes se les ven los huesos y la sangre (Mi sangre ya no es la tuya), y que cada una de ellas habla poéticamente, Aunque no sea en verso (Tiene unos dedos como cinco ganzúas).

En la obra se Conjugan estas dos esencias, realidad y poesía, dando lugar al lenguaje Realista, que es aquel en el que las palabras no significan más que lo que Dicen y al lenguaje poético, el cual tendrá dobles valores, alusiones a otra Cosas, dobles sentidos y múltiples significados. El primero de ellos nos Muestra la realidad por medio de un lenguaje natural y cotidiano en el que Sobresalen rasgos coloquiales como los insultos (¡Mandona!), las maldiciones y Las amenazas (le estaré escupiendo un año entero), que siempre se producen en Ausencia del personaje aludido; algunos vulgarismos (dominanta) en boca de la Poncia y de la Criada como reflejo de su baja condición social; o el uso de Refranes y dichos populares (pan y uvas por toda herencia).

En el lenguaje Poético se puede ver cómo las palabras se convierten en símbolos como el Caballo que simboliza la pasión sexual y el deseo amoroso (caballo garañón). De Carácter similar son las flores, que significan amor y pasión (ataviada con Flores en la cabeza y en el pecho). La oveja que aparece también asociada a Mª Josefa se identifica con la fertilidad y la maternidad (Ovejita, niño mío). En El caso del agua toma varios sentidos por un lado la vida y la libertad (Quiero Ir a casarme a la orilla del mar), y por otro lado la muerte (Nos hundiremos Todas en un mar de luto). El símbolo de autoridad es el bastón que porta Bernarda (la vara de la dominadora) y en contraposición a este el vestido verde De Adela (Mañana me pondré mi vestido verde). En último lugar cabe la Referencia a los colores con especial hincapié en el contraste que se produce Entre el blanco y el negro, las paredes son blancas (Habitación blanquísima), Pero pierden intensidad según avanza la obra (Habitación blanca). Los trajes y Abanicos de luto son negros (Dame uno negro). Las enaguas de cuando Adela se encuentra En el corral con Pepe son blancas.

Además sobre salen Figuras literarias como las comparaciones (Cae el sol como plomo), las Metáforas, para identificar la casa con toda clase de lugares inhóspitos y Símbolos de encierro (sala oscura, convento, presidio), las hipérboles a veces Mezcladas con metáforas (hay una tormenta en cada cuarto) y los paralelismos Semánticos que consisten en repetir una idea en varios lugares distintos, por Ejemplo con la Poncia que advierte en varias ocasiones del desenlace trágico de La obra (en estas cuestiones se olvidará hasta la sangre).

Y la conclusión Más obvia que puede hacerse al respecto es que en La casa de Bernarda Alba, la Blancura, la pulcritud, la limpieza y el honor prescritos por las convenciones Sociales son en realidad máscaras, antifaces engañosos cuyo fin es ocultar la Realidad instintiva del deseo sexual y las consecuencias de su flujo liberado. El sexo aparece como algo sucio e indigno que solamente acarrea desgracias y Deshonor para quienes lo practican desvergonzadamente, sin que les importe el Qué dirán o las reglas tácitas de una sociedad anclada en el pasado. Así lo Demuestra la relación grotesca establecida entre un encuentro sexual y el crimen De un niño en el episodio trágico de la hija de la Librada, cuyo dramatismo conmovedor Imprime aún más intensidad al segundo acto.


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