El Legado de Antonio Machado en la Poesía Española Contemporánea

…estrictamente poéticos, como de su manera de interpretar la realidad y de integrarla en su obra”. **José Manuel Caballero Bonald**, sobre la poesía, dice: “viene medida por el intercambiable rasero cotidiano, donde lo íntimo de cada uno puede identificarse, desde la profundidad de la conciencia, con el “tú esencial” del que hablaba Machado”. **José Ángel Valente** trató de denunciar al “Machado convertido en pancarta y propaganda” para defender que “Machado, un gran poeta, está en la línea meditativa de Quevedo y Manrique”. **Jaime Gil de Biedma** mostró coincidencias de actitud con Machado, del mismo modo que no es infrecuente la mirada hacia Machado de **Francisco Brines, Claudio Rodríguez y José Agustín Goytisolo**.

La fecha de 1966 puede señalarse como el principio definido de otra reacción, esta vez en un sentido que habrá de calificarse de **antimachadiano**. Hacia entonces se pone en pie una nueva promoción de poetas, los cuales tienen un propósito de **rompimiento abrupto** frente a la tradición ético-realista del ayer inmediato. Tal tradición venía a ser percibida ahora como inoperante para aquello en que se centraba el mayor interés de estos jóvenes: la extremada **concienciación lingüística** de la escritura poética, apetencia de un **lenguaje innovador y creativo**. Machado para ellos era un obstáculo debido a la prioridad que daba a las preocupaciones morales y humanas, por su obstinada defensa del **habla natural del verso (sencillismo)** y por sus modos poéticos externos. Por todo lo dicho, en 1966 el cese de la total vigencia machadiana comenzó a apuntarse.

Durante las décadas de los 80 y 90, los poetas españoles jóvenes volverán la mirada hacia la obra de Machado, de manera que el cese de esa vigencia resultó muy limitado en el tiempo. Es el caso de **Andrés Trapiello**, cuya afiliación machadiana es indiscutible y constante en su obra, que es en buena parte un inmenso conjunto de paisajes naturales recreados subjetivamente por la memoria y el sueño. Autores de la generación de finales del siglo XX y principios del XXI tocados por la obra de Machado son: **José Mateos, Luis García y Luis García Montero**.

**García Montero** late un profundo deseo por conquistar la **otredad amorosa**, esta se concibe como el origen y fin último de la realización personal. Para él, la poesía ha de expresarse de manera que el lector se sienta identificado con esta vivencia y pueda realizarla luego en su vida. García Montero también se acerca a Machado por su aguda **conciencia de la temporalidad**, del vivir en el tiempo y gracias al tiempo. Machado consigue moldear el lenguaje para que surja de él la naturaleza y la vida misma. En resumen, Machado significa la **hondura** en el enfoque de graves problemas humanos, una **identificación inigualada** de un poeta con una tierra, un ejemplo de **fidelidad a sí mismo y a su pueblo**.

Focos de Influencia de Machado

En 1969, la **UNESCO** declara a **Antonio Machado** “**poeta de los valores universales**”. Y reconoce en él el “**valor universal de su obra**”, ya que “continúa siendo hoy una fuente de inspiración para las nuevas generaciones”. Después de la Guerra Civil española, algunos poetas, como **Blas de Otero**, vuelven hacia Machado y lo convierten en el más alto ejemplo de poesía y humanidad. El autor de “Campos de Castilla” ha sido visto como el poeta que abre caminos a la altura de las circunstancias. En resumen: **poesía del tiempo existencial** y del **tiempo histórico**, dos de las líneas más resaltadas en la lírica española desde la posguerra hasta el presente, a pesar de las matizaciones que en cada momento deban añadirse. Debe insistirse en estos puntos para comprobar cómo la honda afinidad que ligaría a Machado con esos poetas posteriores ya estaba en él avizoramente prevista o, mejor, presentida. Antonio Machado no es solo el **crítico anunciador** en verso y en prosa, sino que fue también el febril **explorador de las misteriosas galerías del alma**, y el grave **meditador de la universal realidad temporal**, siempre agredida por la terca asechanza de la nada.

El periodo que va desde los años que preparan al de 1939 (año en el que los historiadores de la poesía reconocen el surgimiento de una nueva generación, que no obstante se manifestará con toda su madurez y todos sus integrantes a partir de 1939, con el fin de la contienda civil) hasta el siglo XXI. Sin olvidar a **Antonio Machado**, se propondrá el reconocimiento y la exaltación de Antonio Machado, el **poeta del tiempo y de la existencia**, y el poeta en cuya doctrina estuvo siempre desterrada cualquier forma de **virtuosismo verbal** que impidiera la plasmación **cálida de la vida**.

En cuanto a la poesía escrita en España por los miembros de esta **primera generación de posguerra**, cabe destacar a **Leopoldo Panero** y **Luis Rosales**. También a **José Hierro, Gabriel Celaya y Blas de Otero** (la amistad que tuvo con Machado hizo que sean muchos los poemas que tiene sobre, con y hacia él). En los años de auge de la **tendencia social**, los poetas de la “**segunda generación de posguerra**” vinieron a restituir y sostener la correcta creencia de que el acto poético es, ante todo, un proceso de **exploración y conocimiento en hondura de la realidad**, y que lo demás se da como añadidura fatal en el poeta auténtico. También denunciaron la motivación social convertida en tendencia. La visión que tenía Machado fue ensanchándose notablemente y rescataron de él de nuevo aquellos olvidados aspectos de su obra. Se redescubrió al **Machado integral**.

Algunos autores que mostraron afinidad con Machado son: **Ángel González**, quien reflexiona sobre la capital influencia del poeta sevillano en su obra y afirma: “Esta capital influencia deriva tanto de su forma de abordar los problemas..»

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