Contexto Histórico y Literario de «Los Asesinos» de Ernest Hemingway
«Los asesinos» de Ernest Hemingway fue escrito en 1927. Es un dato no menor que, a partir de aproximadamente 1920, se aprobó la Ley Seca en Estados Unidos, prohibiendo la venta, compra y producción de alcohol. Durante esos años, la mafia alcanzó un poder ilimitado, proveyendo alcohol ilegalmente a la población. Su control del mercado negro les permitía incursionar en otros negocios, como el juego o la prostitución.
La Llegada de los Sicarios: Caracterización y Propósito
El autor relata los hechos cronológicamente. En primer lugar, se narra la llegada de los sicarios, quienes entran armados, esperando al boxeador sueco, Ole Anderson, quien parece ser cliente frecuente del bar. Ellos mismos confiesan su propósito: «Vamos a matar a un sueco. ¿Conocés a un sueco grande que se llame Ole Anderson?«
Los sicarios, aunque provienen de otro lugar (no son del pueblo y es su primera vez allí), no ocultan su razón y dan a entender que fueron contratados para matar a Ole Anderson sin siquiera conocerlo, explicando que era un favor: «Lo hacemos por un amigo. Es un favor que le hacemos a un amigo, pibe listo.» Además, expresan que ni siquiera conocen a este hombre. Cuando les preguntan qué les hizo para que lo quieran matar, ellos responden: «Nunca tuvo la oportunidad de hacernos algo. Jamás nos vio. Y nos va a ver una sola vez.«
Actitud y Apariencia de los Asesinos
Asimismo, poseen una presencia prepotente y autoritaria, con un sentimiento de superioridad sobre los demás. Incluso son capaces de dar órdenes dentro del bar: «Ey, pibe listo, andá con tu amigo al otro lado del mostrador.» Además, son seguros de sí mismos, comportándose con tranquilidad, sin nervios, ya que hacen chistes como: «Este pueblo está lleno de pibes listos«, lo que da a entender que son expertos en lo que hacen y brindan la sensación de que son impunes. Esta actitud calma que poseen se puede asociar a que actúan como si fueran actores.
Su descripción física no es detallada por el autor, pero se menciona una característica que comparten: «aunque de cara no se parecían, vestían como gemelos«. No solo vestían igual, lo que sugiere que ambos tenían el mismo propósito, sino que se afirma que tienen la cara descubierta a pesar de que estaban por cometer un crimen. Sin embargo, el autor los describe con guantes, lo que sugiere que en ese aspecto son más cuidadosos, con el fin de no dejar ningún tipo de huella dactilar.
La Reacción de Ole Anderson y el Papel de Nick Adams
Pero Ole no llega y los asesinos se van. Luego de que los sicarios se han marchado, la historia da un giro hacia Nick Adams, quien se convierte en el personaje principal. Por acuerdo con George, Nick va a la pensión de Ole para advertirle del peligro que corre.
Cuando Nick llega, ve al boxeador de peso pesado acostado en su cama, la cual es descrita como «excesivamente larga» para él. Luego, Nick comienza a contarle a Ole su encuentro con los sicarios y sus intenciones: «Iban a dispararle cuando entrara a cenar.«
Sin embargo, Ole Anderson no reacciona de la manera esperable en la que lo haría una persona tras enterarse de que alguien lo quiere asesinar. Él le dice a Nick: «No hay nada que yo pueda hacer.» Muestra desinterés incluso cuando Nick intenta describirle la apariencia de los asesinos.
Esta reacción del boxeador desconcierta a Nick, quien intenta ayudarlo, preguntando cosas como: «¿No quiere que vaya a la policía?» o «¿No hay nada que yo pueda hacer?» A estas preguntas, Ole le contesta que no, que no hay nada que hacer y que no sería bueno informarle de esto a la policía. Continuando con la conversación, Anderson le informa a Nick que no salió de su casa ese día y que no quiere irse del pueblo: «Estoy harto de andar de un lado para otro.» Esto lo dice después de que Nick le sugiere que abandone el pueblo en el que ambos viven.
Interpretación de la Resignación de Ole Anderson
Es posible notar que Ole Anderson ya sabe de lo que Nick le cuenta y que no es algo nuevo o sorprendente para él. Sabe de qué se trata todo esto; por algo no salió ese día a la calle y no se asustó tras la noticia de que lo quieren matar. Él se entrega, se resigna, lo cual es irónico debido a su profesión: un boxeador de peso pesado.
Se puede asumir que tiene algo que ver con su vida de boxeador, teniendo en cuenta, además, que Andre Anderson, un boxeador de peso pesado, fue asesinado en 1926 por mafiosos de Chicago, presuntamente por perder adrede.
Se puede tratar de un acto bueno o malo que hizo Ole, ya que él expresa: «Me equivoqué«, con voz monótona.
Por último, cuando le van a dar la noticia a Ole, él mismo mira a la pared, lo que simboliza que no hay escape, la imposibilidad de poder hacer algo. Por sus actitudes, deja la impresión de ser una buena persona y que todo es una injusticia. Lo vemos cuando la mujer dice que «es un hombre buenísimo«, y que no se darían cuenta de que es boxeador «solo por su cara«.
