Evolución de la Poesía Española del Siglo XX: Movimientos y Autores Clave

1. Inicios del Siglo XX: Modernismo y Generación del 98

1.1. El Modernismo

El Modernismo es un movimiento histórico, cultural y literario basado en el esteticismo y el inconformismo que se manifestó fundamentalmente en la poesía y en las artes plásticas. Valoró, sobre todo, los aspectos ornamentales y musicales del lenguaje lírico: destacan los contrastes fonéticos y los significados coloristas de las palabras. La estética modernista se basa en la preocupación por la forma y por el refinamiento, en busca de la belleza y de lo sensitivo (a través de la musicalidad, el ritmo…) como claves básicas de la poesía. Utiliza una métrica libre.

Los temas predominantes son:

  • Escapismo: deseo de huir de la realidad y del mundo que les rodea, evadiéndose en el tiempo (épocas pasadas) y en el espacio (lugares apartados y exóticos).
  • Cosmopolitismo: sentimiento de ser ciudadano del mundo, mentalidad abierta ante todo tipo de culturas.
  • Sensualidad y erotismo.

Entre los poetas modernistas destaca Rubén Darío, con obras como Prosas profanas o Cantos de vida y esperanza.

1.2. La Generación del 98

A causa de la crisis que produjo en España la pérdida de las colonias, surgió la Generación del 98, un grupo de escritores que tenían una honda preocupación por la identidad nacional y que plantearon la regeneración de España en sus obras. Por ello, sus temas más recurrentes fueron España, Castilla y sus paisajes, las preocupaciones existenciales y la envidia.

Antonio Machado

Es el máximo exponente de la poesía noventayochista. Su obra poética evoluciona desde un modernismo inicial hacia una poesía comprometida con los ideales del 98. Podríamos dividir su trayectoria en tres periodos:

  • Ciclo de Soledades (etapa modernista): Soledades es una obra modernista, procedente de su admiración por Rubén Darío y los simbolistas franceses. Los temas son los sentimientos universales desde una perspectiva intimista, dentro de un simbolismo que se aprecia en motivos como el agua, las fuentes, el camino… Así, por ejemplo, la tarde simboliza el final de una relación, de la felicidad o de la vida.
  • Ciclo de Campos de Castilla (etapa noventayochista): El tema del paisaje se convertirá en el hondo reflejo de los estados de ánimo del poeta, así como del espíritu de las gentes que lo habitan. A partir del paisaje de Castilla, Machado reflexiona sobre la esencia de España y sobre los males que la acechan: la envidia, la pobreza, el atraso. También hace una distinción entre las dos Españas: una superficial y amiga del folclore y de la fiesta, y otra reflexiva y profunda. Esta última es la que considera suya.
  • Ciclo de Nuevas canciones y últimos poemas: Tras el éxito anterior, publicó Nuevas canciones, una obra continuista sin aportaciones nuevas. Destacan obras como Poesías de guerra, donde muestra su defensa de la causa republicana con poemas como los dedicados a la muerte de Federico García Lorca.

2. Hacia la Vanguardia: Novecentismo y los «Ismos»

2.1. El Novecentismo o Generación del 14

Los principales rasgos del arte nuevo son los siguientes: es un arte puro cuya finalidad es producir placer estético, va dirigido a la inteligencia y es elitista. En esta época, la poesía persigue un ideal de intelectualismo y de autosuficiencia de la obra artística, lo que se conoce como poesía pura. La poesía es el resultado de un proceso de depuración: se elimina de ella toda la carga sentimental, social y política, así como los adornos del modernismo. El mejor representante es Juan Ramón Jiménez.

Juan Ramón Jiménez

Inició su andadura en la estética del modernismo y evolucionó hacia la poesía pura e intelectual, que más tarde abandonaría para dirigirse a un terreno más personal. Juan Ramón entendía la poesía como un medio para alcanzar la belleza, la verdad y el conocimiento absolutos.

Su necesidad de perfección, unida a su carácter hipersensible y egocéntrico, hace que someta sus obras a continuas revisiones y correcciones. Concibió cada una de sus creaciones como algo provisional, como un aporte a su «obra en marcha», en la que cada poema es un impulso que acerca al poema siguiente. Publicó diversas Antologías de sus obras, con lo mejor de su producción hasta ese momento. Dividimos su producción poética en:

  • Primera etapa o poesía sensitiva: Sus primeros libros muestran cierta influencia de Bécquer, que evoluciona hacia un modernismo sonoro. Destacan Arias tristes, La soledad sonora y Poemas mágicos y dolientes.
  • Segunda etapa o poesía intelectual/desnuda: Su poesía se desnuda de sonoridad y busca el conocimiento de la realidad a través de la inteligencia. Destacan Diario de un poeta recién casado y Eternidades.
  • Tercera etapa o poesía suficiente/verdadera: Sus últimos libros toman un cariz metafísico, casi místico. El poeta se identifica con Dios, y este a su vez con la belleza o la propia conciencia creadora. Destacan En el otro costado y Dios deseado y deseante.

2.2. Las Vanguardias

Las vanguardias son los distintos movimientos artísticos, sorprendentes y provocadores, que se extienden por Europa en sucesivas oleadas durante el primer tercio del siglo XX y que proponen concepciones profundamente nuevas del arte y la literatura. También se las conoce como los «ismos».

Las distintas vanguardias comparten algunos rasgos: la voluntad de experimentación y ruptura radical con la tradición, la deshumanización (rechazan el sentimentalismo romántico, el realismo y el concepto del arte útil), su carácter integral y su ritmo vertiginoso (se sucedían rápidamente unas a otras; su propio carácter innovador las hacía efímeras). Las principales vanguardias europeas fueron: el expresionismo, el futurismo, el cubismo, el dadaísmo y el surrealismo.

Las Vanguardias en España

Ramón Gómez de la Serna fue clave en los primeros años. Su revista Prometeo, su tertulia del café Pombo, sus publicaciones y conferencias lo convirtieron en una figura de gran importancia. Su principal creación fueron las greguerías, breves definiciones ingeniosas basadas en comparaciones, metáforas o juegos de palabras; las definió como «metáfora + humor». Un ejemplo: el jabón es el pez más difícil de pescar en la bañera.

Vicente Huidobro fue el catalizador para que surgieran los dos movimientos de vanguardia de origen hispánico: el ultraísmo (conglomerado de los «ismos») y el creacionismo (el poema crea la naturaleza en sus versos, cambiando el significado habitual de las palabras y creando un significado nuevo).

Algunos poetas jóvenes que más tarde integrarían la Generación del 27 se dejarán influir por este movimiento: entre ellos, Pedro Salinas, Rafael Alberti y Gerardo Diego.

3. La Edad de Plata: La Generación del 27

La Generación del 27 es un grupo de escritores, principalmente poetas, surgido en torno a la conmemoración en 1927 del tercer centenario de la muerte de Góngora. Todos ellos se guiaron por un afán renovador, mantuvieron contacto e incluso generaron estrechos lazos de amistad entre sí (también se les ha llamado «la generación de la amistad»: edades parecidas, formación universitaria, conocimiento de las corrientes europeas…).

Cada uno de estos poetas cultiva la poesía con una voz muy original; sin embargo, todos ellos comparten ciertos rasgos comunes:

  • Mezcla de tradición y modernidad.
  • Innovación métrica: además de las estrofas tradicionales, usarán el verso libre y el versículo.
  • Cultivo intensivo de la imagen y la metáfora. Reconocían en Góngora al precursor de la nueva poética, valorando como él el uso de la imagen y la metáfora.
  • Cultivaron una gran variedad de temas: desde los vanguardistas hasta los tradicionales y clásicos.

En cuanto a la evolución de la generación, podemos destacar tres etapas:

  1. Juventud (hasta 1927): Predomina una poesía pura y deshumanizada en la que se empieza a sentir pronto el influjo de las vanguardias, sobre todo el ultraísmo y el creacionismo.
  2. Poesía rehumanizada y compromiso (desde 1928 hasta la República): Es la época de mayor influencia del surrealismo y del cultivo de la imagen visionaria (entre el término real y el de la imagen no hay una relación lógica, sino que brota del subconsciente del poeta).
  3. Exilio (tras la Guerra Civil): El grupo se dispersa. Los exiliados denuncian la situación, mientras que los que se quedan en España tratan el tema de la angustia y el sentimiento de desarraigo.

Pedro Salinas

Concibió su poesía como forma de encontrar la esencia de las cosas, cuya apariencia es engañosa. Entre sus obras destacan La voz a ti debida, donde el poeta reflexiona sobre todos los estados del amor (la búsqueda, la felicidad y el desencuentro), y Razón de amor, en el que prosigue el análisis del amor, ahora visto en sus limitaciones.

Jorge Guillén

Concibió su obra como un libro único, por lo que agrupó sus cinco ciclos poéticos bajo el título genérico Aire nuestro. Su obra es uno de los mejores ejemplos de cultivo de la poesía pura. Se caracteriza por un estilo depurado y un lenguaje elaborado, detrás del cual hay un proceso riguroso de eliminación y selección. También pretende captar la esencia de las cosas.

Gerardo Diego

Su tremenda variedad de temas, tonos y estilos definen su poesía. En él se conjugan la poesía de vanguardia y la poesía tradicional, aunque la vena más tradicional se fue imponiendo. Entre sus obras destaca Alondra de verdad, que es un magnífico conjunto de sonetos.

Vicente Aleixandre

En su obra se distinguen dos ciclos: el primero, marcado por la vanguardia y la poesía pura, y el segundo, que corresponde a una poesía más clara y reflexiva. Entre su producción poética destaca Sombra del Paraíso, donde imagina una especie de edén libre de sufrimiento y de muerte.

Luis Cernuda

Reunió sus libros bajo un título común, La realidad y el deseo, cuyo tema principal es la dolorosa incompatibilidad entre su anhelo de realización personal y los límites impuestos por el mundo que lo rodea. Mantuvo siempre una actitud crítica frente a la sociedad, de la que se sabía marginado por su homosexualidad. Sus temas dominantes son la soledad, la añoranza de un mundo habitable, el ansia de belleza perfecta y el amor.

Dámaso Alonso

Sus inicios transcurren dentro de la poesía pura, con obras como Poemas puros, poemillas de ciudad. Pero su magnum opus es Hijos de la ira, obra que inicia la llamada poesía desarraigada, en la línea de quien entiende el mundo como un caos incomprensible poblado por el dolor.

Rafael Alberti

Cultivó una gran variedad de temas y estilos. Entre sus poemarios figuran Marinero en tierra, dentro de una estética neopopularista que rescata la sencillez de los temas y la métrica de la poesía popular, pero renovada por la poesía de vanguardia; Sobre los ángeles, de lenguaje surrealista; y El poeta en la calle, en su vertiente de poesía social y política.

Federico García Lorca

Trabó amistad con Salvador Dalí, Luis Buñuel y los poetas de su generación. Destacó también como dramaturgo. Fue asesinado por los franquistas a los 38 años. Su poesía se caracteriza por la exuberancia de imágenes sorprendentes y la humanidad auténtica de los temas, con frecuencia inspirados en la vida de los marginados. Sus temas recurrentes son el amor y el sexo, la infancia, el destino trágico, la muerte y las preocupaciones sociales (los negros y los gitanos). Su poesía está llena de símbolos (la luna, las flores, los caballos…). Las raíces populares se unen al rico simbolismo de la nueva poesía culta. En esta línea escribe Poema del cante jondo, Romancero gitano y Poeta en Nueva York, obra que expresa, con lenguaje surrealista, el desconcierto de la gran ciudad sumida en plena crisis económica y también su propia crisis personal.

4. La Poesía de Posguerra (1939-1960)

En 1939, al finalizar la guerra, además de la mayor parte de los componentes del grupo de 1927, otros poetas más jóvenes se exiliaron. Por todo ello, el vacío poético dejado por los poetas muertos o exiliados es evidente. En la década de los 40, la poesía se dividió en dos corrientes: la poesía arraigada, de tono clasicista y optimista, y la poesía desarraigada, que expresaba la angustia existencial del momento. Las obras clave de esta última corriente son Hijos de la ira, de Dámaso Alonso, y Sombra del paraíso, de Vicente Aleixandre.

4.1. La Poesía de los Años 50: Realismo Social

Durante los años cincuenta, hubo una leve relajación en la situación de represión y censura, y los escritores aprovecharon para empezar a escribir una literatura más comprometida socialmente, con ecos de protesta y reivindicación. Así nació la poesía social, que considera la literatura como un medio de toma de conciencia social y de transformación de la realidad. Se caracteriza por emplear un lenguaje sencillo y coloquial, con el fin de llegar al pueblo, y dar mayor importancia al contenido. La mayoría de los poetas desarraigados de los años 40 evolucionaron hacia la poesía social en los cincuenta. Destacan los poetas Miguel Hernández y Blas de Otero.

Blas de Otero

Su poesía pasó de ser considerada arraigada a tornarse desarraigada y, por último, social. Entre sus obras destacan Ángel fieramente humano, poemario desgarrado que muestra la relación del hombre con un Dios impasible ante el sufrimiento humano. En Redoble de conciencia, continúa la rebelión del hombre contra Dios. Más tarde, en Pido la paz y la palabra, muestra una preocupación social, de denuncia de la situación de España del momento y esperanza en un mundo mejor.

Miguel Hernández

Aunque estableció relación con los miembros de la Generación del 27, no se le suele encuadrar en ella por razones generacionales. Es un poeta que aúna la fuerza de la inspiración con la rigurosidad artística, la raíz popular y las técnicas más sabias y meditadas. Su obra alcanza un difícil equilibrio entre emoción y contención. En su trayectoria poética encontramos El rayo que no cesa, en la cual se halla «Elegía a Ramón Sijé», un poema dedicado a la muerte prematura de un amigo. Durante la guerra, Miguel entendió la poesía como compromiso; así ocurre en Viento del pueblo. En esta misma línea escribe El hombre acecha, obra en la que irrumpe un acento de dolor por la tragedia de la guerra. Finalmente, desde la cárcel compone Cancionero y romancero de ausencias, que habla del amor a su esposa y a su hijo, y de la frustrante separación.

5. La Renovación desde 1960: La Generación del Medio Siglo

Cuando se consideraron agotados los planteamientos del realismo social, muchos autores dirigieron sus obras de madurez hacia otras preocupaciones humanas. Estos poetas, también conocidos como la Generación del 50, comparten una temática basada en diversos aspectos de la experiencia personal, por lo que se les ha incluido en la denominada poesía de la experiencia. Su estilo será cercano a la lengua hablada, en tono irónico y cordial pero depurado. Destacan:

Ángel González

Su obra poética se inscribió inicialmente en la poesía social, con obras como Sin esperanza, con convencimiento. El poeta enriquece después su obra con nuevos temas extraídos de la experiencia humana (la soledad, la necesaria esperanza, el esfuerzo cotidiano); en esta segunda etapa destacan obras como Tratado de urbanismo.

Jaime Gil de Biedma

En él destaca la búsqueda de la propia identidad en medio de la certeza del paso fugaz del tiempo, que aparece combatido por el amor, la amistad, el erotismo y la existencia de momentos de felicidad que deben ser retenidos. Entre sus obras destacan Compañeros de viaje y Las personas del verbo.

José Ángel Valente

Su obra, de tendencia filosófica, tiene como base la tradición mística española. Destacan Poemas a Lázaro y La memoria y los signos.

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