Literatura Medieval Española y Fundamentos de la Comunicación Lingüística

La Edad Media y su Literatura

La Edad Media se desarrolla entre 476 (caída del Imperio romano de Occidente) y 1492 (descubrimiento de América). Los primeros escritos en romance peninsular son las Glosas Silenses y Emilianenses. La literatura medieval peninsular está condicionada por la sociedad estamental, la interculturalidad, el teocentrismo, la pluralidad lingüística y la coexistencia de culturas.

Sus características principales son:

  • La oralidad
  • La anonimia
  • El didactismo
  • El predominio del verso

La Lírica Popular

Su principal manifestación en Europa es la canción de mujer: poema lírico anónimo, de transmisión oral y temática amorosa, cuyo yo poético es una joven enamorada. Las formas peninsulares de la lírica tradicional son:

  • Las jarchas mozárabes
  • Las cantigas de amigo galaicoportuguesas
  • Los villancicos castellanos

La Lírica Culta

La primera manifestación de la lírica culta europea en romance es la poesía provenzal o trovadoresca (siglos XII y XIII), cuyos géneros más destacados son la cansó (concepción del amor cortés), el planh y el sirventés. Los principales focos peninsulares son:

  • La poesía trovadoresca catalana (Ausiàs March)
  • Las cantigas de amor galaicoportuguesas
  • La poesía cancioneril castellana

La Poesía Cancioneril Castellana

Fue recogida en cancioneros (siglos XV y XVI). Se cultivaron fundamentalmente dos géneros: la canción (de temática amorosa) y el decir (destinado a la reflexión moral, política o filosófica). Los grandes poetas cancioneriles son:

  • El marqués de Santillana: El infierno de los enamorados (inspirada en la Divina comedia), serranillas.
  • Juan de Mena: Laberinto de Fortuna (reflexión sobre la variabilidad de la Fortuna y la Providencia).
  • Jorge Manrique.

Jorge Manrique: Las Coplas a la Muerte de su Padre

Autor de poesía de cancionero, su trascendencia literaria se debe a las Coplas a la muerte de su padre, planto o elegía fúnebre en honor de su progenitor. La obra está formada por cuarenta sextillas dobles (8a 8b 4c 8a 8b 4c) o coplas manriqueñas, en las que el autor reflexiona sobre el tiempo y la muerte (a través del memento mori, del tempus fugit o del Ubi sunt?), elogia la figura del difunto y recoge la doctrina de las tres vidas (terrenal, eterna y de la fama).

La Épica Medieval

Los poemas épicos son narraciones en verso de las hazañas de un héroe. Se transmitían oralmente, mediante el canto o la recitación. En Europa, se difundieron a partir de dos focos:

  • La épica germánica: Beowulf, las sagas y los edda, Cantar de los nibelungos.
  • La épica románica: Cantar de Roldán, Cantar de Mio Cid.

El Cantar o Poema de Mio Cid narra con verosimilitud las hazañas de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador. Se estructura en tres cantares y dos tramas entrelazadas, y sus temas son la honra y el enfrentamiento entre alta y baja nobleza. Destaca el empleo de fórmulas y epítetos épicos, y de apelaciones al receptor.

Los Romances

Son textos narrativos breves, en versos octosílabos con rima asonante en los pares. Se distinguen tres grupos:

  • Romances históricos o noticieros.
  • Romances literarios (ciclos del Cid, carolingios, artúricos…).
  • Romances novelescos o de invención.

El Mester de Clerecía

Es un conjunto de obras narrativas compuestas por clérigos en los siglos XII y XIV. Se caracterizan por la utilización de la cuaderna vía (14A 14A 14A 14A) y por su afán didáctico y moralizador.

Gonzalo de Berceo (Siglo XII)

Su obra Milagros de Nuestra Señora está compuesta por una introducción y veinticinco milagros atribuidos a la Virgen, que se presenta como mediadora entre el hombre y la divinidad.

El Arcipreste de Hita (Siglo XIV)

Destaca el Libro de buen amor, una autobiografía erótica ficticia, que sirve de marco a otros materiales. Puede interpretarse como una diatriba contra el loco amor o como una celebración de los placeres terrenales. Es una sátira de los vicios del clero y un ejercicio de erudición del autor.

Los Orígenes de la Prosa Castellana

Las primeras manifestaciones en prosa en romance peninsular son textos historiográficos y traducciones de los siglos XII-XIII. Algunas de ellas pueden vincularse con la Escuela de Traductores de Toledo.

El Rey Alfonso X el Sabio

Promovió la redacción de obras en prosa de asuntos diversos (jurídicas, históricas, científicas, recreativas), que pretendían compendiar todo el saber de su tiempo.

Las Colecciones de Apólogos

Un apólogo o ejemplo es una narración breve en prosa de la que se extrae una enseñanza. Entre los primeros testimonios en castellano destacan dos colecciones que fueron traducidas del árabe en el siglo XIII: Calila e Dimna y Sendébar. En ellas se emplea la técnica del marco narrativo.

Don Juan Manuel y El Conde Lucanor

Esta obra del siglo XIV, concebida como un manual de educación para los nobles, está formada por un marco narrativo (el diálogo entre Lucanor y su ayo Patronio) en el que se insertan 51 apólogos de fuentes diversas (folclore, Nuevo Testamento, fábulas clásicas o la cuentística oriental).

La Prosa de Ficción (Siglo XV)

En el siglo XV se desarrollan dos subgéneros narrativos:

Libros de Caballerías

Inspirados en la literatura artúrica, se ambientan en un tiempo legendario y una geografía exótica. Están protagonizados por caballeros andantes que con sus aventuras deben probar su valor, su honor o su lealtad a la dama. Destacan el Libro del caballero Zifar y Amadís de Gaula.

Novela Sentimental

Narra una historia de amor no correspondido con final desgraciado, según los principios del amor cortés. Sobresale Cárcel de amor.

El Teatro Medieval

Las primeras manifestaciones en castellano son piezas religiosas representadas en iglesias, como el Auto de los Reyes Magos. Desde finales del siglo XV se cultiva el teatro profano, con autores como Lucas Fernández o Juan del Enzina.

La Celestina (Tragicomedia de Calisto y Melibea)

Esta obra singular fue compuesta, probablemente, por dos autores: Rodrigo de Cota o Juan de Mena (acto I), y Fernando de Rojas (resto de la obra). A la primera versión (dieciséis actos), de 1499, se añadieron en 1502 cinco actos.

Género

Se inscribe en la llamada comedia humanística, texto teatral concebido para su lectura dramatizada y no para la representación.

Argumento y Estructura

La trama se divide en tres partes:

  1. Planteamiento: El noble Calisto, ayudado por sus criados Sempronio y Pármeno y por la alcahueta Celestina, pretende conseguir el amor de Melibea.
  2. Desarrollo: Celestina logra su objetivo, pero, al no compartir las ganancias con los criados, es asesinada por estos. Tras el primer encuentro erótico entre los dos jóvenes, Calisto muere por accidente.
  3. Conclusión: Melibea se suicida y Pleberio, su padre, pronuncia un largo lamento (planto) ante su cadáver.

Personajes

Se organizan en tres grupos:

  • Señores: Calisto, Melibea, Pleberio y Alisa.
  • Criados: Sempronio, Pármeno, Tristán, Sosia y Lucrecia.
  • Mundo marginal de prostitutas y rufianes: Celestina, Elicia, Areúsa y Centurio.

Destacan la atención concedida al mundo marginal y la evolución psicológica de los personajes.

Aspectos Formales e Interpretación

Los principales rasgos de estilo son la intención paródica (Calisto es una parodia del amante cortés), la importancia de la lengua (muy elaborada y trufada de sentencias y recursos estilísticos), la verosimilitud en el tratamiento de ambientes y personajes, y el empleo de técnicas dramáticas.

El pesimismo se refleja en sus temas fundamentales:

  • La codicia, la lujuria, la traición y la violencia, que gobiernan las relaciones humanas.
  • El paso del tiempo y la muerte.
  • La falta de sentido de los sucesos.

El nihilismo del planto final podría vincularse con el posible origen converso del autor.

Marcas de Subjetividad

Tipo de MarcaEjemplo
Enunciados Exclamativos¡Qué bien lo hemos pasado!
Enunciados DesiderativosOjalá, Así, A ver si
Enunciados Dubitativos u OptativosPuede que venga hoy
Uso de la 1ª persona del SubjuntivoSi aprobara el primer examen, estudiaría más tranquilo
Expresiones EvidencialesDesde luego, Efectivamente, Ciertamente, Claro, Por supuesto
Marcadores de la Propia OpiniónA mi parecer, En mi opinión, En mi juicio. Verbos (creer, considerar, suponer) en 1ª persona
Adjetivos y Adverbios ValorativosLamentablemente, Felizmente, Desgraciadamente
Verbos Emocionales(Querer, necesitar, desear) (Lamentar, sentir)
Sufijos ApreciativosDiminutivos, Aumentativos, Despectivos
Sustantivos Ponderativos y DenostadoresPositivos (delicia, privilegio) Negativos (escándalo, vergüenza)
Recursos EstilísticosUso de ironía, hipérbole, metáfora

La Comunicación Verbal y el Texto

La Comunicación Verbal

Es un proceso complejo en el que el emisor escoge las palabras en función de una determinada intención comunicativa, y el receptor interpreta o reconstruye su sentido.

Los Elementos de la Comunicación

En el circuito comunicativo intervienen:

  • Emisor, receptor y enunciado: El emisor y el receptor son sujetos reales cuya intervención en el proceso está condicionada por su edad, su origen, sus conocimientos o su competencia comunicativa. El enunciado es la unidad mínima de comunicación.
  • Código: Es el sistema de signos (unión de un significante y un significado) y de reglas que permiten combinarlos.
  • Canal: Es el soporte físico que permite transmitir el enunciado. En la comunicación oral, es el aire o la línea telefónica; en la comunicación escrita, el papel o la pantalla de un dispositivo electrónico.
  • Contexto: Engloba el contexto físico o entorno (la situación espacio-temporal en que tiene lugar la comunicación; sus elementos son aludidos por medio de deícticos); el contexto verbal (las palabras que rodean un texto); y el contexto psicosocial (el conjunto de conocimientos y creencias sobre el mundo de cada participante, el grado de confianza entre interlocutores y la imagen mental que se asocia al lugar de la enunciación).

La Interpretación del Enunciado

Para interpretar correctamente un enunciado, es necesario reconocer las implicaturas y los actos de habla.

Implicaturas

Son las informaciones no dichas explícitamente en un enunciado, que el receptor recupera por medio de la inferencia. Dependen del principio de relevancia (procesamos solo información pertinente) y del principio de cooperación (esfuerzo de los participantes para el éxito comunicativo).

Actos de Habla

Son las acciones que se realizan cuando el emisor pronuncia un enunciado. Pueden ser de tres tipos:

  1. Actos Locutivos: Acto de proferir el enunciado (decir algo).
  2. Actos Ilocutivos: Acto que se realiza al emitir el enunciado (la intención comunicativa). Pueden ser asertivos (informar), directivos (pedir), compromisivos (prometer) o expresivos (agradecer).
  3. Actos Perlocutivos: Pretenden producir un efecto en el receptor (convencer, asustar, etc.).

Las Funciones del Lenguaje

Hacen referencia a la finalidad perseguida al emitir un enunciado, en el que pueden coexistir diversas intenciones comunicativas:

  • Representativa o referencial: Se transmite una información de manera objetiva.
  • Expresiva: El emisor manifiesta su subjetividad, que se evidencia a través de marcas lingüísticas como el uso de enunciados exclamativos, desiderativos o dubitativos, de la primera persona gramatical o de adjetivos valorativos.
  • Conativa o apelativa: El emisor intenta influir o provocar una respuesta en el receptor. Se manifiesta en el uso de enunciados exhortativos o interrogativos, de verbos en imperativo y en segunda persona, o en la presencia de vocativos.
  • Metalingüística: El enunciado tiene como objeto el propio código.
  • Fática: Se cumple cuando se establece, prolonga o interrumpe la comunicación, o al comprobar que se está llevando a cabo.
  • Poética o estética: El emisor pretende llamar la atención sobre los aspectos formales del mensaje, para que resulte bello y expresivo. Es característica, sobre todo, de los textos literarios.

El Enunciado y el Texto

El enunciado es la unidad mínima de comunicación. Puede estar formado por una palabra o por un conjunto de palabras, y aparece delimitado por silencios (puntos en la escritura). Puede ser oracional (se construye con verbo: Hoy trabajo) o no oracional (carece de verbo: ¡Hasta pronto!).

El texto es la unidad comunicativa formada por un enunciado o un conjunto de enunciados que transmiten un mensaje con sentido completo. Tiene carácter autónomo y sus principales propiedades son la coherencia y la cohesión.

La Coherencia

Presenta dos vertientes:

Coherencia Pragmática

Propiedad textual que consiste en la adecuación del texto a la situación comunicativa, a la finalidad con la que se emite, al género textual en el que se inscribe y al conocimiento del mundo que comparten emisor y receptor.

Coherencia Interna

Es la conexión, en el ámbito del significado, entre los enunciados del texto, vertebrados por medio de un tema que da unidad al conjunto. Se relaciona con una serie de conceptos básicos, cuyo estudio es esencial en la comprensión y el comentario de textos: el tema, el resumen y la estructura.

  • Tema: Es la idea central del texto; se expresa por medio de enunciados breves formulados con sustantivos abstractos. Para determinarlo, se deben identificar las isotopías.
  • Isotopías: Conjuntos de palabras (pertenecientes o no a la misma categoría gramatical) que comparten entre sí un rasgo de significado.

La Cohesión

Propiedad textual que se manifiesta en la presencia de marcas o de mecanismos lingüísticos que enlazan o vinculan formalmente los enunciados del texto. Se distinguen diversos procedimientos:

  • Recurrencia: Repetición de palabras o lexemas.
  • Sustitución: Por sinónimos, hiperónimos, proformas léxicas (palabras-baúl de significado más general que un hiperónimo), expresiones equivalentes basadas en el conocimiento del mundo compartido, anáforas (sustitución de palabras que ya han aparecido por pronombres o adverbios) y catáforas (pronombres y adverbios que anticipan palabras posteriores).
  • Elipsis: Supresión de palabras que se pueden recuperar por el contexto.
  • Marcadores: Piezas lingüísticas que enlazan enunciados o conjuntos de enunciados. Suelen aparecer entre comas o tras un punto, y no realizan función sintáctica alguna, a diferencia de los nexos. Se clasifican en los siguientes tipos: ordenadores, conclusivos, digresores, aditivos.

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