Ejemplos de poesía romántica

4.1.- Poesía narrativa

Las muestras más representativas de la poesía narrativa ROMántica, que se expresa fundamentalmente en poemas históricos, romances y leyendas, son El estudiante de Salamanca de Espronceda y las Leyendas y tradiciones de Zorrilla. 

ESPRONCEDA

Es un ROMántico liberal que trata temas amorosos y la exaltación de personajes marginales porque en ellos veía un símbolo de rebeldía (destacan sus poemas narrativos El estudiante de Salamanca y El diablo mundo).
En cuanto a su poesía narrativa, El estudiante de Salamanca narra las peripecias de Félix de Montemayor, genuino seductor al estilo de D. Juan; en esta obra encontramos: todas las carácterísticas de la época en cuanto a ambientación – nocturnidad, seres fantasmales, tempestades, sepulcros…- y aspectos formales -polimetría, mezcla de lo sublime y lo vulgar…-. El Diablo mundo es reflexión sobre la vida humana.
Respecto a su poesía lírica destacamos La canción del pirata, El mendigo, El verdugo y El reo de muerte, recogidas en Poesías y el Canto a Teresa (está incluido en El Diablo mundo y tiene como tema el desengaño).

ZORRILLA

Destacamos A buen juez, mejor testigo y El capitán Montoya recogidas en su libro Leyendas y tradiciones.

4.2.- La lírica intimista

En la poesía lírica de la primera mitad del Siglo XIX, además de los dos autores mencionados (Espronceda y Zorrilla), destacan el duque de Rivas, Gertrudis Gómez de Avellaneda y Carolina Coronado. Ya en la segunda mitad de la centuria, y en convivencia con la estética realista, sobresalen los poetas posrománticos Rosalía de Castro y Gustavo Adolfo Bécquer, cuya obra es paralela cronológicamente. No solo representan una estética más realista, sino también la depuración y la superación de los excesos que habían caracterizado al Romanticismo de la primera mitad del siglo. Su obra inaugura una línea más sencilla que adelanta las tendencias poéticas modernas.

ROSALÍA DE CASTRO

 
Rosalía de Castro cosecha gran fama con tres grandes poemas que evocan las costumbres, paisajes y gentes de Galicia con un tono nostálgico y melancólico – línea sencilla e intimista, igual que Bécquer-. Armonizó la subjetividad lírica y dolorida con una magistral contemplación de la naturaleza y la vida de las gentes gallegas.
Entre sus obras destacan, en gallego: Cantares gallegos, Follas novas; en castellano: En las orillas del Sar.
En las orillas del Sar presenta una expresión que gira en torno a los sentimientos personales y a los conflictos internos de la autora: la soledad, el dolor y una profunda nostalgia del tiempo pasado son las más importantes consecuencias del contacto de la voz poética con los lugares de su juventud. En esta obra se registran algunos de los motivos que ya se encontraban en su producción anterior en gallego: así, aparecen «las sombras», presencias de seres ya fallecidos, o «los tristes», individuos predestinados al dolor y perseguidos por la desgracia. Precisamente, el incomprensible sufrimiento humano, ante el cual su conciencia se rebela, se enfrenta en ocasiones con su propia religiosidad.
Rosalía cultiva una poesía que se plantea el sentido de la vida desde una visión desolada del mundo. Esta perspectiva adelanta el carácter existencial que se percibe en autores como Machado o Unamuno. Así también, su tono confesional, la creación de nuevas estrofas o el uso del alejandrino preludian las tendencias formales de la poesía modernista.

BÉCQUER

Bécquer está considerado el primer poeta moderno con sus ochenta y cuatro composiciones breves (Rimas); concibe la poesía pura, íntima y desprovista de adornos. De este arranca, en gran medida, la poesía española contemporánea e influyó notablemente en poetas posteriores como Machado y Juan Ramón Jiménez. 
Las Rimas  tratan sobre dos aspectos fundamentales: la poesía y el hombre, con la implicación del amor en sus más distintas derivaciones (gozo, exaltación, ruptura, desengaño). En  el tema amoroso se funde la experiencia personal con tradición erótica y el simbolismo. La clasificación temática (distinta de la que hizo el propio Bécquer) que vamos a tener en cuenta es la siguiente: las rimas I a VIII tratan sobre la poesía, el acto de la creación y el poeta (en ellas se refleja a menudo la dificultad de encontrar la palabra adecuada para expresar lo que el poeta desea), las rimas IX a XXIX tienen por tema el amor, visto de una forma esperanzada y alegre, as rimas XXX a LI se centran en el desengaño amoroso y las rimas LII a LXXVI giran en torno a la soledad, el dolor y la desesperanza.
Bécquer consideraba la poesía tan misteriosa como el amor. Los rasgos más carácterísticos en su elaboración formal son el intimismo, la brevedad  y la sencillez, expresados mediante estructuras paralelísticas, el predominio de la musicalidad, el uso de la rima asonante y combinación de versos de arte mayor y menor, el dominio del retoricismo y de los epítetos innecesarios, el predominio del estilo nominal y del presente en las formas verbales y el uso frecuente de la forma dialogada.

5.- LA PROSA

Aunque los ROMánticos prefirieron la poesía y el teatro, también cultivaron la prosa.
A lo largo del XIX, la novela experimentó una importante evolución que hizo de este género el preferido por autores y lectores. El auge del periodismo contribuyó de forma decisiva al desarrollo de la narrativa, puesto que muchas obras se difundieron a través de las páginas de la prensa.
El periodismo, los cuadros de costumbres y la novela histórica son los géneros fundamentales de la prosa ROMántica. Durante la primera mitad del XIX el autor más importante es Larra. En el Posromanticismo sobresalen las Leyendas de Bécquer.


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