El hereje Miguel Delibes resumen

Trayectoria narrativa

Delibes cuenta con una obra narrativa amplia, continuada, que se inicia, en 1947 con La sombra del ciprés es alargada y termina en 1999 con El hereje.
En este importante conjunto novelesco se aprecia una notable evolución que va de un relato de concepción tradicional a otro de técnica más novedosa. Esta evolución tiene varios períodos diferentes por los temas abordados y por su tratamiento formal. Distinguiremos las siguientes etapas:1.- Una época inicial guiada por un fuerte subjetivismo y caracterizada formalmente por la abundancia de descripciones y por una concepción tradicional de la (estilo realista). A esta etapa inicial se suelen adscribir La sombra del Ciprés es alargada (1948), Aún es de día (1949) y Mi idolatrado hijo Sisí (1953) La etapa inicial de Delibes es la de un escritor que tantea la manera de comunicar un mundo interior poco elaborado de vivencias y reflexiones. Tampoco en sus inicios posee una personal concepción de la novela y por ello se acoge a un esquema narrativo tradicional que desarrolla con una técnica no muy afortunada.2.- La siguiente etapa se abre paradójicamente con un libro de 1950, El camino, novela sobre el despertar a la existencia de un niño, Daniel el Mochuelo. La obra supone una metamorfosis en la obra de Delibes y entre sus logros destacan la expresión de la ingenuidad del mundo infantil. Sigue con Diario de un cazador (1955) y Diario de un emigrante (1958), que narran las peripecias de un hombre humilde, apasionado por la vida natural. En ellas están presentes temas muy queridos para Delibes: la defensa del campo, las actitudes ecologistas la afición a la caza. Se produce una depuración del lenguaje y que sirve de base a una narración sencilla, de gran penetración humana. Otro tema frecuente en su obra, la soledad, descripción de la soledad de un pensionista, mostrando esta figura que la sociedad jubila y el patetismo ante un futuro incierto. La visión crítica, que va progresando a medida que avanza en su carrera. En esta etapa, que coincide con el momento en que predomina en España la novela social, la actitud solidaria con los sufridores, los marginados y las gentes pobres se va asentando en la novelística de Delibes. Durante toda esta etapa, su actitud crítica no pasa de un dolido humanitarismo, de una simpatía cordial con los desfavorecidos o con los marginados delcampo.3.-
La tercera y última etapa arranca con Cinco horas con Mario (1966). Este último periodo corrobora la cosmovisión del escritor y la persistencia de unos procedimientos formales cuyo dominio absoluto ya ha adquirido en obras anteriores.
Dos rasgos notables lo distinguen de los anteriores una mayor conciencia,, y un notable interés por las vivencias íntimas y las experiencias personales del escritor. Con la publicación de Cinco horas con Mario (1966), que marca el inicio de una nueva etapa, la narrativa de Delibes evoluciona con lentitud, pero con seguridad, hacia un sentimiento crítico de la injusticia social y en ella aflora la denuncia de determinados comportamientos humanos a la vez que utiliza recursos técnicos modernos e incluso novedosos. Delibes va poniendo paródicamente en solfa el mundo de creencias de la clase media provinciana conservadora que representa la viuda, y, a la vez, expone una respetable actitud de aperturismo en lo político y religioso.
El príncipe destronado recupera el protagonismo infantil y en ella, desde la óptica de un niño, presenta una visión crítica del mundo de los adultos.
La guerra de nuestros antepasados (1975) reflexiona sobre los condicionamientos socioculturales de los españoles. En El disputado voto del señor Cayo (1978) hay una reivindicación del hombre del campo, natural y despejado, frente a la artificiosidad, el engaño y las falsas promesas que trae el político cortesano. En Cartas de amor de un sexagenario voluptuoso (1983), reflexión epistolar sobre la soledad y el sentimiento amoroso, critica el comportamiento del protagonista y el conjunto de vejaciones que el poder político avasallador impónía a las empresas periodísticas y, en general, a la sociedad española. Donde esa alerta crítica de Delibes se muestra en toda su contundencia es en Los santos inocentes (1981). En ella pone en contacto dos mundos: el de la humilde gente que trabaja en las posesiones rurales terratenientes y el de las antiguas familias terratenientes que los emplean. La producción novelesca de Delibes continúa con Diario de un jubilado (1995), en la que vuelve a presentarnos al personaje de Lorenzo, el cazador y emigrante de los años cincuenta. Su última novela, la única novela de carácter histórico de Delibes, es, a su vez, una de sus mejores obras:
El hereje, novela estructurada sobre la historia del Valladolid del Siglo XVI, de la que nos va presentando los cambios económicos, sociales, urbanos, de costumbres, etc., aunque tomando como eje la vida de Cipriano Salcedo que entrará en contacto con las corrientes protestantes que empezaban a introducirse en la Península y cuya difusión será cortada progresivamente por el Santo Oficio. Pero El hereje es sobre todo una indagación sobre las relaciones humanas en todos sus aspectos.

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