El Teatro Español entre 1939 y 1975
El panorama escénico español quedó marcado por el exilio de autores como Max Aub, Alberti o Pedro Salinas y la muerte de Lorca, Valle-Inclán o Miguel Hernández. El teatro cumplió la función de entretener y de transmitir ideología por medio de la negación de aportaciones importantes de preguerra, el estreno de obras que exaltaban los valores de los vencedores y la programación de autores clásicos como referentes de épocas gloriosas. Una vez acabada la guerra, se estableció un control sobre las obras nuevas, lo que desarrolló una autocensura en los dramaturgos, mientras que otra forma de censura la ejerció la crítica.
Evolución y orientación dramática
A. Años cuarenta y principios de los cincuenta
Teatro en España
La alta comedia se caracteriza por su perfecta construcción y por su intrascendencia, con dosis de humor, ternura y amabilidad. El tema del amor exalta valores. Destacan Benavente, Pemán, López Rubio y Calvo Sotelo.
El teatro cómico
Alejado de la realidad.
- Jardiel Poncela: Su teatro pretendía evadirse de los problemas. Destaca Eloísa está debajo de un almendro.
- Miguel Mihura: Comienza con Tres sombreros de copa. Decide hacer un teatro comercial al alcance de los empresarios. Limitó la imaginación y la libertad creadora. Su concepción sobre la vida se centra en el choque entre individuo y sociedad, que supone descontento. Destacan Sublime decisión, Melocotón en almíbar y Maribel y la extraña familia.
Teatro en el exilio
Desarrollado especialmente en México y Argentina. Presenta diferencias estéticas con el cultivado en España. El interés artístico llevó a los exiliados a incluir novedades vanguardistas en sus obras.
- Rafael Alberti: Trabajó el teatro político que continuó en el exilio. En gran parte de su obra hay presencia de elementos poéticos: el lenguaje y los símbolos empleados, la incorporación de pequeñas estrofas. Destaca El adefesio, obra grotesca y poética cuyo tema trata de la intolerancia del poder.
- Max Aub: Comenzó con farsas. En la guerra, practica el teatro de urgencia. En el exilio su producción se distingue por poseer un fuerte componente narrativo. Destaca San Juan.
- Alejandro Casona: Sus obras se relacionan con la comedia burguesa de posguerra por la distribución de elementos dramáticos. Destaca La dama del alba.
- Pedro Salinas: Comienza con el teatro en su exilio. Sus obras se caracterizan por una estructura sencilla, sin acción dramática, y por el empleo de un diálogo preciso. Destaca El precio.
B. Teatro realista de protesta y denuncia
Sobre 1955 da comienzo esta tendencia. Aparece un público nuevo que pide otro teatro. La censura se relaja levemente y tolera algunos enfoques críticos.
- Alfonso Sastre: Se trata de obras en un acto, con distorsiones espacio-temporales y uso del flash-back, en las que crea un mundo onírico. Destaca Escuadra hacia la muerte.
- José Martín Recuerda: De profundo carácter documental, de signo crítico y cargado de crispación. Sus temas se expresan a través de personajes ansiosos de libertad. Destacan Las salvajes en Puente San Gil.
- Lauro Olmo: El tema de La camisa es la pobreza, ocasionada por el paro y la necesidad de emigrar en busca de trabajo.
- José Mª Rodríguez Méndez: En Los inocentes de la Moncloa, la juventud está destinada al fracaso, víctima de las circunstancias.
- Carlos Muñiz: En El tintero hace una crítica de una sociedad burocrática.
C. Los vanguardistas
Herederos del teatro del absurdo y del teatro de la crueldad
- Fernando Arrabal: Sus obras se caracterizan por la elementalidad escénica. Es un teatro de seres indefensos, víctimas de opresores ocultos en el que prima la inquietud. Para expresar la imposibilidad de comunicación con un sistema extraño e inaccesible. Su teatro pánico se basa en la búsqueda formal y la incorporación de elementos surrealistas en el lenguaje. Los temas son la religión, sexualidad, política, amor y muerte. Destacan El cementerio de automóviles, El triciclo y Pic-Nic.
- Francisco Nieva: Su producción dramática conecta con el teatro del absurdo. Comparte la idea de un teatro catártico y liberador, cuya finalidad es mostrar la esencia del hombre. En sus dramas plantea el tema de las relaciones entre el hombre y la sociedad. Aparece la referencia a una España negra y a la religión, a las que critica rabiosamente. En su producción se distingue el teatro furioso, el teatro de farsa y calamidad y el teatro de crónica y estampa. Destacan Pelo de tormenta, Maldita sean Coronada y sus hijas y Sombra y quimera de Larra.
Los simbolistas
Se oponen a la estética realista con un simbolismo. Carácter vanguardista, un marcado pesimismo y el frecuente uso de la simbología animal. Tema del poder opresor y emplean la presencia de la sexualidad, un lenguaje agresivo. Destacan José Ruibal con El hombre y la mosca, Miguel Romero Esteo con Viva Nicaragua libre y Manuel Martínez Mediero con Las hermanas de Buffalo Bill.
El teatro independiente
El teatro universitario se transformó en el teatro independiente. Entre los iniciadores se encuentra Els Joglars, creadores de un teatro del silencio que potencia la expresión corporal. Els Comediants hacían grandes espectáculos de animación desarrollados en la calle. Otros grupos importantes fueron Dagoll Dagom, El Tricicle y La Fura dels Baus. En Madrid, fue importante el TEM bajo la supervisión del introductor del método Stanislavski. Este grupo evolucionó al TEI.
D. Últimas dramaturgias
Hacia 1975 aparecen unos autores que abordan temas contemporáneos, con una estética realista y una moderada renovación formal. Muestran predilección por la comedia, aunque con tintes trágicos. Destacan José Sanchis Sinisterra, José Luis Alonso de Santos y Fermín Cabal.