Evolución de la Narrativa Hispanoamericana del Siglo XX: Novela, Cuento y Realismo Mágico

La Narrativa Hispanoamericana del Siglo XX: Evolución y Tendencias

La novela y el cuento hispanoamericanos permanecieron hasta los años cuarenta apegados a las formas decimonónicas: narrador omnisciente, tiempo lineal y tercera persona. No obstante, cuando se produjo un despertar, esto supuso una enorme renovación que superó la producida en el resto del mundo.

Las Primeras Décadas: La Novela Regionalista

Hasta los años 40, la novela y el cuento hispanoamericano discurrieron por el cauce del realismo costumbrista, sin experimentar una revolución en sus estructuras y su lenguaje.

Durante estos años se dieron las siguientes tendencias:

  • Novela de la tierra: Describe la naturaleza americana en toda su grandiosidad. Ejemplos destacados son Doña Bárbara de Rómulo Gallegos y La vorágine de Rivera, que se centra en el enfrentamiento entre el hombre y la selva.
  • Novela indigenista: El tema central son las injusticias que provoca el hombre blanco en la sociedad indígena. El mundo es ancho y ajeno de Ciro Alegría narra la feliz convivencia de una comunidad indígena destruida por los latifundistas.
  • Novela política: En este grupo destacan las novelas referidas a la Revolución Mexicana.

Los Pioneros de la Renovación: Inicios del Realismo Mágico

A partir de los años 40, se observan en la narrativa hispanoamericana unas características nuevas que la hacen diferente de la novela desarrollada hasta entonces. Estos cambios se deben a una nueva concepción del mundo y de la vida, consecuencia de transformaciones sociales, políticas y económicas. A estas novedades se añaden las influencias de la narrativa europea y norteamericana. Los cambios principales fueron:

  • Se abandona el interés prioritario por los espacios rurales y naturales, y surgen temas nuevos en los que se integra lo urbano y los problemas del hombre contemporáneo. Ejemplo: El túnel de Ernesto Sábato, novela que mejor representa la incorporación de lo urbano y los problemas del hombre contemporáneo.
  • Se introduce en las novelas lo fantástico, lo onírico y lo irracional, dando lugar a lo que se ha denominado realismo mágico o lo real maravilloso.
  • Formalmente, se produce un gran cambio puesto que se abandona la estética realista decimonónica y se adoptan las nuevas técnicas narrativas.

Se considera que el relato que marca el cambio de rumbo es El pozo (1939) de Juan Carlos Onetti. A esta obra seguirán otras en los años 40 como El señor Presidente de Miguel Ángel Asturias, El túnel de Ernesto Sábato, Pedro Páramo de Juan Rulfo, La hojarasca de Gabriel García Márquez y La región más transparente de Carlos Fuentes.

La novela que mejor representa estas tendencias es Rayuela de Julio Cortázar; en ella el autor propone diversas lecturas (siguiendo capítulo a capítulo o haciendo saltos a pie de página).

La Novela de los Sesenta: Los Años del Boom Latinoamericano

La definitiva renovación de la novelística hispanoamericana se produce a partir de los años sesenta con un fenómeno que la crítica ha denominado como el Boom de la novela hispanoamericana. Surgió ligado a un fenómeno extraliterario que facilitó que esta novela fuera conocida en el exterior: el apoyo de las editoriales españolas, especialmente a partir del éxito de La ciudad y los perros de Mario Vargas Llosa.

Sin embargo, a lo anterior hay que añadir la coincidencia en un corto espacio de tiempo de una sucesión de novelas (y novelistas) deslumbrantes: Rayuela del argentino Julio Cortázar, El siglo de las luces del cubano Alejo Carpentier y, sobre todo, Cien años de soledad del colombiano Gabriel García Márquez.

En cuanto a los temas, aunque resulta complejo sintetizarlos, destacan:

  • La crisis existencial del individuo: Son recurrentes los temas de la muerte, la soledad y la incomunicación.
  • El dictador: Ha sido retratado en obras como El señor Presidente de Miguel Ángel Asturias y El otoño del patriarca de Gabriel García Márquez.
  • La historia de Hispanoamérica: Han surgido numerosísimas novelas históricas de calidad excepcional, como El siglo de las luces de Alejo Carpentier y La guerra del fin del mundo de Mario Vargas Llosa.

La Novela Hispanoamericana Más Reciente

A partir de los años setenta, continúan publicando autores ya consagrados, a los que se unen otros nuevos.

La narrativa de estos años reduce la complejidad técnica para crear una novela a la que el lector pueda acceder más fácilmente, pero también se recurre al realismo mágico.

Nombres y títulos fundamentales de este período incluyen: El amor en los tiempos del cólera de Gabriel García Márquez, La casa de los espíritus de Isabel Allende, El cartero de Neruda de Antonio Skármeta, Como agua para chocolate de Laura Esquivel y Primavera con una esquina rota de Mario Benedetti. El Premio Cervantes 2018 fue otorgado al nicaragüense Sergio Ramírez por su obra Margarita, está linda la mar.

El Cuento Hispanoamericano

Junto con la novela, el cuento ha sido un género narrativo ampliamente cultivado en Hispanoamérica. Destaca la aportación extraordinaria de Jorge Luis Borges (con obras como El Aleph y Los dos reyes y los dos laberintos). Asimismo, son importantes las narraciones de Juan Rulfo (como El llano en llamas, en las que retrata la dureza de la vida rural mexicana).

Uno de los principales renovadores del género es Julio Cortázar, quien muestra en sus cuentos una realidad compleja (por ejemplo, en Historias de cronopios y de famas, donde revela el absurdo de lo cotidiano con gran sentido del humor). También se menciona «La pérdida y recuperación del pelo», aunque su contexto exacto como título de obra es menos claro.

Augusto Monterroso es otro narrador importante en el género del cuento.

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