Evolución de la Poesía de Posguerra y el Teatro Español del Siglo XX

La Poesía de Posguerra

En la poesía de posguerra se observan distintas tendencias dentro de la lírica española. Lo primero que destaca es la desaparición de autores fundamentales, ya sea por el exilio o por su fallecimiento, lo que supone la disolución del Grupo del 27.

Poesía desde los años 40 y 50

En esta etapa surge una poesía marcada por una subjetividad en el plano amoroso y un neorromanticismo intimista. Este periodo se centra en la profusión de revistas literarias como El Escorial. Se distinguen varias corrientes:

  • Poesía religiosa y metafísica: Representada por autores como Vivanco, un poeta que se cuestiona las relaciones entre el hombre y Dios.
  • Poesía arraigada: Busca la perfección formal y se agrupa en torno a la revista Garcilaso.
  • Poesía desarraigada: Sigue la línea del tremendismo y se vincula a la revista Espadaña.

La Poesía de los años 50: El Realismo Social

En los años 50 se consolida el realismo social, dejando atrás el garcilasismo. Aparecen dos poetas clave: Gabriel Celaya y Blas de Otero. Asimismo, Vicente Aleixandre escribe Historia del corazón, un libro radicalmente opuesto a su línea poética anterior.

El tema de España se vuelve obsesivo para estos autores. No es solo una poesía política, sino también civil:

  • Poesía Civil: Centrada en el hombre que atraviesa momentos difíciles.
  • Poesía Política: Donde el poeta manifiesta una ideología clara.

La estructura de la poesía de los 50 se caracteriza por un estilo sencillo y libertad métrica. Destaca especialmente Blas de Otero, máximo representante del realismo social, quien vivió por y para la poesía con la preocupación de conectar con la realidad de su tiempo. Su obra se divide en:

  1. Primera etapa: Poeta religioso que busca llegar a Dios, marcado por la angustia personal y existencial.
  2. Segunda etapa: Dirige su mirada hacia España, denunciando la injusticia social y anhelando la paz y la libertad en conexión con los hombres que sufren.

Poesía de los años 60

En esta década desaparece la poesía social predominante. Sus rasgos característicos son:

  • Abandono de la línea social hacia una poesía intimista.
  • Preocupación existencial por el paso del tiempo y la angustia de la soledad.
  • Actitud inconformista que huye de lo patético.
  • Nostalgia por la infancia y la juventud perdida, con interés en temas familiares.
  • Estilo fácil, antirretórico y centrado en experiencias personales.

Jaime Gil de Biedma: Sus poemas recuerdan a las novelas del realismo social pero con innovaciones. Su obra se resume en Las personas del verbo, compuesta por tres libros: Compañeros de viaje, Moralidades y Poemas póstumos.

Poesía de 1970: Los Novísimos

Surge el grupo de los 9 novísimos poetas con las siguientes características:

  • Temática: Motivos personales, cuestiones sociales, mitos del cine, la política e influencia de los medios de comunicación.
  • Estilo: Nuevo sentimiento estético, neorromanticismo, búsqueda de lo fantástico, interés por temas clásicos y un lenguaje renovado.

El Teatro antes de la Guerra Civil

Durante este periodo, el género teatral estuvo condicionado por factores comerciales muy fuertes. Predominaban los locales privados, cuyos empresarios priorizaban los gustos del público burgués. Esto tuvo consecuencias en dos ámbitos:

  • Ideológico: Escasas posibilidades de un teatro que fuera más allá de la autocrítica superficial.
  • Estético: Dificultad para que las nuevas tendencias vanguardistas llegaran a los escenarios.

1. El Teatro Comercial (Teatro de Éxito)

Se divide en diversos tipos:

Teatro Realista

Refleja los vicios y virtudes de la burguesía en un marco urbano. Su máximo representante es Jacinto Benavente, cuya obra destaca por la mesura y el realismo minucioso. Obras destacadas: La malquerida (drama rural) y Los intereses creados (donde contrapone el egoísmo al idealismo).

Teatro en Verso

Heredero del teatro romántico del siglo XIX, con lenguaje modernista y ambientes históricos que rescatan mitos nacionales. Autores principales:

  • Eduardo Marquina: Las mocedades del Cid.
  • Francisco Villaespesa: El alcázar de las perlas.
  • Hermanos Machado: La Lola se va a los puertos.

Teatro Cómico

Su finalidad era el entretenimiento. Destacan:

  • Carlos Arniches: Cultivó la comedia costumbrista con obras como El santo de la Isidra y La señorita de Trevélez.
  • Hermanos Álvarez Quintero: Presentan una Andalucía edulcorada en títulos como La reja y El patio.
  • Pedro Muñoz Seca: Creador del astracán (género cómico basado en el retruécano).

2. El Teatro Innovador

Destacan los impulsos renovadores de las generaciones del 98 y del 27.

La Generación del 98

  • Miguel de Unamuno: Teatro como cauce para conflictos humanos y obsesiones (El otro, La venda).
  • Azorín: Centrado en el diálogo (Angelita, Lo invisible).
  • Jacinto Grau: Teatro intelectual y filosófico.
  • Valle-Inclán: Representa la cumbre de la renovación formal con el esperpento. Obras: Comedias bárbaras, Divinas palabras y Luces de bohemia, donde realiza una crítica colectiva contra la sociedad y la política de la época.

La Generación del 27

  • Pedro Salinas: Teatro de corte poético sobre el amor y la alienación (El director).
  • Rafael Alberti: Teatro político de ideología comunista y teatro poético con elementos simbólicos.
  • Miguel Hernández y Max Aub: Otros autores relevantes que cultivaron el género.
  • Federico García Lorca: Una de las cumbres del teatro universal. Sus temas principales son la frustración y el conflicto entre la realidad y el deseo. Sus personajes suelen fracasar en su rebeldía. Utiliza un estilo que combina verso y prosa con un lenguaje popular. Su trayectoria incluye El maleficio de la mariposa (años 20) y su etapa de plenitud con Bodas de sangre, Yerma y La casa de Bernarda Alba.

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