Evolución de la Poesía en Lengua Española del Siglo XX: Corrientes, Autores y la Obra de Pablo Neruda

La Guerra Civil española y la Segunda Guerra Mundial marcan el gran corte literario del siglo XX. La europeización de España en los años 60 y el Mayo francés de 1968, la muerte de Franco en 1975 y la democracia en los años siguientes son acontecimientos de suma importancia. El ascenso y la caída de la poesía social (entre 1939 y 1968) se ajustan bien a esos cambios históricos. La Generación del 50 tendió más a una poesía individual, de la «experiencia», pero mantuvo un claro tono ético y civil. La Generación del 70 renovó tanto el lenguaje poético como los temas. La Generación del 80, por su parte, presenta una gran diversidad de tendencias.

1. La Poesía hasta los Años 50

La poesía que se escribió después de la Guerra Civil hasta mediados de los años 50 puede agruparse en tres tendencias principales: poesía arraigada, poesía desarraigada y, más tarde, poesía social.

1.1. Poesía Arraigada

Se denomina así a la poesía escrita por un grupo de poetas en los años 40, más interesados en la perfección del verso y en la expresión de la belleza que en retratar la situación del momento. En sus versos, acudieron a los sentimientos religiosos o a los temas tradicionales (paisaje, amor). Pretendían conseguir un lenguaje sereno y clásico, evitando los sentimientos dolorosos y los gritos de angustia. Por ello, su actitud era distante y fría. Empleaban la métrica regular y el soneto era su estrofa preferida. Se les suele agrupar en torno a las revistas Escorial y Garcilaso. Entre los poetas destacados se encuentran: José García Nieto, Luis Rosales, Leopoldo Panero y Dionisio Ridruejo.

1.2. Poesía Desarraigada

En la misma década de los 40, contra el esteticismo clasicista de los «arraigados», surge una reacción en otros poetas a los que se denomina «desarraigados». Un hito importante de esta poesía es la publicación de Hijos de la ira (1944) de Dámaso Alonso. Sus poemas, de carácter existencial, están llenos de angustia. Espadaña es la revista en la que publicaba sus poemas este grupo de poetas, encabezados por Victoriano Crémer y Eugenio de Nora. La poesía recobra tonos más humanos; los poetas elevan su voz para expresar sus inquietudes y circunstancias vitales.

1.3. Poesía Social

La poesía social mira más hacia el exterior y contempla la injusta y triste realidad en la que vive el ser humano. La voz poética se vuelve solidaria y de denuncia. Surge a finales de los años 40 y su cultivo se produce, sobre todo, en la década de los 50. Dos de sus obras más significativas se publican en 1955: Cantos iberos de Gabriel Celaya y Pido la paz y la palabra de Blas de Otero. El poeta social se hace eco del sufrimiento humano y denuncia las desigualdades y las injusticias sociales que padecen los más desvalidos. Su deseo es ayudar a transformar la sociedad en la que vive. Para su propósito y para que el lector tome conciencia, se dirige a «la inmensa mayoría» y prefiere usar un lenguaje sencillo y directo, a veces incluso prosaico. Por ello, el poeta comprometido está muchas veces más cerca de las preocupaciones sociales que de las inquietudes estéticas. Entre sus exponentes, se puede mencionar a José Hierro.

2. La Generación del 50

A mediados de los años 50, en pleno auge de la poesía social, surge un grupo de poetas a los que la crítica ha denominado «Generación del 50» o «Segunda Generación».

2.1. Características Generales

  • Expresión de la intimidad, de lo subjetivo y de lo amoroso. Prefieren mostrar su intimidad y relatan sus amores, reales o fingidos, sin pudor.
  • Valoración de la palabra poética. Preocupación por un lenguaje más cuidado, aunque sobrio.
  • Tono menos dramático que el de la poesía social; no se excluye la posición crítica ante la realidad.
  • Presencia, a veces, del humor, de la ironía o del escepticismo.
  • Entienden la poesía no solo como comunicación (como ocurre en la poesía social) sino también como una forma de experiencia personal y de exploración de la realidad.

2.2. Nómina de Poetas

  • Ángel González: Alterna la poesía íntima con la social y el tono irónico con el coloquial.
  • José Ángel Valente: Cultiva una poesía del silencio, cercana a la de San Juan de la Cruz.
  • Jaime Gil de Biedma: Compañeros de viaje es su obra más destacada. Su influencia entre las generaciones del 70 y 80 fue enorme.

3. La Generación del 70 (Los Novísimos)

Esta generación es conocida como la de los «Novísimos», aunque muchos de los que se incluyen en ella no aparecieron en esa antología.

3.1. Características

  • Acentúan la importancia concedida al aspecto verbal y a la huida de la realidad. Ruptura con la poesía anterior.
  • Reserva sentimental. El «yo» del autor desaparece para que su lugar lo ocupe otro inventado por el poeta.
  • Influencia del cine y de los medios de comunicación: referencias a películas, canciones, famosos.
  • Lectura restrictiva de la tradición. Encabezados por Pere Gimferrer, buscaron un lenguaje poético exuberante, de procedencia simbolista, surrealista y, sobre todo, modernista. Prefieren el verso largo. Poetas destacados: Juan Luis Panero, Guillermo Carnero, Luis Alberto de Cuenca…

4. La Generación del 80

A mediados de los años 70 se observa una dispersión de la poética de la generación anterior. En buena medida, estos poetas, rechazando los aspectos más extremos de la estética «novísima», vuelven a la poética de la Generación del 50. Los rasgos principales son: pluralidad y diversidad de autores y corrientes (neosurrealismo, minimalismo o conceptualismo, poesía de la experiencia).

5. Poesía Hispanoamericana

5.1. Visión General

  • Superación del Modernismo a finales de la primera década del siglo XX.
  • Poesía intimista y costumbrista: Frente al cosmopolitismo modernista, una serie de poetas optó por describir su entorno, la realidad cotidiana. Especial importancia reviste la poesía intimista femenina, con Gabriela Mistral a la cabeza.
  • Poesía vanguardista: El chileno Vicente Huidobro es el máximo representante. El Surrealismo fue el movimiento de vanguardia que más importancia tuvo en Hispanoamérica. Octavio Paz es quien mejor representa esta tendencia.
  • Poesía afroamericana: A finales de los años 20, la búsqueda de lo autóctono tuvo como consecuencia la revalorización de la poesía popular de la población negra, llena de ritmo y colorido. Nicolás Guillén fue el máximo exponente.
  • Poesía pura: Fundamentada en la búsqueda de la belleza, al margen de la expresión de los sentimientos.
  • Poesía comprometida: La década de los años 30 es una época de conflictos políticos y sociales. Artistas y escritores se ven impulsados a reflejar en sus obras las tensiones. La mejor poesía social es la creada por Nicolás Guillén, César Vallejo y Pablo Neruda.

5.2. Pablo Neruda (1909-1973)

Está considerado uno de los poetas más importantes de Hispanoamérica. El verdadero nombre de este chileno era Ricardo Neftalí Reyes, que sustituyó por el seudónimo literario de Pablo Neruda.

La obra poética de Neruda tiene su primer hito en Veinte poemas de amor y una canción desesperada, libro en el que se conjugan la emotividad juvenil y la madurez creativa. En este poemario canta al amor (pasión, pero también dolor y drama) con un lenguaje poético lleno de imágenes sugestivas. Alejado tanto del Modernismo como del Vanguardismo, que entonces estaban en auge, renueva el lenguaje amoroso, impregnándolo de referencias telúricas. Mediante un estilo sencillo y coloquial, la clara exaltación de la pasión amorosa se conjuga con una tenue tristeza existencial.

Durante su período como diplomático (iniciado en 1927), Neruda experimenta una profunda crisis existencial que se expresa en Residencia en la tierra. Influido por el Surrealismo, el poeta bucea en las zonas más oscuras de su personalidad. Usa para ello imágenes oscuras pero hermosas. El poeta se carga ahora de solidaridad y compromiso. La salida de esta situación personal coincidirá con su llegada a España en 1934. El poeta encuentra en el marxismo una ideología que dará sentido a su vida. El cambio ideológico no solo influirá en los contenidos de sus poemas, sino también en el estilo, ahora más sencillo y directo. Este nuevo giro en su obra llega con Tercera residencia. Esta nueva orientación ideológica y poética culmina en el Canto general, extenso libro de tono épico en el que el poeta reconstruye la historia de los pueblos americanos.

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