El Teatro desde 1940 hasta Hoy
1. El Teatro de Posguerra (Años 40 y Principios de los 50)
Al terminar la Guerra Civil, figuras clave como Valle-Inclán y Lorca habían muerto o estaban en el exilio. A esto se añade que el cine comenzaba a ser una competencia seria. Durante los años 40 y principios de los 50, se desarrollaron tres líneas principales:
- Teatro de Comedia: Caracterizado por comedias de salón, con una amable crítica de costumbres y la defensa de los valores tradicionales de la España triunfante.
- Teatro Cómico Renovador: Autores como Enrique Jardiel Poncela intentaron renovar la risa española con un humor basado en el inverosimilitud. Destaca su obra Los ladrones somos gente honrada. Miguel Mihura también siguió esta línea, aunque con un toque de farsa.
- Teatro de Carácter Existencialista: En el que destacan Antonio Buero Vallejo y Alfonso Sastre. La obra de Sastre, Escuadra hacia la muerte, marca un hito en el teatro de posguerra. Posteriormente, Sastre defenderá un teatro realista con obras como Muerte en el barrio. En su ensayo Arte como construcción, expuso las claves de la literatura de los años 50 y 60.
2. El Teatro de los Años 50 y 60: El Social-Realismo
Con Buero Vallejo y Sastre, se pasa al teatro social y de protesta. Un nuevo público demandaba un teatro más cercano a la realidad y más crítico. Sastre promovió el teatro de agitación social, que a menudo fue prohibido. Otros autores importantes de este grupo de teatro realista fueron Carlos Muñiz, Lauro Olmo y José Martín Recuerda.
Los temas recurrentes son:
- La deshumanización.
- Las ilusiones truncadas.
- La represión social.
La técnica empleada era predominantemente realista.
3. Los Años 60 y 70: Búsqueda de Nuevas Formas
Otros autores se lanzaron a una renovación de la expresión dramática, dando lugar a una nueva vanguardia teatral. Estos autores continuaron estrellándose contra la censura, los teatros convencionales, el público mayoritario y la crítica, lo que llevó a su marginación.
El caso más interesante es el de Fernando Arrabal, quien, tras su primera obra, continuó su carrera teatral en Francia. Es el creador del Teatro Pánico, desenfrenado y provocador, y del Teatro del Absurdo.
Por otro lado, abundaron los grupos de teatro independiente. Los rasgos más comunes de este teatro serían:
- Temas: Crítica a la dictadura.
- Estilo: Se sustituye lo realista por lo simbólico.
- Técnica: Se cultivan los recursos no verbales (gesto, música, escenografía).
4. Tendencias y Autores desde los Años 80 hasta Hoy
Las administraciones públicas comenzaron a financiar el teatro. No obstante, hay excepciones como el Teatro de la Abadía en Madrid y las pequeñas salas alternativas, donde se está abriendo la evolución de la escena española.
Los rasgos y autores de esta etapa incluyen:
- Un teatro anticonvencional que parte de Francisco Nieva, cuyas obras se caracterizan por el erotismo, la sátira y la desmesura.
- Retroceso de las vanguardias y retorno al teatro tradicional.
- Desde el año 2000, se prefiere el realismo. Se siguen tratando temas individuales y colectivos.
- Se han asimilado la música, la danza y los audiovisuales.
- Los escenarios son variados, aunque surgen nuevos espacios como bares y microteatros, donde todo es mínimo: el espacio, la duración de la obra e incluso el precio de las entradas.
Destacamos a Juan Mayorga, quien recurre a personajes de la historia reciente que nos ayudan a comprender mejor nuestro tiempo, a ver cómo somos o cuán incomunicados estamos.
La Poesía Anterior a 1939
1. El Modernismo y la Generación del 98
Actualmente, los términos ’98 y ‘Modernismo’ se engloban bajo la denominación de Literatura Finisecular (el periodo de 1890 a 1910), cuando ambos movimientos coinciden en el rechazo al positivismo, al naturalismo narrativo, al drama romántico y a la poesía tradicional. Asimismo, se asemejan en mostrar una actitud de rebeldía en un contexto histórico marcado por el Desastre del 98.
El Modernismo se inicia en Hispanoamérica, impulsado por Rubén Darío, y se considera una variante del Simbolismo. Rubén Darío escribe su primer libro modernista en 1888, Azul, que mezcla prosa y verso. Le siguen Prosas profanas (de tema amoroso) y Cantos de vida y esperanza (1905), donde se atenúan los rasgos modernistas. Hasta su muerte en 1916, la poesía en lengua española estuvo dominada por Rubén Darío.
2. Los Movimientos de Vanguardia y la Generación del 27
La Generación del 27: Características
La forman Pedro Salinas, Jorge Guillén, Gerardo Diego, Dámaso Alonso, Vicente Aleixandre, Federico García Lorca, Luis Cernuda, Rafael Alberti, Emilio Prados y Manuel Altolaguirre. Según Salinas, para ser considerados miembros, todos nacieron entre 1891 y 1905, tenían una formación universitaria elevada y pasaron por la Residencia de Estudiantes. El acontecimiento que les une fue la celebración del tricentenario de la muerte de Góngora en 1927.
Por otra parte, la aparición de los movimientos de vanguardia se da en un contexto donde los artistas acusan a Europa y a su civilización burguesa de haber creado la barbarie. La postura de los poetas españoles de este tiempo es de rechazo a lo anterior; son respetuosos con la tradición literaria española, pero también abrazan las vanguardias. De ahí que no exista un único estilo. Eso sí, en todos se ve el deseo de renovar el lenguaje poético y coinciden en su trayectoria, aunque cada uno mantiene su estilo muy personal. Para todos, la poesía es la búsqueda de la perfección, por eso Góngora es el modelo común.
Movimientos de Vanguardia
El Futurismo
Nace con el Manifiesto Futurista y se opone a lo sentimental, exaltando todo lo mecánico y deportivo actual. Artísticamente, propone la velocidad en el estilo y la simultaneidad (decir cosas rápidamente y casi de modo simultáneo). En España, Ramón Gómez de la Serna publicó el manifiesto en la revista Prometeo. Fue tomado en cuenta en la primera etapa del 27 con poemas dedicados a asuntos modernos.
El Cubismo y el Ultraísmo
Guillaume Apollinaire traslada el Cubismo a la literatura: descompone la realidad para luego reconstruirla. Incluso propuso una nueva disposición del poema, creando poemas visuales. Esto fue impulsado en España en 1919 con el Manifiesto Ultraísta.
El Surrealismo
Es el movimiento más importante por su influencia aún vigente. Surge con André Breton y el Manifiesto Surrealista de 1924. Busca pasar de la deshumanización a la rehumanización y la liberación absoluta del hombre. En España, el Surrealismo se conoció pronto; Breton y Aragon contactaron con poetas españoles en Barcelona y Madrid. De hecho, Juan Larrea conoció de primera mano el Surrealismo en París, llegó a escribir en francés y fue traducido por Gerardo Diego. Sin embargo, el Surrealismo español no fue tan extremo, pero sí supuso una liberación de la imagen poética.
La Narrativa desde 1940 hasta los Años 70
1. La Novela en los Años Cuarenta: La Generación del 36
El exilio de novelistas y la censura gubernamental dejaron a España desorientada intelectualmente. Pío Baroja sirvió de modelo útil con sus estudios narrativos. El hecho de que la realidad se impusiera brutalmente hizo que muchos autores orientaran su estética hacia una imitación de la realidad. Sin embargo, los nuevos autores buscaron otras formas de realismo. Las novelas que inauguran esta nueva corriente son:
- La familia de Pascual Duarte (Camilo José Cela): Introduce el Tremendismo, una manera agria de retratar la realidad seleccionando lo más duro de la vida de posguerra.
- Nada (Carmen Laforet).
A esta generación de autores se les llama Generación del 36. Todos ellos tienen en común el reflejo amargo de la vida cotidiana desde un punto de vista existencial.
2. El Realismo Social en la Novela de los Años 50: La Generación del Medio Siglo
Cela abre esta época con La colmena, junto a La noria de Luis Romero. Ambas obras tienen protagonistas colectivos. Estas marcan una novela que se llama social porque selecciona la sociedad que objetiva la injusticia de la posguerra; la sociedad por completo es el verdadero protagonista, aunque también se da el personaje representativo de un determinado grupo social.
Hay autores que, para plasmar la realidad injusta, seleccionarán subjetivamente el conductismo. Por eso predominan los diálogos en detrimento de la descripción; los personajes hablan como si hubieran sido grabados. Predomina el lenguaje que refleja el vivir monótono de la vida representada. Por otro lado, hay otros autores que introducen la opinión del narrador (Realismo Crítico).
Empiezan a aparecer ensayos como manifiesto de la nueva estética, como La hora del lector de Castellet. En este se dice que el escritor debe comprometerse con la realidad con la intención de cambiarla y hacerla más justa.
3. La Renovación de las Técnicas Narrativas en la Década de los 60
La nueva etapa la abrió en 1962 Tiempo de silencio de Luis Martín-Santos. En cuanto al narrador, se continúa la búsqueda de cierto objetivismo, pero se da importancia al punto de vista desde el cual el autor contempla los sucesos y los personajes, siendo este único o múltiple (diversos personajes).
El argumento se reduce al mínimo. La novela de este momento da entrada a lo imaginativo, lo alucinante, lo irracional o lo onírico. Retorna el análisis de personajes individuales; predominan los personajes anulados por su entorno. Hay una disminución del diálogo, cobrando fuerza el estilo indirecto libre y el monólogo interior. Se generaliza el lenguaje poético y la sintaxis es compleja. Novelistas de esta renovación incluyen a Cela (en su etapa posterior).
