Escritores Realistas y Naturalistas Españoles
Benito Pérez Galdós (1843-1920)
Benito Pérez Galdós, nacido en Las Palmas de Gran Canaria en 1843 y fallecido en 1920, destaca por su extensa y valiosa producción literaria. Su obra se caracteriza por la creación de personajes inolvidables y por su capacidad para integrar la historia del país en la vida particular de esos seres inventados. Escribió una larga serie de novelas históricas, conocidas como los Episodios Nacionales.
En el resto de su producción, suelen señalarse tres épocas:
- Primera época: Novelas de tesis. Predominan las novelas en las que el autor se decanta claramente a favor de los personajes liberales, a menudo en conflicto con un mundo tradicional e inmovilista. Ejemplos notables son Doña Perfecta y Marianela.
- Segunda época: Novelas españolas contemporáneas. Estas son sus obras más famosas y reconocidas. Los personajes son ahora más humanos y cercanos a la realidad inmediata, y adquieren gran relevancia las pinturas de ambientes y clases sociales. El escritor nos sumerge en la sociedad española de la época, y concretamente la madrileña, descrita con minuciosidad: desde las familias más acomodadas hasta la miseria de los pordioseros. De esta época destacan novelas como Miau, Misericordia y, sobre todo, la extensísima y magnífica Fortunata y Jacinta.
En Fortunata y Jacinta, Juanito Santa Cruz, joven señorito de clase acomodada y familia de comerciantes, se casa con Jacinta, con quien no puede tener hijos. Durante el matrimonio, Juanito sigue manteniendo relaciones con Fortunata, hermosa mujer de clase humilde que a su vez se casa con un hombre débil y mentalmente inestable, Maximiliano Rubín. Fortunata, que progresivamente va alcanzando más protagonismo en la obra, abandonada y enferma, morirá después de entregar al hijo que tuvo con Juanito Santa Cruz.
Otras obras destacadas de Galdós incluyen El caballero encantado y Casandra.
Leopoldo Alas, Clarín (1852-1901)
Leopoldo Alas, conocido como Clarín, cuya obra es menos extensa pero tan importante o más que la de Galdós, escribió magníficos cuentos y relatos muy variados en todos los aspectos: en los temas, en el tipo de personajes, en la técnica narrativa, en el lenguaje y también en el tono, que va desde la sátira al humor o a la ternura. Un ejemplo es ¡Adiós, Cordera!, considerado por muchos críticos el mejor cuento español de la época. Ambientado en el paisaje asturiano, relata con enorme ternura la historia de Pinín y Rosa y su tristeza cuando han de separarse de su querida vaca, Cordera.
Clarín escribió solo dos novelas. La mejor y una de las cumbres de toda la narrativa del siglo XIX es La Regenta. Esta obra trata el conflicto de la búsqueda del amor ideal en un ambiente mediocre y hostil. Ana Ozores, la Regenta, es una mujer joven, hermosa y casada con un hombre mayor. Se siente infeliz y frustrada en su matrimonio, en el que no ha tenido hijos. Busca, entonces, refugio espiritual en un sacerdote, el ambicioso y dominante don Fermín de Pas, que tiene el cargo de Magistral en la catedral de Vetusta (nombre simbólico con el que censura los modos de vida de la ciudad de Oviedo).
Después, fracasada esta opción, Ana se refugia en una relación adúltera con don Álvaro Mesía, un donjuán provinciano, cínico y cobarde. Cuando el marido, Víctor Quintanar, que había sido el regente de la ciudad, descubre la relación de su esposa con Mesía, siente ultrajado su honor y se bate en duelo con el amante de su mujer. Quintanar muere en el duelo y Mesía huye, abandonando a Ana. Vetusta se escandaliza y a la vez se alegra porque la envidiada Regenta al fin ‘ha caído’. Ella queda más oprimida que nunca por el agobiante espacio físico, social y espiritual de una ciudad que la desprecia.
A través del argumento y de los personajes centrales (la ciudad como colectivo se convierte en uno de ellos), agudamente descritos también en sus aspectos psicológicos más profundos, queda al descubierto la mezquindad e hipocresía de una sociedad finisecular en la que nada es auténtico: ni la vida religiosa, ni la moral, ni la política.
Estructuralmente, la obra se compone de dos partes muy diferenciadas en el ritmo narrativo:
- La primera, mucho más lenta, cuenta en quince capítulos lo que sucede en solo tres días, pero a ello añade una demorada presentación de los personajes y de los ambientes.
- En la segunda, mucho más ágil, a través también de quince capítulos, se nos sumerge de lleno en la trama narrativa, que se desarrolla a lo largo de tres años.
Entre las técnicas empleadas por el autor destaca, además de las evidentes conexiones con el Naturalismo, el uso magistral del estilo indirecto libre.
Emilia Pardo Bazán (1851-1921)
Emilia Pardo Bazán, nacida en A Coruña en 1851 y fallecida en 1921, incorporó a su obra elementos naturalistas, como la presentación de situaciones escabrosas y violentas y la gran influencia del medio en los personajes. Los pazos de Ulloa y La madre naturaleza destacan por su gran fuerza descriptiva y por el interés de la trama.