El inicio del siglo XX en España marcó una profunda búsqueda de nuevos caminos para explicar el mundo interior del ser humano y una realidad en constante cambio político y social. Esta renovación fue la base del Modernismo, un movimiento que pretendía una transformación de la vida y el arte a través de la antiburguesía y la recuperación de la belleza del lenguaje literario.
Paralelamente, los escritores de la Generación del 98, profundamente preocupados por la realidad política española, anhelaban regenerar la vida pública de un país atrasado cultural y políticamente. Ambos movimientos, aunque con matices distintos, compartían la búsqueda de una renovación del lenguaje literario.
Luces de Bohemia: Un Retrato del Siglo XX Español
La obra cumbre de Ramón María del Valle-Inclán, Luces de Bohemia, refleja de manera magistral las características de estas dos corrientes del siglo XX: el Modernismo y la Generación del 98. En ella se abordan temas cruciales como:
- El tema de España: Una profunda preocupación por la mala política y la miseria del pueblo español.
- La intrahistoria: La necesidad de conocer y fijarse en la vida cotidiana de sus gentes. En Luces de Bohemia, la vida miserable de los personajes contrasta drásticamente con el lujo de los poderosos.
- Las preocupaciones existenciales: Max Estrella, el protagonista, muere de frío, dolor y angustia ante una vida miserable, simbolizando la desesperanza de la época.
- El cuidado del lenguaje: La obra presenta múltiples voces dramáticas que representan los diversos niveles sociales, reflejando con exactitud el nivel cultural, social y espiritual de cada personaje. La riqueza de voces y matices evidencia el interés de Valle-Inclán por la precisión del lenguaje y sus expresiones.
Max Estrella, el protagonista de Luces de Bohemia, representa la evolución de su autor desde el Modernismo hacia un compromiso activo con la realidad social. La obra, a través de un violento contraluz, expone la sociedad española de los años veinte, sumida en el oscurantismo religioso, los abusos de poder y la ignorancia de un pueblo que detesta la cultura y la inteligencia.
La Bohemia como Eje Temático
La bohemia es un tema primordial de la obra, encarnando valores como el culto por el arte, la belleza, la libertad y la rebeldía. La obra se concibe como una serie de tópicos para entender la vida, por lo que el bohemio adopta una actitud de rebeldía y protesta contra la política de la Restauración. París, símbolo de libertad, es constantemente aludido en la obra, reflejando los modelos literarios y la atmósfera que el bohemio anhela.
Contexto Político y Social en Luces de Bohemia
Luces de Bohemia fue publicada por primera vez en 1920 y, en su versión de libro de 1924, introdujo escenas más ideologizadas. A pesar de su relevancia, no pudo ser representada hasta 1970. Desde el punto de vista teatral, es una obra renovadora y, desde el social, profundamente crítica.
Valle-Inclán veía con un enorme pesimismo la situación política y social española, cuestionando sus puntos más críticos:
- La corrupción generalizada, desde los políticos hasta los más miserables.
- La pobreza y miseria del pueblo español.
- La falta de ideales y de amor por la cultura.
Aunque la muerte de Max Estrella sucede en un solo día, existe una intencionada indeterminación temporal. La obra alude a acontecimientos clave ocurridos en España entre principios de siglo y 1924, como la Semana Trágica de Barcelona, la huelga de obreros, figuras como Mateo y Rubén Darío, o la Ley de Fugas. Todo esto conforma un tiempo histórico indeterminado que enriquece la ambientación y el carácter histórico y real del drama. Es un verdadero retablo de una época de España convulsa y represiva.
La Protesta Social y el Esperpento
Valle-Inclán opta por una literatura que denuncie los males del país, cuya base sea la realidad social. La romántica rebeldía del bohemio se alza contra el sistema capitalista y la sociedad burguesa. Max Estrella, en particular, adopta una actitud de desacato a la autoridad.
El autor acusa directamente a figuras de la política del momento relacionadas con el poder corrupto, como Antonio Maura, la Infanta o Alfonso XIII, quienes sufren insultos, ironías y burlas a lo largo de la obra.
La lucha de clases es otro tema central, con personajes divididos en dos grupos:
- Pequeños propietarios, fanáticos del respeto al orden y la propiedad privada, pertenecientes a la pequeña burguesía.
- Personajes que lamentan la muerte del niño y que pertenecen al proletariado.
Otro tema primordial es la visión degradada de España, con alusiones a la Leyenda Negra. Como bien señaló Pedro Salinas, Valle-Inclán es el “hijo prodigio del 98”. El autor, que inició su juventud con posturas conservadoras y sin preocupaciones sociales, evolucionó hacia una madurez comprometida, abordando de lleno el problema de España.
El planteamiento de Valle-Inclán difiere del de los noventayochistas en su sentimiento por España. El Esperpento va más allá de las reformas y actitudes burguesas del 98, ofreciendo una visión más cruda y deformada de la realidad. La huelga general y la lucha de clases son claras muestras del enfoque de Valle-Inclán.
A través de las palabras de sus personajes, el autor logra ofrecer una visión global del conflicto, captando posturas opuestas sobre cuestiones sociales y trazando una realidad plural y conflictiva. Mediante el uso de ironías, Valle-Inclán se decanta por aquellos personajes que se rigen por la honestidad y la ética, y estos son precisamente los que no son esperpentizados.
A lo largo de la obra, se alude constantemente a la patria y al pueblo español. Ciertos personajes parecen dar soluciones dispares a los problemas de la nación, con Max Estrella siempre participando en la teorización:
- La primera solución, de índole religiosa, es argumentada por Don Gay.
- La segunda, de carácter político, es debatida entre Max y el preso.
En el fondo, Valle-Inclán recrimina a ciertos sectores del pueblo llano que, con su pasividad o complicidad, favorecen el abuso de poder.