Los años 20 y 30 (el periodo de entreguerras) fueron, en España, de una agitación constante: la Restauración, la dictadura de Primo de Rivera, la II República (cinco años de ilusiones, reformas y conflictos sociales) y la Guerra Civil. Este es el panorama político y social que vivieron los autores nacidos a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, quienes conformaron la célebre Generación del 27.
Estos poetas participaron activamente en la vida de la Residencia de Estudiantes, mostrando una notable preocupación cultural y formándose en el ambiente del arte “deshumanizado”. Publicaron en revistas literarias de la época y estuvieron presentes en los actos de celebración del bicentenario de la muerte de Góngora, un evento clave para su cohesión como grupo.
El núcleo artístico de la Generación del 27 lo constituyeron figuras como: Jorge Guillén, Pedro Salinas, Federico García Lorca, Rafael Alberti, Vicente Aleixandre, Luis Cernuda, Gerardo Diego, Dámaso Alonso, Emilio Prados y Manuel Altolaguirre.
Los rasgos distintivos de esta generación son la fusión y el equilibrio: fueron poetas de su tiempo que se influenciaron de sus maestros inmediatos (como Juan Ramón Jiménez), de autores de otros movimientos (Góngora, los renacentistas o Bécquer) y de los temas y procedimientos vanguardistas (metáforas e imágenes, libertad métrica, etc.). Todo esto se sumó a la fusión entre lo culto y lo popular, creando una poesía rica y diversa.
Fases de la Generación del 27
- Primera etapa (hasta 1929): Etapa de juventud y consolidación del grupo. Se caracteriza por el esplendor de las vanguardias, la poesía pura y la búsqueda absoluta de la belleza.
- Segunda etapa (1929-1936): Autores como Lorca o Cernuda sufrieron crisis existenciales y encontraron en el surrealismo una forma de expresión. En esta fase, se rehumaniza la expresión poética con la exploración del yo y las emociones.
- Tercera etapa (Desde 1936): Marcada por la desintegración del grupo debido al asesinato de Lorca y el exilio de muchos de sus miembros. Algunos viraron hacia la temática social y el compromiso político, aunque siguiendo diversos caminos creativos.
Autores y Obras Representativas
Jorge Guillén
Representante máximo de la poesía pura (hasta 1950), la cual recoge en su libro Cántico. La vivencia del dolor, las imperfecciones y la muerte ocupó su siguiente libro: Clamor. Después publicó Homenaje, donde rindió tributo a artistas de todas las épocas. Guillén concibió el conjunto de su creación como una sola gran obra que tituló: Aire Nuestro.
Gerardo Diego
Afianzó las bases del creacionismo y el surrealismo en España. Alternó la poesía tradicional (Versos humanos) y la poesía vanguardista (Manual de espumas).
Pedro Salinas
Es considerado el poeta del amor. Inicialmente, su poesía estaba influenciada por el vanguardismo, que se manifestó en la preferencia por objetos de la vida moderna, como en Fábula y signo. En su época de plenitud, el amor será el tema central. En el exilio, su poesía adquiere un tono de preocupación; su último libro, Confianza, trata sobre la existencia de la vida.
Federico García Lorca
Comenzó con su poesía de aire modernista, seguida por la poesía pura y por la poesía inspirada en fuentes populares. La cúspide de este periodo se da en el Romancero gitano, donde lo popular se mezcla con imágenes simbólicas. En Poeta en Nueva York, influenciada por el surrealismo, predomina la libertad de imágenes. En toda su poesía destaca la visión trágica de la existencia y la amargura por la imposibilidad de realización personal.
Rafael Alberti
Es el representante republicano. La obra de este poeta está marcada por el gusto por el clasicismo, el vanguardismo y el compromiso político. Sus comienzos están inspirados en la poesía tradicional, como en Marinero en tierra, donde recuerda su infancia en Cádiz. Más tarde, en su obra Cal y canto, influenciada por las vanguardias, trata temas del mundo moderno. De influencia surrealista es Sobre los ángeles, que refleja una crisis personal. El final de su vida lo dedicó a la poesía comprometida y a la poesía del exilio.
Luis Cernuda
Su poesía completa se recoge en el libro La realidad y el deseo. Tras la Guerra Civil y el exilio, escribe obras de nostalgia y, en su última obra, Desolación de la quimera, plasmará su testamento poético y moral.
Dámaso Alonso
Destacó como crítico literario. En un principio, se identifica con el ideal de poesía pura, pero su obra cumbre fue Hijos de la ira, que representa un grito de protesta contra el odio y la injusticia. Esta obra inicia su segunda etapa poética, marcada por el surrealismo.
Vicente Aleixandre
Su obra está dedicada a la búsqueda del conocimiento. Antes de la Guerra Civil, está muy influenciado por el surrealismo con obras como Espadas como labios, cuyo tema es el amor como fuerza destructora. Después de la guerra, en su obra resurge el surrealismo y, por último, en su poesía de vejez, destaca Poemas de la consumación. Con esta obra ganó el Premio Nobel, en el que aborda el tema de la muerte.
