La Literatura Dieciochesca en España: Contexto Histórico y Expresiones Artísticas

El Siglo XVIII en España: Contexto Histórico y Cultural

Durante el siglo XVIII, en España se instaura la dinastía de los Borbones con Felipe V, quien impone el centralismo y el despotismo ilustrado (“Todo para el pueblo, pero sin el pueblo”). La burguesía se fortalece y la razón, la ciencia, el racionalismo y el experimentalismo sustituyen a la religión y las supersticiones, iniciándose así la Ilustración o Siglo de las Luces.

Se fundan instituciones como la Biblioteca Nacional y la Real Academia Española, y la Enciclopedia Francesa inspira la difusión del saber. Aparecen la prensa periódica y las tertulias, pero tras la Revolución Francesa (1789), la censura frena la difusión de estas ideas, dividiendo la sociedad entre liberales y tradicionalistas.

Tendencias Literarias del Siglo XVIII

En este siglo, conviven tres corrientes literarias principales:

1. El Rococó o Posbarroco

Es una prolongación del Barroco, que exagera su gusto por la ornamentación y los detalles figurativos.

2. El Neoclasicismo

Inspirado por los principios de la Ilustración, propone un regreso a los modelos grecolatinos, con dos objetivos: el didactismo (enseñar a través de la literatura) y la verosimilitud (reflejar la realidad de forma lógica y creíble). Estilísticamente, busca la naturalidad y el equilibrio, rechazando los excesos barrocos. La obra Poética de Ignacio de Luzán establece sus normas.

3. El Prerromanticismo

Nace de una nueva forma de pensar que se va difundiendo entre los escritores de la Ilustración. Revaloriza el individualismo, el instinto, la naturaleza y el sentimiento. Anticipa temas como el suicidio, el amor fatal, la rebeldía y la marginalidad, que se verán en el Romanticismo del siglo XIX.

Géneros Literarios en el Siglo XVIII

Prosa

La narrativa de ficción casi desaparece a principios de siglo. Solo destacan obras como Vida de Diego de Torres Villarroel y Fray Gerundio de Campazas del Padre Isla.

Será la prosa de ideas la que se desarrolle enormemente en esta época. El género predominante es el ensayo, ya que responde a la vocación didáctica de la Ilustración. Se caracteriza por su brevedad, variedad temática, estilo ameno, enfoque crítico y divulgativo.

Benito Jerónimo Feijoo defiende las nuevas ideas ilustradas y combate las supersticiones y la decadencia barroca con ironía y humor y un lenguaje directo y claro.

Gaspar Melchor de Jovellanos analiza problemas sociales en Informe sobre la ley agraria y Memoria sobre espectáculos y diversiones públicas, proponiendo ideas de reformas para resolver los problemas del país.

José Cadalso representa la fusión de tendencias: sus Cartas marruecas reflejan el espíritu crítico neoclásico, mientras que Noches lúgubres es un claro ejemplo de prerromanticismo, por su tono lúgubre y exaltación emocional.

Poesía

La poesía dieciochesca refleja las tres corrientes principales:

Poesía Rococó: De influencia francesa, aborda temas amorosos y sensoriales con preferencia a los versos cortos. Su versión más conocida es la poesía anacreóntica (cuando exalta el amor y los goces sensuales en un entorno natural idílico), con Juan Meléndez Valdés como principal exponente.

Poesía Neoclásica: Se caracteriza por su claridad y equilibrio. Se desarrolla en tres subgéneros:

  • Poemas encomiásticos, que exaltan el progreso.
  • Sátiras, que critican los vicios sociales.
  • Fábulas, de intención didáctica, protagonizadas por animales.

Poesía Prerromántica: Cultiva temas sentimentales y ambientes lúgubres, anticipando el Romanticismo. Destacan José Cadalso y Manuel José Quintana.

Teatro

Los ilustrados intentaron una reforma del teatro, alejándolo del modelo barroco, y ajustándolo a la preceptiva neoclásica, con las siguientes características:

  • Respeto a las unidades de lugar, tiempo y acción.
  • Observación del decoro.
  • La verosimilitud con finalidad didáctica y separación de géneros (tragedia y comedia).
  • En tragedia española, destaca Raquel de Vicente García de la Huerta.
  • En la comedia de buenas costumbres, sobresale Leandro Fernández de Moratín con La comedia nueva (crítica al teatro posbarroco) y El sí de las niñas, obra contra los matrimonios concertados y en defensa de la libertad individual.
  • El teatro prerromántico se manifiesta en la comedia lacrimosa, de origen francés, donde la historia es trágica pero con final feliz. Ejemplo: El delincuente honrado de Jovellanos.

Sin embargo, el teatro neoclásico no triunfa entre el público, que sigue prefiriendo las antiguas tragicomedias barrocas (Lope, Calderón) y las nuevas comedias lacrimosas.

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