La Novela Realista y Naturalista Española del Siglo XIX: Contexto, Rasgos y Autores

La Novela Realista y Naturalista en el Siglo XIX

Contexto Sociocultural

Durante la segunda mitad del siglo XIX se produjeron en Europa importantes transformaciones políticas y sociales: surgieron movimientos obreros y sindicales, y crecía el poder económico y político de la burguesía. En España, este periodo abarca el reinado de Isabel II, la revolución de «La Gloriosa» de 1868, el Sexenio Revolucionario y, en 1875, la Restauración con Alfonso XII, consiguiéndose una alternancia pactada entre liberales y conservadores. Sin embargo, los sucesivos gobiernos no lograron solucionar los graves problemas económicos y sociales: la industria era aún escasa y el campo estaba sumido en el atraso y en un sistema latifundista controlado por caciques.

El idealismo romántico es sustituido por el empirismo, basado en la observación de los hechos y la experimentación, que defiende la confianza en el progreso y la ciencia. En el campo científico, surgen el evolucionismo de Charles Darwin, que explica la evolución de las especies como un proceso de adaptación al medio, y las leyes de la herencia, formuladas por Mendel.

Predomina un lector burgués que busca reconocerse en los personajes y asuntos de ficción. Por ello, las preocupaciones y los ambientes de estas clases medias se convierten en un tema literario central. La literatura se profesionaliza, convirtiéndose en una forma de vida para muchos escritores. Las obras están sujetas a las leyes del mercado, y el sustento del autor depende de la aceptación que tengan entre los lectores.

Durante la segunda mitad del siglo XIX, la literatura toma rumbos esencialmente realistas. Aunque esta corriente estética afectó a todas las artes y géneros literarios, encuentra en la novela su manifestación más característica. No obstante, es importante señalar que en esta época también se desarrolla el Posromanticismo de figuras como Rosalía de Castro y Gustavo Adolfo Bécquer.

Características Generales

El Realismo como corriente literaria nace en Francia, con autores como Honoré de Balzac y Stendhal. Su manifestación más destacada es la novela. En España, se considera que el Realismo novelístico se inicia con la publicación en 1870 de La Fontana de Oro, de Benito Pérez Galdós (1843-1920).

El Realismo sustituye la exaltación romántica de la libertad individual por el propósito de explicar y analizar la realidad social. La novela realista frena la fantasía desbordada; los autores pretenden narrar historias verosímiles ambientadas en lugares conocidos y observados previamente. El objetivo del escritor es crear una realidad verosímil (creíble), retratando la sociedad con exactitud y objetividad. Esto se logra mediante:

  • Descripciones minuciosas de lugares exteriores e interiores.
  • Caracterización detallada de los personajes (aspectos externos y psicológicos).
  • Uso del decoro lingüístico: empleo de una lengua viva y acorde al personaje, incluyendo coloquialismos, voces populares, regionalismos e incluso jerga.

La narración suele ser lineal y cerrada. Es frecuente el uso de un narrador omnisciente que interviene constantemente en el relato, enjuiciando hechos y personajes con intención satírica o moralizadora, buscando influir en la opinión del lector.

Se emplean también técnicas narrativas que anticipan la novela moderna, como:

  • La presentación indirecta de los personajes (a través de su comportamiento y discurso).
  • El estilo indirecto libre.
  • El monólogo interior, que permite adentrarse en la conciencia de los personajes.

Los temas principales de la novela realista reflejan los conflictos de la sociedad contemporánea:

  • El contraste entre la vida urbana y la rural.
  • Los vicios y defectos de la burguesía.
  • La miseria y las desigualdades sociales.
  • Los enfrentamientos ideológicos (políticos y religiosos).

Tendencias en la Novela Realista Española

En la novela realista española se distinguen principalmente dos tendencias ideológicas:

Novela Realista Conservadora o Tradicionalista

Estos novelistas suelen abordar temas relacionados con un mundo rural idealizado, presentado como un refugio frente a los males de la civilización y el progreso. En sus obras, lo negativo a menudo procede del exterior (la ciudad, las nuevas ideas), la cultura puede generar desasosiego y la fe religiosa se presenta como vía de salvación.

Figuras destacadas de esta línea son:

  • Fernán Caballero (seudónimo de Cecilia Böhl de Faber, 1796-1877), autora de La Gaviota.
  • Pedro Antonio de Alarcón (1833-1891), autor de El sombrero de tres picos.
  • José María de Pereda (1833-1906), conocido por su capacidad descriptiva de la naturaleza, la idealización del medio rural y su crítica al progreso urbano en obras como Peñas arriba o Sotileza.
  • Armando Palacio Valdés (1853-1938), autor de La hermana San Sulpicio o Los majos de Cádiz.

Actitud Intermedia: Juan Valera

Juan Valera (1824-1905) representa una postura intermedia. Defensor del «arte por el arte», prioriza un estilo cuidado y una obra literaria bien construida. Muestra un marcado interés por el análisis psicológico y evita los ambientes sórdidos más propios del Naturalismo. Su realismo se centra en la exploración de la personalidad humana, indagando a menudo en la condición femenina (de forma similar a Flaubert en Madame Bovary).

Obras destacadas:

  • Pepita Jiménez
  • Juanita la Larga
  • Doña Luz

Novela Progresista o Realismo Crítico

Esta tendencia, representada principalmente por Benito Pérez Galdós y Leopoldo Alas «Clarín» (1852-1901), adopta una perspectiva crítica. Sus novelas se centran preferentemente en el mundo urbano y la clase media, abordando el relato desde una creencia en el progreso social a través de la educación y la cultura. Critican el fanatismo religioso y político, así como las injusticias sociales.

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