La Función del Mito en Garcilaso
El mito en Garcilaso es un elemento esencial del lenguaje poético y de su estética. La diferencia entre el uso del mito en la Edad Media y en el Renacimiento radica en el descubrimiento de los valores literarios de la fábula mitológica, de unas formas brillantes y plásticas que se traducen en un lenguaje visual. La Edad Media convierte el mito clásico en contenido moral, histórico y bíblico; en cambio, el mito renacentista recupera la forma literaria de los clásicos y la utiliza para expresar sus sentimientos. El mito en la poesía de Garcilaso tiene dos usos principales:
- El mito como comparación con su propio estado: se entrelaza la historia del poeta con la historia del mito (ejemplo: Canción V).
- El mito como metáfora: el poeta narra el mito, que funciona como vehículo de su historia personal, expresando un sentimiento amoroso (uso tradicional del petrarquismo en las églogas).
El mito puede aparecer sin nombrar explícitamente a los personajes para integrarlo mejor con la historia personal. El mito posee un carácter plástico en la obra de Garcilaso.
El Petrarquismo y el Humanismo en Garcilaso
El petrarquismo, como sistema, se caracteriza por preferir ciertas formas expresivas como la antítesis, el contraste, el léxico simple y las imágenes, así como una elaboración muy cuidada.
Por otra parte, se centra en un número limitado de conceptos y formas que se pueden diferenciar en dos grupos:
Conceptos Externos del Petrarquismo
- Alabanza a la mujer: descripción hiperbólica por medio de una descripción metafórica o mitológica. Esta descripción se asocia con los efectos que provoca la mujer en el amado.
- Lugar del encuentro amoroso: el paisaje aparece personificado y se explica a través del tópico locus amoenus.
- Unión o encuentro de los amantes en sueños.
Conceptos Internos del Petrarquismo
- Naturaleza del amor: placer en el dolor; la dama es «mala» y «dulce» (dualismo de la dulce enemiga).
- Libertad en la prisión: el alma del amante está presa en el cuerpo de la amada.
- Intercambio de almas a través de la vista o del beso: se produce una transformación del amado.
- Pérdida de la identidad del amado.
- El amante ante el desdén de la amada rechaza el amor, pero luego se arrepiente.
- La amada es generalmente dura y se describe a partir de imágenes o metáforas.
- Los efectos del amor son terribles (tempestades, lloros, antítesis, oxímoron).
- Aparece el amor petrarquista: AMOR – VIDA – MUERTE (el poeta que ama se siente como un muerto viviente).
Por tanto, tanto el petrarquismo como Garcilaso conciben el amor como un fenómeno cósmico. El amor conforma el universo y se manifiesta en la naturaleza; de ahí que, a partir de ese reflejo, el poeta pueda expresar la pasión que siente por la amada. En Garcilaso, esto se traduce en una clara influencia del petrarquismo y el neoplatonismo.
El Soneto XXIII de Garcilaso
En los dos primeros cuartetos encontramos el tópico de la descriptio puellae, donde se describe a la dama como una mujer joven, delgada y rubia, que representa su amor platónico, ya que no puede casarse con ella. V.1: metonimia (mezcla de rojo y blanco); V.2: metonimia de la cara («la color en vuestro gesto»); V.3: contraste («ardiente, honesto») que provoca, pero sin poder avanzar; V.4: contraste. V.5 y V.6: metáfora; V.7: enumeración. Los dos cuartetos forman un paralelismo que ayuda a marcar el paso del tiempo.
En la segunda parte, se introduce el tópico del carpe diem, que invita a gozar del día a día, del presente. V.9: evocación; V.10: encabalgamiento; V.11: «hermosa cumbre» (metáfora de la vejez y la muerte), que advierte a la dama que sus cabellos rubios se convertirán en canas con el paso del tiempo. V.12: «rosa el viento helado» se refiere al color de las mejillas. V.14: juego de palabras sobre el tiempo. (Se sugiere comentar la conjugación de los verbos y su significado).
Géneros y Estrofas en Garcilaso de la Vega
Formas Petrarquistas
- Los sonetos: Deben su fama a Petrarca. Constan de catorce versos endecasílabos dispuestos en dos cuartetos de rima consonante (ABBA ABBA) y dos tercetos con rima variable (CDC DCD o CDE CDE). Se distinguen sonetos petrarquistas y también sonetos clásicos o epigramáticos.
- Las canciones: Las cuatro primeras canciones están escritas en estancias con modelos petrarquistas. Están formadas por un número variable de estancias compuestas por heptasílabos y endecasílabos, de rima consonante y combinados según una estructura uniforme. La estrofa final, llamada remate o envío, es más reducida y puede incluir una reflexión del poeta sobre su propia canción, a la que personifica, encarándose con ella.
- La estancia: Composición típicamente renacentista en la que se combinan versos heptasílabos y endecasílabos. Está formada por tres partes:
- La cabeza: los seis primeros versos (los tres primeros riman con los tres segundos).
- El cuerpo: comienza con un verso heptasílabo que rima con el último de la cabeza.
- La coda: los dos o tres últimos versos, que forman pareado o terceto.
Formas Humanistas
- La Canción V, «Oda a flor de Gnido»: Garcilaso utiliza por primera vez en castellano la lira, imitando el modelo italiano de Bernardo Tasso. Es una estrofa de cinco versos formada por endecasílabos y heptasílabos con la disposición aBabB, enlazados con dos rimas consonantes.
- Las elegías: Garcilaso utiliza el terceto encadenado. La primera es una elegía fúnebre dedicada al duque de Alba por la muerte de su hermano don Bernardino. Siguen los tópicos de la literatura consolatoria latina. La segunda elegía es más parecida a una epístola; en ella encontramos temas intimistas y amorosos dirigidos como confidencia a un amigo, llegando incluso a la crítica de costumbres y la sátira al principio de la misma.
- La epístola: Utiliza el verso blanco, es decir, una tirada de endecasílabos sueltos sin rima. Busca distinguirla de la elegía, para la que reserva el terceto, aunque por contenido puedan parecer similares. Reserva para la epístola anécdotas de viaje y reflexiones sobre la amistad con un tono suelto, con mención del destinatario al principio y fecha al final.
- Las églogas: Garcilaso elimina el lenguaje rústico y las reviste del lenguaje y la métrica de Petrarca y Sannazaro. La primera está escrita en estancias y la tercera en octavas reales. La segunda, la más larga y ambiciosa, es polimétrica, con una complicada variación de estrofas que presentan una serie de simetrías. Esta amplia obra incluye el único intento de Garcilaso de introducirse en el mundo de la épica con una larga sección dedicada a contar la historia de la Casa de Alba, aunque camuflada bajo el marco de una égloga.
Las Coplas
Garcilaso también cultivó un pequeño número de coplas con formas de canciones, un género popular que siguió vivo durante todo el siglo XVI. Como las del Cancionero General de Hernando del Castillo (1511), enlazan con la tradición trovadoresca medieval. Son ocho coplas octosilábicas que oscilan entre ocho y quince versos, divididas en dos partes. Las rimas consonantes enlazan a veces las dos partes de la copla.
Odas Latinas
Por último, Garcilaso cuenta con una colección de tres odas en latín en metros diversos de tradición horaciana. Forman parte del mundo humanístico e internacional de la poesía neolatina.
Poética y Estilo de Garcilaso
En Garcilaso, estilo y contenido van íntimamente ligados. Su importancia radica tanto en la introducción de los metros italianos como en la difusión, entre ciertos sectores cortesanos, de una serie de géneros e ideas humanistas. Naturalmente, esto no habría sido posible, aunque una cosa esté ligada a la otra, si Boscán y Garcilaso no hubiesen conseguido adecuar el endecasílabo al español, de manera que pudiese sostener todo el sistema del petrarquismo. Anteriormente, solo podían encontrarse materiales petrarquistas dispersos y asistemáticos, como en Ausiàs March y en algunos poetas de cancionero.
Uno de los elementos fundamentales es el soneto, que nace perfecto con el dolce stil nuovo y, especialmente con Petrarca, alcanza sus puntos más altos. Curiosamente, no llegó a adaptarse ni en Cataluña ni en Francia. Sin embargo, en España el soneto es la forma básica de la nueva poética. Es principalmente el medio propio para expresar la intimidad. Lope de Vega, en el Arte nuevo de hacer comedias, lo explica bien, diciendo que es propio de «los que aguardan». Y, justamente, la nueva poesía que se introduce en España se basa en una poética de fondo íntimo del poeta, sus sentimientos, haciendo hincapié en la presencia del «yo» lírico de una forma que no podía presentar el poeta de cancionero. Es una poética que se basa en la creencia en el individuo independiente y libre, capaz de expresar poéticamente su subjetividad.
Acorde con esta poética de la expresión de sentimientos íntimos, se encuentra el ideal de la claridad, tal como lo formula Garcilaso en el prólogo a la traducción de El Cortesano, realizada por Boscán: elegancia sin afectación, sencillez, modernidad y buen gusto. Los latinismos semánticos o de sintaxis (algún acusativo griego) o figuras retóricas (hipérbaton, hipálage) quedan diluidos, y hay una evidente voluntad de ocultarlos. Por lo demás, el lenguaje es llano y puede llegar a ser familiar, como en la Égloga II, matizado con popularismos.
Por último, es inevitable hablar de la «imitación» como un ingrediente importante de esta poética introducida por Garcilaso. Actualmente, una poética basada en la imitación es algo que nos resulta difícil de comprender. Se opone a conceptos tan arraigados entre nosotros como los de originalidad o el horror al plagio. Sin embargo, en el Renacimiento, imitar es una forma de admirar y de buscar la perfección; el poeta busca modelar y ver su realidad a través de las expresiones de los antiguos poetas grecolatinos, que considera perfectas. En primer lugar, hay que advertir que Garcilaso, al igual que un Poliziano, por ejemplo, no toma a Virgilio y copia un verso, sino que se lo sabe de memoria y le sirve para expresar un concepto propio, encuadrado y moldeado por las palabras egregias del poeta romano. E incluso podemos decir que una imitación de Virgilio, por ejemplo, llega a ser un ejercicio filológico, fruto de una profunda comprensión del original (no una simple traducción) que se transpone a los esquemas petrarquistas del endecasílabo romance.