La Producción Narrativa de B. Pérez Galdós: Un Análisis de su Obra Literaria

La Producción Narrativa de B. Pérez Galdós

La calidad literaria y el laborioso trabajo de Galdós lo convierten en el autor más importante de su tiempo.

Dentro de la narrativa galdosiana, hay que distinguir entre los Episodios Nacionales y el resto de sus novelas.

Dividiendo estas en los siguientes grupos:

  • Primeras Novelas: Publicadas durante la década de los 70, casi todas son novelas de tesis en que se contrapone dos ideologías, la conservadora y la liberal. Galdós no oculta sus simpatías por la España liberal y estas primeras novelas presentan una intención didáctica. Títulos de esta época son: La fontana de oro, Doña Perfecta, Gloria, Marianela, La familia de León Roch.
  • Novelas Españolas Contemporáneas: Así llamó Galdós a las novelas que publicó a partir de La desheredada (1881). Esta novela, influida por el naturalismo de Zola, no presenta ya de forma elemental acciones y personajes, sino que estas son ahora fruto de una cuidada evolución psicológica. Estas novelas de este periodo son: El amigo Manso, Tormento, La de Bringas, Miau.
  • Últimas Novelas: La crisis de la estética realista y el interés por encontrar nuevos cauces expresivos se manifiestan claramente en sus novelas desde 1889. De este periodo son: La incógnita, Realidad, Ángel Guerra y Tristana, que forman una tetralógica que tiene por protagonista al usurero Torquemada. Otras novelas de este periodo son: Nazarín, Misericordia y El caballero encantado, en las que ensaya nuevos procedimientos narrativos: novelas dialogadas, narraciones epistolares, introducción de elementos fantásticos, juegos, símbolos…

En algunas de estas novelas también es visible la influencia del espiritualismo de la novela finisecular europea.

Los Episodios Nacionales están constituidos por cuarenta y seis novelas agrupadas en cinco series de diez episodios cada una (excepto la última que quedó inacabada con solo seis) con lo que Galdós pretende reconstruir en forma novelada la historia del siglo XIX español.

Las dos primeras series fueron escritas entre 1873 y 1879, al mismo tiempo que sus primeras novelas; las tres últimas entre 1898 y 1912.

Los Episodios Nacionales son un intento de entender desde la literatura los conflictos que dividen a la sociedad española. Galdós acude a la historia para explicar su propio presente y las convulsiones político-sociales que siguen al derrocamiento de la monarquía borbónica en 1865.

Las dos primeras series muestran la ideología liberal de Galdós y abundan en elementos folletinescos, aunque se apartan de la novela histórica romántica por la proximidad de los hechos narrados y porque la historia no es un mero marco decorativo.

Casi veinte años después, Galdós reemprende la redacción de los Episodios, en los que se nota la pluma del escritor experimentado.

En los últimos episodios se advierte también el conocimiento de primera mano de los hechos por parte de Galdós, pues la época se corresponde con la de su propia juventud madrileña, que el escritor juzga ahora desde su nueva ideología republicana.

Las novelas de Galdós, aunque ambientadas la mayoría en Madrid, son una visión completa de la sociedad española de la época en su conjunto.

Aunque las clases medias son las que ocupan el primer plano de estas novelas, la mirada de Galdós está atenta a todas las clases sociales: aristócratas arruinados, burgueses enriquecidos que se dejan deslumbrar por las formas de vida nobiliarias, prestamistas, especuladores, comerciantes, caseros, funcionarios en activo o cesantes, las clases populares, los más humildes, los menesterosos, los desgraciados, los mendigos…

Esta sensación permanente de vida en acción hace que las obras de Galdós ofrezcan una reflexión sobre la condición humana: el tiempo que todo lo cambia, las reacciones psicológicas ante situaciones extremas, las ambiciones, el dolor, los sueños, la fantasía, el amor… Todo ello traspasado por la mirada del autor que es dura y sarcástica en unas ocasiones y tierna y humanísima en otras; irónica y sarcástica siempre.

El ideal estilístico de Galdós es el lenguaje llano y sencillo. Ello no implica que se trate de una lengua descuidada, sino que la prosa de Galdós es extraordinariamente ágil y de apariencia espontánea, pero siempre producto de una meditada elaboración.

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