La vida y la muerte en la poesía de Miguel Hernández

Trayectoria poética de Miguel Hernández: la evolución de su poesía


La Producción del poeta oriolano Miguel Hernández
Gilabert es corta en el tiempo (apenas abarca una docena de años: 1929-1941). Esta evoluciona hacia la Creación de un mundo poético propio atravesando diferentes etapas creativas y Vitales, que suelen dividirse en cuatro:La etapa oriolana, abarca desde 1929 Hasta 1934. En ella, el autor se fija en la naturaleza, que le inspira poemas De adolescencia plagados de sensualidad pagana, bucolismo estilizado y Sensoriedad. Ante la necesidad de una disciplina formal se inspira en Góngora y Su poesía pura, y entresaca su primer libro, Perito en lunas (1933), Caracterizado por el desbordamiento de la imaginación, y las difíciles Adivinanzas poéticas que en realidad versan sobre asuntos cotidianos.En la Segunda etapa (1934-1936) se incluyen dos nuevos libros. En 1936 publicará su Obra maestra El rayo que no cesa, de estética neorromántica. El centro del Libro es un amor trágico: sus ansias vitales, de goce erótico, chocan contra la Rígida moral aldeana.

Entre los sonetos amorosos se alza la Espectacular “Elegía a Ramón Sijé”. En esta etapa se decanta hacia una poesía Impura (el ciclo de “Sonreídme” y “Odas”), abandonando su visión católica Inicial. Da comienzo su ímpetu social y hace uso de una mayor libertad Expresiva.Con el comienzo de la Guerra su poesía se pone al servicio de la Lucha, adoptando un lenguaje más directo, al alcance de todos. En 1937 aparece Viento del pueblo de tono épico. Es una poesía que da protagonismo a lo Colectivo y a los valores éticos, una poesía profética y optimista (p.E. El poema “Sudor”). Sin embargo, en El hombre acecha (1939), aparece el dolor por La Guerra, la derrota republicana es inminente y predomina el pesimismo (p.E. “El tren de los heridos”).En la cárcel alcanzará su segunda cima poética con el Cancionero y romancero de ausencias en el que alcanza momentos de máxima Desnudez. Es un diario de su vida, abocada a una fatídica extinción y sufriente De las ausencias, que constituye la definitiva rehumanización de su poesía

El compromiso social y político en la poesía de Miguel Hernández


La Poesía de Miguel Hernández es especial en tanto que su perspectiva respecto a Los problemas sociales cambia drásticamente a lo largo de su obra. Existe un Primer periodo en el trabajo y abnegación son considerados como el camino para Alcanzar a Dios, y se critican los actos revolucionarios de campesinos así como El anarquismo y el comunismo.Sin Embargo estos postulados van desapareciendo a medida que se impone su adhesión Con el necesitado y el poeta vive los acontecimientos políticos de Madrid, Llevándolo al lado del más débil. De este modo, abandona la poesía pura y Católica y se decanta hacia una poesía comprometida con las protestas sociales, Con la libertad y con la defensa de los valores humanos.Con la Guerra Civil, Esta poesía está fuertemente cimentada. A pesar de esto, los dos libros de esta Etapa son muy distintos. Viento del pueblo constituye la faceta optimista, Combativa y entusiasta, desarrollando una poesía de urgencias de estilo claro y Directo que llega a la gran masa de público humilde.


 El hombre acecha es, por el contrario, la Faceta pesimista, el grito desalentador ante la inminente derrota republicana y El funesto panorama de España. Los versos son lentos, dolorosos y casi Prosaicos. No obstante, el libro se cierra con una magnífica petición de Esperanza (“Canción última”). Una de las facetas más logradas de Hernández fue Su preocupación por las condiciones laborales, la explotación de los Asalariados, la pobreza y el hambre. Su poesía social sintetiza el dolor Compartido y arremete contra la injusticia capitalista. Tras su viaje a la URSS (1937), aparecen poemas de alabanza hacia la política comunista, así como Poemas dirigidos a sus amigos republicanos por su resistencia. Esta labor Propagandística contribuyó, cuando conectó la cosmovisión del poeta, a la Recuperación de la autonomía de su voz. En definitiva, si se entiende por Poesía social aquella que vela por los derechos de los desamparados por la Sociedad, es necesario afirmar que la poesía hernandiana recoge un profundo Contenido de calado social, estrechamente relacionado con los orígenes humildes Del poeta.

La vida y la muerte en la poesía de Miguel Hernández


Miguel Hernández, en Cancionero y romancero de ausencias, sintetizaba la existencia de La siguientes manera: “Llegó con tres heridas:/ la del amor,/ la de la muerte,/ La de la vida”. Su obra recoge todas las etapas de la vida, desde los balbuceos Hasta el choque con la muerte que acecha, pasando por el despertar de la Sexualidad y la lucha por los ideales.Poéticamente, Vida y muerte se aúnan en dos sentidos: uno existencialista (por ejemplo, “el Hombre es un ser nacido para morir”), y otro en el sentido solidario de Muerte-semilla (“El herido”). Tras una primera etapa de canto entusiasta a la Vida, la tragedia de su destino lleva al abrazo definitivo de vida y muerte en Sus últimos poemas.La mujer que Proporciona vida, el vientre materno en el cual se funden vida y muerto, son Motivos recurrentes en la obra hernandiana. Eros y thánatos van de la mano para Perpetuar la especie humana. La vida de los humanos se entiende aquí como Semilla germinadora de una nueva vida.

La visión de la muerte en el oriolano no nos lleva al Nihilismo, ni a creencias en el más allá (salvo su etapa católica). Esta es Vista como la prolongación del ser en la especie. El cementerio, los muertos y Los esqueletos son símbolos de esa permanencia de la especie humana. Dos Símbolos representan el sentido trascendente y regenerador de la vida: los Huesos y la lluvia. A lo largo de su vida poética, los huesos evolucionan a Partir de la imagen de la muerte, pasando por ser los centros del impulso Erótico (“Imagen de tu huella”), y simbolizar el empuje de los combatientes Hasta llegar a la muerte de la etapa carcelaria. La lluvia, comienza designando Una realidad natural, en la etapa amorosa pasa a ser el amor, durante la guerra Se utiliza en descripciones exaltadas del esfuerzo, y finalmente contribuye al Florecer de la muerte (imagen anticipada en la Elegía a Ramón Sijé). En Conclusión, vida y muerte aparecen íntimamente ligados en la poesía Hernandiana, de tal manera que una forma parte de la otra y viceversa, son dos Conceptos indisolubles que acompañan a la existencia del ser humano.


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