SIGLO XVIII
La Ilustración: movimiento que quería mejorar la sociedad con la razón, la ciencia y la educación para lograr el progreso y la felicidad.
Características de la literatura neoclásica:
– La literatura de la Ilustración rechaza los excesos del Barroco y se inspira en los clásicos griegos y latinos, buscando orden y equilibrio. Predomina la razón sobre los sentimientos y el arte sigue reglas fijas. Su objetivo principal es enseñar y ser útil.
– La literatura de la Ilustración se basa en el racionalismo, utilitarismo, moralidad y didactismo. Busca el conocimiento, el progreso y la educación, rechazando lo que no sea útil. Predomina la literatura de ideas, sobre todo el ensayo. Se guía por la sencillez, claridad, armonía y buen gusto.
– Al final del siglo surge el Romanticismo (Prerromanticismo), que rechaza las reglas y exalta el sentimiento y la imaginación.
Prosa:
– Feijoo: Fray Benito Jerónimo Feijoo (1676-1764) fue un autor con intención didáctica y social. Buscaba educar al pueblo, combatir las falsas creencias y la superstición, usando un estilo claro y sencillo para ser comprendido por todos.
– Cadalso: José Cadalso fue el principal novelista del siglo XVIII, viajero e influyente, con un marcado espíritu crítico. Cultivó poesía, ensayo y novela.
– Noches lúgubres: obra dialogada y muy emocional donde el protagonista, desesperado por la muerte de su amada, quiere desenterrar su cadáver.
– Los eruditos a la violeta: sátira contra la educación superficial y quienes aparentan saber.
– Cartas marruecas: su obra más importante; serie de cartas entre dos marroquíes y un español que critican las costumbres de la sociedad española.
– Jovellanos: Jovellanos, además de escritor, fue un político clave del siglo XVIII. En sus obras analiza los problemas económicos y sociales de España, y defiende siempre la modernización del país, como se ve en textos como la Memoria sobre la policía de espectáculos o la Memoria sobre la educación pública.
Poesía:
– Características: La poesía del siglo XVIII sigue las normas de orden y didactismo. Rechaza la expresión de emociones, busca el buen gusto, evita los excesos y persigue la utilidad de la obra.
– Fábulas: La fábula es una narración en verso, generalmente con animales, que transmite una enseñanza de forma amena y didáctica, cumpliendo el objetivo de la poesía neoclásica.
Teatro:
– Características: El teatro del siglo XVIII tuvo finalidad educativa y siguió el modelo clásico grecolatino. Respeta las tres unidades (acción, tiempo y lugar), diferencia claramente tragedia y comedia, y se caracteriza por el realismo y la verosimilitud.
– Moratín: Leandro Fernández de Moratín, autor destacado del siglo XVIII, escribió cinco comedias neoclásicas.
El viejo y la niña, El barón, El sí de las niñas: critican los matrimonios concertados.
La comedia nueva o El café: satiriza las obras teatrales populares.
La mojigata: denuncia la falsa piedad, la hipocresía religiosa y la mala educación de los jóvenes.
El teatro de Moratín sigue las tres unidades clásicas (acción, tiempo y lugar) y busca la verosimilitud, mostrando situaciones de la vida cotidiana con personajes de clase media. Emplea lenguaje sencillo, prosa o verso breve, y destaca la razón como guía para el bien común. Su obra tiene un fin didáctico.
SIGLO XIX
Romanticismo:
– Características de la literatura romántica:
- Subjetivismo.
- Individualismo.
- El irracionalismo y la desmesura.
- Idealismo, se exalta el yo y los sentimientos.
- Ansia de libertad individual y rebeldía.
- Necesidad de evasión de la realidad, rechaza la realidad existente, rompe con el mundo cotidiano.
- Se evade al pasado legendario o a parajes imaginarios.
- Proyección de la naturaleza. Importancia del paisaje.
- La noche como marco del misterio.
- Nacionalismo, se recuperan las tradiciones folclóricas y populares con el fin de reivindicar la identidad de cada nación.
- El genio creador.
- La libertad creadora.
- Nueva sensibilidad.
– La poesía romántica:
- Polimetría: combinación de distintos ritmos y estrofas, libertad creativa total.
- Mezcla de géneros: predomina la poesía lírica, pero también narrativa con temas históricos, filosóficos o legendarios.
- Subjetivismo: expresa los sentimientos y emociones del autor.
- Temas románticos: melancolía, hastío, amor, mujer ideal, religión, exaltación del yo.
- Estilo retórico: abundan adjetivos, exclamaciones y apóstrofes.
* José de Espronceda (1808-1842): En su obra destacan canciones sobre personajes marginales (pirata, verdugo, mendigo) y dos poemas narrativos:
El estudiante de Salamanca: estilo retórico y exaltado, relata la historia de Don Félix, un donjuán salmantino.
El diablo mundo: poema filosófico y social incompleto, donde sobresale el Canto a Teresa, su amante fallecida.
* Gustavo Adolfo Bécquer, Rimas (1871): Las Rimas de Bécquer son 79 poemas breves de tono popular, melancólico y simbólico, con gran musicalidad y sencillez. Solo 15 se publicaron en vida. Bécquer los reunió en El libro de los gorriones, que se perdió, y los reescribió de memoria en distinto orden. Tras su muerte, sus amigos los publicaron como Rimas (1871).
Rimas I-VIII: amor, misterio y la poesía como medio de expresión.
Rimas IX-XXIX: belleza femenina y amor ilusionado y apasionado.
Rimas XXX-LI: amor desengañado; emociones como ira, desesperación y melancolía.
Rimas LII-LXXIX: angustia, soledad, olvido, desesperanza y muerte, con tono pesimista.
* Rosalía de Castro (1837-1885): Rosalía de Castro escribió primero en gallego (Cantares gallegos, 1863; Follas novas, 1880) y luego en castellano (En las orillas del Sar, 1884). Su poesía es sencilla, directa y sentimental, refleja melancolía y proyecta sus sentimientos en el paisaje. Trata temas de amor, justicia y belleza y denuncia injusticias sociales, como la pobreza, la vida dura del campo o la emigración.
– Prosa romántica: Las principales formas narrativas del siglo XIX fueron:
Leyenda.
Cuadro de costumbres: relatos breves que muestran tipos humanos, habla y costumbres de distintas regiones.
Novela histórica: protagonizada por héroes del pasado que representan valores tradicionales y nostálgicos.
* Mariano José de Larra (1809-1837): Lo más destacado de su obra son artículos periodísticos de estilo cuidado pero sencillo, que critican los defectos de la sociedad y la situación del país. Usan diálogo, viveza narrativa, ironía y sátira.
Se clasifican en:
Crítica literaria.
Costumbres: rechazo de ciertas prácticas sociales.
Política: crítica al absolutismo y la intransigencia religiosa.
* Gustavo Adolfo Bécquer, Leyendas: Las Leyendas de Bécquer, publicadas entre 1854 y 1864 y recopiladas en 1871, son 18 relatos cortos de tono fantástico y romántico. Se ambientan en la Edad Media, el mundo oriental o morisco, con misterio y elementos sobrenaturales. Los personajes incluyen caballeros, galanes, artistas y mujeres, cuyas vidas se ven marcadas por lo sobrenatural.
Tono legendario.
Temática gótico-terror.
Elementos sobrenaturales y religiosos.
Amor inalcanzable: los protagonistas buscan complacer a sus amadas sin éxito, con finales trágicos.
Elementos recurrentes: tumbas, parejas de enamorados, naturaleza, noche y luna, muerte y vida, embrujos y hechicería.
– Teatro romántico: El teatro romántico se caracteriza por la libertad creativa, rechazando las tres unidades neoclásicas. Mezcla tragedia y comedia, prosa y verso, y sus temas principales son el destino, amores trágicos, honor y la lucha por la libertad.
Se ambienta en épocas lejanas o culturas exóticas, con escenarios lúgubres, nocturnos y misteriosos, donde la escenografía refuerza el ambiente. Suele tener un héroe extraño y marcado por un destino trágico que conduce a un final catastrófico.
* Duque de Rivas (1791-1865): Ángel de Saavedra, Duque de Rivas, escribió romances históricos y es conocido por Don Álvaro o la fuerza del sino, considerado el mejor drama romántico español. La obra simboliza la lucha del individuo contra el destino. Su estreno causó gran escándalo y marcó el triunfo del Romanticismo en España. Presenta un héroe apasionado (Don Álvaro) cuyo destino trágico le enfrenta a las convenciones sociales, muriendo él y su amada Leonor.
* José Zorrilla (1817-1893): José Zorrilla escribió Don Juan Tenorio (1844), su obra más famosa, que narra cómo don Juan, un joven pendenciero, se redime por el amor puro de doña Inés. Don Juan es un seductor desafiante que desafía las normas sociales y morales, y el tema central es la conciencia individual y la salvación del alma.
La obra está escrita entera en verso (principalmente octosílabos, romances y redondillas), con diálogos dinámicos, tensión dramática y versos sencillos que facilitan la memorización. Don Juan se inspira en el protagonista de El burlador de Sevilla de Tirso de Molina.
