El teatro de posguerra estuvo limitado por la desaparición de los autores más innovadores de la etapa anterior y por la censura civil y eclesiástica, que impidieron la entrada de nuevas corrientes dramáticas europeas. Este estado general de crisis obligó a empresarios y compañías a pensar en obras que respondieran a las expectativas del público burgués, que prefería la alta comedia: un teatro de entretenimiento, cómico, que defendía la honradez, el trabajo, la fidelidad y el amor conyugal, sin olvidar una crítica contenida a las costumbres de la clase media. Fue importante la labor de difusión de los teatros nacionales, como el Teatro Español y el Teatro María Guerrero.
El Teatro de los Años Cuarenta y Primera Mitad de los Cincuenta
En este periodo convivieron un teatro tradicional, un teatro cómico y un teatro social más ambicioso y renovador.
La Comedia al Estilo de Jacinto Benavente
Este teatro, de gran éxito, se caracterizaba por un estilo cuidado, formalmente convencional e ideológicamente conservador. Entre sus autores destacan:
- José María Pemán, con obras como El divino impaciente.
- Juan Ignacio Luca de Tena, con Dos mujeres a las nueve.
- Joaquín Calvo Sotelo, autor de La muralla.
El Teatro Cómico
- Enrique Jardiel Poncela: Considerado, junto con Edgar Neville y Miguel Mihura, un renovador del humor. Se alejó de lo que consideraba grotesco y cómico para acercarse al teatro del absurdo, con dosis de inverosimilitud, opuesto al realismo burgués y vinculado a la influencia de Gómez de la Serna y la literatura de vanguardia. Su obra Eloísa está debajo de un almendro es un claro ejemplo.
- Miguel Mihura: Impulsó una nueva estética teatral basada en la inverosimilitud y el rechazo del realismo, anticipando el teatro del absurdo europeo. Se sirvió del humor, la imaginación y lo fantástico para desvelar la falsedad de la moral burguesa y lo ilógico del comportamiento humano. El absurdo en sus obras surge de la ruptura entre el mundo real y el soñado por el personaje, ambos irreconciliables. Entre sus obras más conocidas se encuentran Tres sombreros de copa y Maribel y la extraña familia.
El Teatro Existencial
Esta corriente se propuso reflejar las vivencias, estados de ánimo e inquietudes de los españoles en la inmediata posguerra. Antonio Buero Vallejo, con Historia de una escalera, inauguró esta tendencia, junto con Alfonso Sastre, quien intentaba dar testimonio de los problemas sociales más decadentes en obras como La mordaza.
Teatro Social de los Años Cincuenta y Sesenta
Se caracterizó por el compromiso con la realidad inmediata de la sociedad española, de cuya situación quería dar testimonio desde una actitud crítica y política.
La Primera Generación del Realismo Social
- Antonio Buero Vallejo: Por un lado, devolvió al teatro español la función testimonial, social y moral que otros autores, más proclives a la evasión, le negaban; por otro, actualizó el género trágico. En sus obras mezcló el lenguaje realista y el simbólico, siendo innovador y experimental en su técnica teatral. Además de la obra ya citada, cabe mencionar Las Meninas y El tragaluz.
- Alfonso Sastre: Autor significativo e influyente a pesar de que sus obras tuvieron una difusión muy limitada a causa de la censura. Concibió el teatro como un arte político y testimonial cuya función era despertar la conciencia política del público y llevar la agitación a la vida española para transformarla. Un ejemplo es Escuadra hacia la muerte.
La Segunda Generación del Realismo Social
Defendieron un teatro políticamente comprometido, testimonial, de inspiración popular y costumbrista. Sus protagonistas eran personajes de extracción humilde, víctimas de la explotación económica. El lenguaje reflejaba las formas del habla coloquial e incluso vulgar. Destacan:
- Lauro Olmo, con La camisa.
- José Martín Recuerda, con Los salvajes de Puente San Gil.
- Carlos Muñiz.
- José María Rodríguez Méndez.
Otros Autores Importantes
- Alfonso Paso, que escribió un teatro burgués o convencional, como Usted puede ser un asesino.
- Antonio Gala y su teatro poético y simbolista, como Anillos para una dama, cuya producción se prolonga hasta nuestros días.
El Teatro Experimental de los Años Setenta
Esta corriente se propuso superar las limitaciones del realismo incorporando corrientes experimentales extranjeras, aunque les seguían preocupando los temas políticos, sociales y morales referidos a España. Desde el punto de vista estético, coincidieron en el uso de un lenguaje poético-alegórico de filiación vanguardista, presentaron a los personajes bajo una apariencia simbólica y concedieron gran relevancia a los códigos sonoros y visuales.
Autores Destacados del Teatro Experimental
- Francisco Nieva, con Funeral y pasacalle.
- Fernando Arrabal, uno de los máximos exponentes del “teatro pánico”, con obras como El cementerio de los automóviles.
- José Ruibal.
- Manuel Martínez Mediero, entre otros.
El Teatro a Partir de la Dictadura Franquista
Con el fin de la dictadura, se produjeron importantes cambios en el panorama teatral:
- Surgieron diferentes foros de debate que permitieron que el teatro perdiera su carácter político.
- Se creó la Compañía Nacional de Teatro Clásico, dirigida por Adolfo Marsillach.
- Se consolidaron los teatros independientes y proliferaron los teatros de aficionados, lo que supuso un cambio en la relación entre actores y público.
- Se produjo la recuperación de los clásicos y autores censurados (Lorca, Valle-Inclán, Alberti).
- Se observó el éxito de la comedia musical, como Hoy no me puedo levantar.
Autores Contemporáneos y Compañías
Entre los autores de este periodo destacan:
- José Sanchis Sinisterra, con su drama histórico ¡Ay, Carmela!
- José Luis Alonso de Santos, con la comedia costumbrista La estanquera de Vallecas.
- Fernando Fernán Gómez, con Las bicicletas son para el verano.
- Fermín Cabal, con Castillos en el aire.
- Paloma Pedrero, con obras realistas y comprometidas como Caídos del cielo.
- Juan Mayorga, con Últimas palabras de Copito de Nieve.
Además de estos autores, compañías como Los Goliardos de Madrid, Akelarre de Bilbao y Els Joglars de Cataluña, crearon textos propios y realizaron montajes colectivos.
