La Lírica del Siglo XVI: Una Nueva Era en la Poesía Española
Transformaciones en la Poesía del Siglo XVI
El siglo XVI marcó una profunda transformación en la lírica española. Juan Boscán y, sobre todo, Garcilaso de la Vega fueron los pioneros de este cambio, que comenzó a gestarse en 1526. Aunque es probable que la poesía hubiera evolucionado en esa dirección de todas formas, la influencia de estos autores fue decisiva.
Además de la influencia italiana, es importante destacar otras influencias como la poesía de cancionero, el romancero y la lírica tradicional. La influencia italiana supuso una renovación total de la métrica, cambiando el sonido, la lectura y la imitación de la poesía.
Renovación Métrica
La poesía anterior a Garcilaso utilizaba principalmente dos tipos de versos: el octosílabo como verso corto y el dodecasílabo como verso largo. Los nuevos versos, como el endecasílabo y el heptasílabo, introdujeron un ritmo más dulce y armonioso en la poesía. El endecasílabo, en particular, se convirtió en el verso más utilizado debido a su gran flexibilidad, adaptándose al ritmo natural de la frase. Esto representó un gran avance para la lírica y un cambio estético de gran importancia.
El endecasílabo se combinaba frecuentemente con el heptasílabo para formar las estrofas más populares de la época, como el soneto, la silva y la lira.
SONETO: Un soneto es una forma poética compuesta por 14 versos endecasílabos. Los versos se organizan en cuatro estrofas: dos cuartetos (estrofas de cuatro versos) y dos tercetos (estrofas de tres versos). Aunque la distribución del contenido del soneto no es estricta, puede decirse que el primer cuarteto presenta el tema del soneto, y que el segundo lo amplifica o lo desarrolla. El primer terceto reflexiona sobre la idea central, o expresa algún sentimiento vinculado con el tema de los cuartetos. El terceto final, el más emotivo, remata con una reflexión grave o con un sentimiento profundo, en ambos casos, desatados por los versos anteriores. 11 ABBA ABBA CDE CDE
Garcilaso de la Vega y la Poesía Bucólica
Los temas fundamentales de la lírica del siglo XVI son el amor y la naturaleza, a menudo entrelazados en la poesía bucólica o pastoril. La naturaleza se convierte en el marco ideal para el tema amoroso, y el pastor es el protagonista ideal de la vivencia amorosa. Esta naturaleza es siempre diurna, y su descripción sigue el tópico literario del locus amoenus (lugar agradable).
Esta idealización del paisaje se relaciona con la influencia del neoplatonismo, un movimiento filosófico-literario que se desarrolló durante los siglos XIV-XVI.
Garcilaso situó sus églogas en la geografía española:
- 1ª Égloga: Escrita en Nápoles, presenta a Salicio, Galatea, Nemoroso y Elisa. El llanto se desarrolla en el campo.
- 2ª Égloga: Consta de dos partes: en la primera, el pastor Albano expresa su amor; en la segunda, Nemoroso ensalza la Casa de Alba.
- 3ª Égloga: Introduce un matiz mitológico con la aparición del Tajo y las ninfas. Se observa un cambio de estrofa a la octava real.
Garcilaso de la Vega (Toledo, 1501 – Provenza, 1536) fue un noble, soldado y escritor. Formó parte de la corte de Carlos V. Aunque se casó, su verdadero amor fue Isabel Freire, su musa. En Italia conoció el Humanismo.
La influencia fundamental en el tratamiento del tema amoroso es el petrarquismo, una corriente literaria basada en la obra de Petrarca que se desarrolló durante los siglos XIV-XV, caracterizada por mantener elementos anteriores y recoger las novedades.
Los ideales de la poesía del siglo XVI eran la sencillez y la perfección. Se utilizaba con frecuencia el epíteto y con moderación el hipérbaton. Se prestaba mucha atención a los efectos sonoros, por lo que era frecuente la aliteración, y el ritmo estaba muy cuidado.
La Poesía en la Segunda Mitad del Siglo XVI: Ascética y Mística
Una de las novedades más llamativas de esta etapa es la irrupción de la temática religiosa en la lírica, en forma de poesía ascética (Fray Luis de León) y mística (San Juan de la Cruz).
La palabra mística alude al conocimiento experimental de la presencia divina, en la que el alma siente como una gran realidad el contacto con Dios. La ascética depende de la voluntad humana. Se suelen distinguir tres vías o etapas en el proceso ascético-místico: la vía purgativa, la vía iluminativa y la vía unitiva.
Fray Luis de León
Nacido en Cuenca en 1527, Fray Luis de León ingresó en la Orden de los Agustinos a los catorce años. Estudió en la Universidad de Salamanca, donde ocupó varias cátedras. Sufrió dos procesos inquisitoriales, el primero de los cuales lo llevó a prisión. Falleció en 1591.
Fray Luis reúne las características del hombre de letras renacentista. Su poesía original es escasa comparada con su extensa producción en prosa. Se suelen señalar dos etapas, divididas aproximadamente por su estancia en la cárcel.
Su estrofa preferida es la lira, con la que imita el ritmo y la estructura de los poemas de Horacio y Píndaro.
Fray Luis es autor de obras en latín de carácter teológico y exegético, así como de cuatro extensas obras de prosa castellana.
San Juan de la Cruz
Nacido en 1542, San Juan de la Cruz fue ordenado sacerdote en 1567 y entró en contacto con Santa Teresa.
Escribió poesía mística que, bajo la apariencia de la poesía amorosa, expresa su experiencia de Dios.
Su obra poética consta de un primer grupo de composiciones en metros castellanos. La larguísima tradición literaria se remonta al Cantar de los Cantares.
Un segundo grupo lo forma su poesía estrictamente mística, como Noche oscura del alma.
En el primero, canta el poeta la huida del alma de la prisión de los sentidos y la unión con el amado. En el segundo, el proceso místico del camino hacia Dios. Y en el tercero, canta el goce místico supremo.
En su lenguaje destacan la reiteración, el oxímoron, el hipérbaton, las exclamaciones, las metáforas, las alegorías y algunas enumeraciones.
Tópicos Literarios del Renacimiento
Los principales tópicos literarios de la época son:
- Ubi sunt?: Serie de interrogaciones retóricas sobre personas o realidades desaparecidas. Representado por Jorge Manrique.
- Carpe diem: Invitación a gozar del momento presente. Representado por Garcilaso de la Vega.
- Descriptio puellae: Descripción de la belleza femenina. Representado por Jorge Manrique.
- Locus amoenus: Descripción de un paisaje idealizado. Representado por Jorge de Montemayor.
- Beatus ille: Alabanza de la vida retirada o rural. Representado por Fray Luis de León.