La Poesía de Posguerra
La Poesía Arraigada
Cultivada por autores de la llamada Generación del 36. Son sonetos al estilo de Garcilaso, con un tono intimista y, en ocasiones, heroico cuando ensalza la belleza de la tierra o el pasado imperial español. Su tono contrasta con la pobreza y la desilusión diarias en que vive la mayoría. Se agrupan en torno a revistas como Escorial, Juventud o Garcilaso. Los poetas más importantes fueron:
- Luis Rosales: La casa encendida
- Leopoldo Panero: La estancia vacía
- Dionisio Ridruejo: Sonetos a la piedra
- Luis Felipe Vivanco: Continuación de la vida
- José García Nieto: Víspera hacia ti
La Poesía Desarraigada
Refleja la individualidad del ser humano en tiempos de angustia y dolor, y la falta de fe en el futuro. Se trata, sin duda, de una poesía existencialista y realista que evolucionará pronto hacia la poesía social. La revista Espadaña, editada en León desde 1944, fue su principal órgano de difusión. Destaca Dámaso Alonso con Hijos de la Ira. Otros colaboradores fueron:
- Victoriano Crémer
- Eugenio de Nora
- José Luis Hidalgo
- Gabriel Celaya
- Blas de Otero
Frente al mundo armonioso de los arraigados, estos poetas demuestran un desajuste con el medio que les toca vivir. La tenacidad y la afirmación de la vida conviven con la presencia de la muerte, la tristeza, la soledad y la desesperación, en una lucha constante con el mundo interior. Utilizan un lenguaje desgarrado, casi violento, con influencia de Miguel Hernández.
Otras Corrientes Poéticas de los 40
El Postismo: Nace en la década de los 40 con el objetivo de rescatar y continuar la poética surrealista mediante el lenguaje de imágenes nuevas y sorprendentes. Autores destacados: Eduardo Chicharro, Carlos Edmundo de Ory, Juan Eduardo Cirlot.
Grupo Cántico: Corriente surgida en Córdoba, de carácter sensual y barroco. Miembros principales: Ricardo Molina, Pablo García Baena y Juan Bernier.
La Poesía Social (1950-1964)
La literatura existencialista desemboca de modo consecuente en la literatura social realista. Los escritores salen de su angustia interior y contemplan lo que ocurre en la calle. Adoptan un punto de vista centrado en la colectividad española y sus conflictos, mediante un tono enérgico de testimonio, protesta y denuncia de la situación social.
Etapas de Blas de Otero
- Primera etapa (Existencialista): Marcada por un tono desgarrado y una búsqueda angustiosa de Dios, del amor y del sentido de la existencia humana. Obras: Ángel fieramente humano y Redoble de conciencia (publicados más tarde bajo el título global de Ancia).
- Segunda etapa (Social): Significa su entrada en la poesía social, el compromiso y la solidaridad testimonial con los problemas colectivos de España. Obra: Pido la paz y la palabra.
- Tercera etapa (Experimental): Supone un cambio formal importante, casi cercano al experimentalismo. Obra: Hojas de Madrid.
Otros Poetas Sociales
José Hierro: Nacido en Madrid pero vinculado a Santander. Se inicia en la poesía existencialista, de proyección lírica y personal (Tierra sin nosotros, Alegría). Se integra en la poesía social con Quinta del 42 y Cuanto sé de mí. Libros posteriores: Libro de las alucinaciones.
Eugenio de Nora: Poeta y profesor leonés. Como investigador, publicó el ensayo en tres volúmenes La novela española contemporánea. Su poesía, centrada en los temas del dolor y del amor, es existencialista en Cantos al destino.
El Teatro de Posguerra
Características Generales del Teatro de Posguerra
Al terminar la Guerra Civil, el teatro español pierde a sus autores más renovadores. Mientras en Europa se representan obras innovadoras e irrumpe con fuerza el teatro del absurdo, en España se lleva a escena un teatro convencional que enlaza con el melodrama o el teatro popular anterior y busca principalmente divertir y entretener a un público conservador. La censura de la época impide estrenar obras que planteen diferencias con el régimen.
Rasgos Principales:
- Teatro bien construido con diálogos sólidos y acción bien realizada, con sorpresas calculadas.
- Se desarrolla en interiores donde reina la comodidad.
- Los personajes son de clase media-alta, sin problemas económicos aparentes.
- Los temas recurrentes son el amor, la infidelidad y altercados familiares (padres e hijos).
- Predomina un teatro cómico que nada compromete, centrado en las costumbres de la burguesía.
- Algunos autores prueban con el melodrama para reflejar problemas morales o sociales, siempre dentro de la tradición de la alta comedia burguesa.
Autores Destacados (Teatro Convencional):
- José María Pemán: Su teatro es acorde con la situación ideológica del momento. Obra destacada: Los tres etcéteras de Don Simón.
- Joaquín Calvo Sotelo: Autor de farsas (¡Viva lo imposible!), comedias de evasión (Milagro en la plaza del Progreso) y dramas de tesis (Criminal de guerra).
El Teatro de Humor
Sobresalen dos autores que realizan un teatro de humor renovado, con situaciones insólitas en las que lo inverosímil y lo absurdo se convierten en protagonistas. Emplean un lenguaje ingenioso y nada convencional.
Enrique Jardiel Poncela: Inicia su producción novelística y teatral antes de la Guerra Civil. Su base cómica es la inverosimilitud y lo fantástico. Con obras como Una noche de primavera sin sueño o Los habitantes de la casa deshabitada, rompe con las formas tradicionales del humor anterior por la atemporalidad del conflicto, de los personajes y del escenario, superando el populismo. Encadena situaciones inverosímiles y utiliza un lenguaje que no refleja una categoría social específica.
Miguel Mihura: Su concepción del humor también se basa en lo inverosímil, en la libertad y sigue la línea de Jardiel. Su postura es inconformista ante las convenciones sociales. Su obra maestra, Tres sombreros de copa, no fue entendida en su momento y no se estrenó hasta pasados veinte años. Por eso, posteriormente adaptó su estilo al gusto burgués con obras más asequibles como A media luz los tres o Melocotón en almíbar.
El Teatro Existencialista y Social
Los autores más importantes de esta corriente son Antonio Buero Vallejo y Alfonso Sastre. Desarrollan un realismo existencialista y social, aunque la censura les impide estrenar muchas de sus obras o les obliga a simular los mensajes políticos e ideológicos bajo un simbolismo a veces difícil de reconocer. Transmiten primero el desasosiego existencial del ser humano, pero pronto recrean la vida cotidiana española para reflejar la falta de libertad, la injusticia social, la discriminación, los conflictos ideológicos y la angustia del proletariado. Su tendencia es crítica, alejada de todo costumbrismo o populismo.
Antonio Buero Vallejo: En su obra están siempre presentes la denuncia de la injusticia, el inconformismo ante un mundo hostil, el sufrimiento y la búsqueda de la verdad. Sus personajes viven en un eterno interrogante. Su teatro recupera la función catártica de la tragedia clásica: conmueve y obliga al espectador a tomar conciencia de la realidad que vive. Su obra se suele dividir en tres etapas: teatro simbolista (Historia de una escalera), dramas históricos (Un soñador para un pueblo) y dramas de crítica social más explícita (El tragaluz).
Alfonso Sastre: Pertenece a la línea del teatro social comprometido, con una actitud de denuncia y una fuerte voluntad de renovación. Sus obras tuvieron dificultades para ser representadas debido a la desconexión con el gusto del público mayoritario, la crítica y, sobre todo, por problemas con la censura. Escuadra hacia la muerte plantea el conflicto entre el principio de autoridad y la libertad individual. Vuelve al tema de la tiranía tratado por Lorca en La Casa de Bernarda Alba. En 1985 estrenó con éxito La taberna fantástica, escrita veinte años antes.
José María Rodríguez Méndez (mencionado como Recuerda en el original, pero el autor relevante es Méndez): Escribe obras de fuerte contenido social como Los inocentes de la Moncloa o Bodas que fueron famosas del Pingajo y la Fandanga (similar en temática a Los salvajes en Puente San Gil de Martín Recuerda).
José Martín Recuerda: Autor de obras como Las arrecogías del Beaterio de Santa María Egipciaca y Los salvajes en Puente San Gil, con fuerte crítica social.
En esta época inicia también su actividad teatral Antonio Gala, que combina la comedia de salón con el teatro existencial y simbolista: Los verdes campos del Edén, Anillos para una dama.
El Teatro Renovador y Experimentalista
Hacia 1970, la influencia vanguardista europea llega a España y se produce una renovación teatral. Se busca un lenguaje dramático basado en el espectáculo total, la escenografía y las técnicas audiovisuales. La acción dramática tradicional pierde importancia frente a la alegoría y la abstracción. Estos autores expresan su desacuerdo con el sistema establecido y buscan elevar la protesta a través del teatro.
- Francisco Nieva: El combate de Ópalos y Tasia
- Miguel Romero Esteo: Pasodoble
- Manuel Martínez Mediero: Las planchadoras
- Antonio Martínez Ballesteros: Farsa de marionetas, Farsas contemporáneas
Mención aparte merece Fernando Arrabal. Acomete una revolución total del teatro en la línea vanguardista con su llamado «teatro pánico», escrito con matices tomados del surrealismo y de Valle-Inclán. Muestra una actitud de rebeldía ante lo absurdo y la sinrazón. Obras destacadas: Pic-nic, El triciclo.
En su última etapa se ha inclinado por lo que él mismo denomina «teatro bufo», en obras como Oye, Patria, mi aflicción.