Registros Lingüísticos: Adaptación del Lenguaje en la Comunicación

Definición:

El registro es un tipo de variedad de la lengua que define el conjunto de particularidades lingüísticas que el hablante elige para adaptarse a una situación comunicativa.

1. Clases de Registros Lingüísticos

En el habla se manifiestan registros con diferencias de grado:

  • Grado de formalidad: Se manifiesta en la preocupación del emisor por la forma del mensaje, lo que permite distinguir entre registros formales e informales.
  • Grado de planificación: Se refiere a si el discurso es o no resultado de un plan previo, permitiendo hablar de registros planificados y no planificados (o espontáneos).

El registro formal y planificado se diferencia del registro espontáneo e informal. El primero se utiliza en situaciones más formales o cultas, como conferencias, exámenes y ceremonias, mientras que el segundo es propio de contextos menos formales, como conversaciones entre familiares, amigos y vecinos. Por ejemplo, el registro empleado en un examen es más formal y planificado que el de una carta familiar.

2. Elección del Registro

La elección de un registro por parte de los hablantes depende de diversos factores:

  • Las relaciones sociales: Se pueden distinguir dos tipos:
    • Relaciones sociales de igualdad: Favorecen el uso de un registro menos formal.
    • Relaciones sociales de desigualdad: Imponen un registro más formal.

    Las fórmulas de tratamiento, con las que nos referimos a la persona a la que nos dirigimos, están condicionadas por estas relaciones. Dependiendo de la relación entre el emisor y el destinatario, podemos referirnos a una misma persona llamándola ‘Sr. García’, ‘D. Pedro’ o ‘García’.

  • El propósito que se pretenda conseguir puede determinar la elección o el cambio de registro. Este tipo de recursos son muy frecuentes cuando al hablante le guía una intención irónica, burlesca o paródica.

    Así, una persona que tutea a otra (por ejemplo, un profesor a un alumno) puede sustituir el ‘tú’ por el ‘usted’ en una regañina.

  • El marco social o la situación en que se produce la comunicación (una cena en casa, una tertulia en un café, una clase) condiciona el grado de formalidad.
  • El medio oral suele favorecer un menor grado de formalidad que el medio escrito.
  • El tema del mensaje suele influir en el grado de formalidad.

    Por ejemplo, no se emplea el mismo registro para hablar del cambio climático que para contar lo que se ha hecho este fin de semana, incluso si la comunicación se establece entre los mismos participantes.

  • El género del texto puede obligar al empleo de determinados recursos lingüísticos no habituales en otros géneros.

    Por ejemplo, el estilo telegráfico se emplea en géneros como el telegrama.

3. Lo Coloquial y la Norma

Las variedades del registro en las que predominan la espontaneidad y una menor preocupación por el lenguaje pertenecen al llamado registro coloquial (o lengua coloquial), el que utilizamos con mayor frecuencia en nuestra vida diaria.

La lengua coloquial no equivale a lengua vulgar: ‘coloquial’ se refiere a un registro o variedad individual, mientras que ‘vulgar’ alude a una variedad social de la lengua. Todos los hablantes emplean la lengua en un registro coloquial en el que pueden darse vulgarismos y transgresiones de la norma; pero solo ciertos grupos —aquellos que por razones socioculturales desconocen la norma— utilizan de forma sistemática la variedad que llamamos lenguaje vulgar.

4. Características del Registro Coloquial

El término ‘coloquial’ califica el registro caracterizado por el empleo espontáneo de la lengua a través del medio oral. Los tres rasgos que definen este registro son:

  • Espontaneidad: La falta de planificación le confiere una fuerte dependencia de la situación comunicativa, lo que afecta tanto a los contenidos como a su organización.
  • Expresividad: El hablante se implica en el mensaje e incluye numerosos elementos subjetivos y valorativos.
  • Eficacia: El hablante busca la forma más rápida y eficaz de expresarse, eliminando lo que considera menos pertinente y reforzando lo que es más importante.

5. Rasgos Lingüísticos del Registro Coloquial

Las peculiaridades de la lengua coloquial se manifiestan tanto en la forma y el contenido de oraciones y palabras como en su pronunciación.

5.1 Particularidades que afectan a la forma o al contenido de las oraciones.

Entre las particularidades de este tipo, las más destacadas son las siguientes:

  • Escasa complejidad sintáctica: Se emplean frases cortas con pocos elementos de conexión.
  • Primacía de la expresividad sobre el orden sintáctico: Se tiende a colocar en primer lugar el elemento más importante desde el punto de vista informativo o expresivo.
  • Uso de procedimientos lingüísticos para regular el desarrollo de la conversación: Su finalidad es iniciar o cerrar la conversación (saludos y despedidas), ceder el turno de palabra, proponer, continuar o cambiar el tema (‘pasando a otra cosa…’, ‘en cuanto a…’) y comprobar el flujo de comunicación (‘¿entiendes?’, ‘¿no?’). Destacan entre estos elementos los imperativos sin valor léxico (‘mire…’, ‘oiga…’, ‘escuche…’).
  • Frecuentes interrupciones, suspensiones, repeticiones o reelaboraciones de lo dicho, que complican y retrasan el progreso de la información.

5.2 Particularidades que afectan a la forma o al contenido de las palabras.

  • Restricciones en el léxico: Se utiliza un vocabulario muy limitado y de carácter genérico.
  • Un vocabulario muy expresivo: Con un mayor empleo de frases hechas, términos de argot, localismos y dialectalismos.
  • Numerosos apelativos y referencias al interlocutor. Por ejemplo: vocativos, interrogaciones retóricas (‘hijo’, ‘oye’, ‘¿no me digas?’).
  • Empleo frecuente de procedimientos expresivos de intensificación, ponderación valorativa y atenuación: morfológicos (‘requetebién’, ‘feíllo’), sintácticos (‘la de veces que…’, ‘de miedo’, ‘eres más raro’), léxicos (‘molar’, ‘guay’).

5.3 Particularidades que afectan a la pronunciación.

La pronunciación se distingue en el registro coloquial por los siguientes rasgos:

  • Tendencia a la relajación de ciertos sonidos, que puede llegar a transgredir la norma. Esta relajación coexiste con otros recursos, como alargar las sílabas o exagerar la pronunciación de las consonantes, que a veces se utilizan con una finalidad expresiva y otras son reflejo de las vacilaciones del hablante.
  • Entonación muy expresiva, que transmite la actitud del hablante ante lo que dice (ironía, burla, reticencia).
  • Uso de la entonación y otros recursos paralingüísticos (ritmo, silencios…) como organizadores del discurso, para dar énfasis a ciertos temas, marcar transiciones entre unos temas y otros, iniciar o terminar la comunicación, o imponerse en el uso de la palabra.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *