En el último cuarto del siglo XIX, Estados Unidos disponía de las condiciones idóneas para el surgimiento del nuevo periodismo. Tras la Guerra de Secesión (1861-1865), el país experimentó un crecimiento desorbitado que sentó las bases del capitalismo industrial estadounidense. Esto desembocó en la nueva prensa popular o de masas, caracterizada por tiradas millonarias, un marcado sensacionalismo y una enorme repercusión social.
