Teatro Español de Posguerra: Corrientes y Autores Clave (Años 40-50)

El Teatro Español en los Años Cuarenta

El teatro español en los años cuarenta quedó marcado por las secuelas de la Guerra Civil: exilio o muerte de autores, censura férrea y control ideológico, lo que dio lugar a un teatro empobrecido, convencional y conservador. La censura, muy estricta, afectaba tanto al texto como a la representación, lo que fomentó la autocensura y limitó cualquier intento de innovación.

Corrientes Principales

En este contexto, destacaron dos grandes corrientes:

  1. La Comedia o Drama Burgués

    Heredera del teatro de Jacinto Benavente, proponía obras con tono moralizante pero sin crítica real, centradas en los valores tradicionales de la sociedad franquista. Fueron comedias de evasión, con buenos diálogos y estructuras correctas, pero sin profundidad. Autores representativos: José María Pemán, Joaquín Calvo Sotelo, Luca de Tena.

  2. El Teatro Cómico

    Fue lo más original del periodo:

    • Enrique Jardiel Poncela

      Desarrolló un humor basado en lo inverosímil, lo absurdo y lo antirrealista. Obras como Un marido de ida y vuelta o Eloísa está debajo de un almendro rompieron con el humor tradicional, aunque no fueron bien acogidas por un público conservador.

    • Miguel Mihura

      Escribió en 1932 Tres sombreros de copa, una obra adelantada a su tiempo que no se estrenó hasta 20 años después. En ella, el protagonista Dionisio vive un choque entre la vida convencional que le espera y el mundo libre y alegre que le ofrece Paula. La obra mezcla humor absurdo con una crítica soterrada a la sociedad burguesa, mostrando la frustración de no poder escapar de un destino impuesto. Aunque Mihura comenzó con esta línea innovadora, más tarde se adaptó al teatro comercial con comedias como Maribel y la extraña familia.

El Realismo Social en el Teatro Español de los Años Cincuenta

Durante los años cincuenta, el teatro español empieza a alejarse del conformismo de la década anterior. A pesar de la censura franquista, surgen dramaturgos que aspiran a crear un teatro con mayor profundidad humana y social. La corriente predominante es el realismo existencial y social, centrado en reflejar los problemas de la sociedad de posguerra, especialmente de las clases populares y oprimidas.

Autores como Antonio Buero Vallejo y Alfonso Sastre lideran este movimiento, seguidos por otros como José María Rodríguez Méndez, Carlos Muñiz, Lauro Olmo y José Martín Recuerda.

Alfonso Sastre

  • Biografía: Nacido en 1926, procedente de una familia conservadora, evolucionó ideológicamente hacia posturas de izquierda. Fundó el grupo «Arte Nuevo» en 1945. Fue represaliado por el régimen franquista.

  • Obras destacadas:

    • Escuadra hacia la muerte (1953): Representa el autoritarismo y la deshumanización en un contexto militar.

    • La mordaza y El pan de todos: Denuncian la represión social y política.

    • La cornada: Expone la opresión simbólica de un apoderado sobre un torero.

  • Características teatrales:

    • Teatro comprometido, con una evolución hacia la “tragedia compleja”.

    • Empleo de recursos escénicos innovadores: música, carteles, fragmentación por cuadros.

    • Uso de la ironía y la crítica social directa.

Antonio Buero Vallejo

  • Biografía:

    • Nacido en 1916, combatió en el bando republicano. Fue condenado a muerte y luego indultado.

    • Desde su salida de prisión en 1946, se dedicó al teatro con enorme éxito.

    • Autor fundamental del teatro español del siglo XX, recibió el Premio Nacional de Teatro y el Premio Cervantes.

  • Compromiso temático:

    • Su teatro plantea conflictos humanos universales: frustración, mentira, injusticia, lucha interior.

    • El género que utiliza es la tragedia, con intención catártica: provocar reflexión y despertar conciencia crítica.

  • Técnica teatral:

    • Diálogos intensos, escenografía detallada y simbólica.

    • Introducción de los efectos de inmersión: recursos técnicos que hacen sentir al espectador como parte del drama (por ejemplo, oscurecer la escena para simular la ceguera de los personajes).

    • Etapas de su producción (según Iglesias Feijoo):

    1. Primera etapa (hasta 1957): Realismo existencial.

      • Historia de una escalera (1949): narra la vida de tres generaciones frustradas por sus circunstancias sociales.

      • En la ardiente oscuridad: en un colegio de ciegos, se plantea si es mejor resignarse o rebelarse ante la adversidad.

    2. Segunda etapa (1958–1970): Realismo social más explícito.

      • El tragaluz, Un soñador para un pueblo, El concierto de San Ovidio.

      • Innovaciones técnicas: escenarios múltiples, cuadros fragmentados, más efectos de inmersión.

    3. Tercera etapa (desde 1970): Compromiso político abierto.

      • La Fundación (1974): símbolo de la alienación del individuo y su despertar ante la realidad política.

      • Caimán, Diálogo secreto, Lázaro en el laberinto.

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