Temas Morales en La Fundación de Buero Vallejo: Traición, Supervivencia, Muerte y Libertad

Temas Morales en La Fundación: Traición, Supervivencia, Muerte y Libertad

Desde el punto de vista ético, la obra de Antonio Buero Vallejo, La Fundación, representa un alegato contundente contra los métodos de represión por razones políticas y una firme defensa de la acción individual y colectiva frente a la injusticia.

Traición y Supervivencia

Traición y supervivencia son temas que aparecen íntimamente ligados en La Fundación. A lo largo de la obra, tenemos conocimiento de tres traiciones: la de Asel, la de Tomás y la de Max, aunque no todas son equiparables. Los dos primeros delatan a sus compañeros porque no pueden soportar la tortura, cediendo por debilidad. En el caso de Max, él mismo se ofrece a los carceleros, confesando que hay un plan de fuga entre sus compañeros, aunque no da detalles, pues los desconoce.

En Asel, la traición crea en él un profundo sentimiento de redención a través de la solidaridad. Por ello, decide convertirse en líder de sus compañeros y organiza la huida a través del túnel. También es él quien intenta que Tomás recupere la cordura y quien se comporta con él con gran humanidad, pues ha adquirido la capacidad del perdón. Asel es el sostén de Tomás, en cierta forma porque se ve reflejado en él y, perdonándolo y ayudándolo, se reconcilia también consigo mismo. Asel es el más comprensivo de los personajes. Su propia debilidad le ha hecho tolerante con las debilidades de los demás. Es un hombre experimentado, filósofo de cuño rousseauuniano para quien el hombre es bueno por naturaleza; es la sociedad la que lo corrompe y convierte en traidor. El hombre se ve obligado a sobrevivir en una jungla opresora y cruel. Su bondad natural es corrompida por la sociedad.

Sin embargo, Tomás tardará en superar su sentimiento de culpa. Desde su traición, su mente inventa la mentira de La Fundación como un mecanismo de autoprotección. Tomás cree que se encuentra en un lugar donde todos viven rodeados de lujo. Poco a poco, irá tomando conciencia de la realidad. Dejará de ser un mero espectador, un personaje pasivo, y pasará a la acción, ocupando el lugar de Asel cuando este muera.

Max también es un traidor, pero él ha vendido a sus compañeros para obtener ventajas personales en su vida carcelaria. No ha sido sometido a tortura, no ha confesado por debilidad o sometido a presión, sino para beneficiarse. Libremente opta por el mal. Su actitud es innoble y, por eso, Lino lo ejecuta finalmente, en un momento de desorden en la prisión.

No obstante, en La Fundación, las traiciones de los personajes, tanto la de Tomás (o Asel) como la de Max, no se conciben como actos de maldad, propios de personas perversas que pretenden tan solo lograr un beneficio particular a costa de quien sea, sino como algo a lo que se ven obligados por una cuestión de simple supervivencia ante una sociedad cruel y opresora, que aplasta con violencia a todos aquellos que no están dispuestos a someterse a las reglas establecidas.

Buero Vallejo dibuja en La Fundación el retrato de una sociedad totalitaria y opresiva, en la que todos los personajes que se nos presentan tratan, simplemente, de sobrevivir, ya que la sociedad en la que viven no les ofrece otras posibilidades: Tomás sobrevive a la tortura delatando a sus compañeros y a la delación, generando la fantasía de La Fundación; Max sobrevive como puede, convertido en el soplón de la celda (hasta que lo mata Lino); Asel y Tulio intentan sobrevivir ideando su plan de fuga… La supervivencia es así el motor de la esperanza, el anhelo de la libertad.

Muerte y Libertad

La libertad, o su ausencia, vienen marcadas de inicio por el espacio en que se desarrolla la obra: una cárcel. La celda que se ve en La Fundación, y los otros espacios cerrados tan típicos del teatro de Buero Vallejo, son metáforas de la falta de libertad tanto del individuo como de la sociedad. La prisión que es en realidad la «Fundación» tiene una dimensión metafísica perceptible hasta la evidencia cuando Asel afirma que tras esa cárcel hay otra y otra después de ella.

El modo de enfrentarse a esas limitaciones del mundo, de aspirar a la verdad y a la libertad, está justamente en la acción. Partiendo de esta premisa, Tomás (ya cuerdo) y Asel debaten sobre si merece la pena luchar por la libertad, arriesgarse a intentar la fuga, siguiendo un plan laborioso y con pocas posibilidades de éxito, diseñado por Asel, que consiste en excavar un túnel desde las celdas de castigo.

Tomás, al principio, huye de la lucha. Primero porque se engañaba a sí mismo al negarse a admitir que vivía en una cárcel. Ahora, ya consciente de la realidad, sigue mostrándose reacio al plan de Asel, porque considera que ese túnel “no es libertad, sino el infierno” (p.169). Pero, finalmente, los argumentos y, sobre todo, la muerte de Asel lo obligan a actuar, a “excavar el túnel espantoso hacia la libertad” (p.171). Asel, en cambio, es partidario de luchar siempre y convence a Tomás.

Hay distintas situaciones planteadas en La Fundación relacionadas con la muerte: la angustia de la espera, los planes de fuga, los conflictos entre compañeros, ocultar la muerte de uno para apropiarse de su comida, el asesinato de Max, el suicidio de Asel… Todas las vemos como situaciones reales, bien conocidas por el propio Buero Vallejo, puesto que estuvo condenado a muerte al terminar la Guerra Civil.

En la obra también hay ocasiones en que “muerte” y “libertad” se identifican.

Por ejemplo, Asel trata de convencer a los otros presos de que hay que actuar, de que hay que luchar siempre por alcanzar esa libertad que se les prohíbe, y él mismo parece escoger la muerte como forma suprema de actuación para conseguir la libertad: decide suicidarse, primero, porque es la única decisión libre que puede tomar en la prisión; en segundo lugar, porque su muerte (y el no ir al interrogatorio) es la puerta hacia la libertad de Tomás y Lino.

Al mismo tiempo, también podemos ver la muerte como una liberación para Tomás: en la última escena, sonríe al salir de la celda, camino de las celdas de castigo o de la ejecución; parece que ambas opciones significan lo mismo: la liberación de la celda y la consecución de la libertad.

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