Poesía Española: De 1939 a Finales del Siglo XX
A causa de la Guerra Civil, las tendencias vanguardistas de la poesía se vieron interrumpidas por la nueva realidad sociopolítica que se impuso. Destaca la Dictadura Franquista, caracterizada por el aislamiento exterior, la censura y las duras condiciones de vida que experimentaban los autores, como la angustia, la soledad, las miserias y las injusticias.
Los Años 40: Tres Caminos Poéticos
En los años 40, podemos distinguir tres caminos principales:
- La Poesía del Exilio: Con autores como Juan Ramón Jiménez, Cernuda, Salinas y Guillén, caracterizados por la nostalgia y el recuerdo de la tierra.
- La Poesía Rehumanizadora: En la que se distinguen tres vertientes:
- Poesía Garcilista: Cultiva las formas clásicas (como el soneto) y trata temas amorosos y patrióticos (García Nieto).
- Poesía Arraigada: Con temas intimistas y un estilo sencillo y coloquial (Leopoldo Panero).
- Poesía Desarraigada: Se estrena con Hijos de la ira de Dámaso Alonso. Es una poesía de carácter existencialista que expresa un tono de angustia y desesperación ante el mundo que les rodea, utilizando un tono directo y sin adornos (Dámaso Alonso y Blas de Otero).
- La Poesía Neovanguardista: En la que se distinguen dos grupos:
- El Positivismo: Donde se utilizan metáforas, efectos sorprendentes y un lenguaje poco convencional. Un autor destacado es Edmundo de Ory.
- El Grupo Cántico: Con Ricardo Molina y Ricardo García Baena, donde se busca un estilo de belleza a través de la forma. Son continuadores de la Generación del 27, sirviendo de puente entre la poesía de antes de la guerra y la poesía experimental.
Los Años 50: Compromiso y Subjetividad
En los años 50, en una sociedad más avanzada, se pueden diferenciar dos grupos de autores:
- La Poesía Social: Concibe la poesía como instrumento para transformar la sociedad. Surge como evolución de la poesía desarraigada de los 40, como es el caso de Blas de Otero, y se caracteriza por su carácter realista y cercano. Trata temas colectivos como la injusticia, la libertad y la solidaridad, con lenguaje claro, sencillo y directo, y naturalmente dirigida a un gran público (Gabriel Celaya).
- La Generación del 50: Cuya característica principal es la búsqueda de la forma del poema, volviendo al mundo interior y la subjetividad del poeta. Trata temas como la experiencia vital del autor. Son poetas destacados: Ángel Valente y Claudio Rodríguez.
Los Años 60: Los Novísimos y el Rechazo Social
En los años 60 se inicia una nueva etapa en poesía marcada por la publicación de una obra de Pere Gimferrer que rechaza la poesía social del pasado. Autores destacados son Pere Gimferrer, Guillermo Carnero, Luis Alberto de Cuenca y Luis Antonio de Villena (conocidos como los Nueve Novísimos).
Esta poesía se caracteriza por:
- El rechazo absoluto de toda la poesía social de posguerra de los 40 y 50.
- La búsqueda de una nueva forma de expresión para la poesía, ajena a la política y la sociedad.
- El uso de símbolos y mitos.
- Tienen como modelo a Rubén Darío.
Finales del Siglo XX y Principios del XXI
Después de la muerte de Franco, el grupo determinante era el de los Novísimos, que buscan una expresión más personal. Se identifican con textos de actitudes provocadoras y polémicas. También sigue presente la poesía metapoética (en los 70, Guillermo Carnero, y en los 80, Talens) y la poesía experimental.
La Poesía de la Experiencia (Años 80)
Durante los 80, destacamos la Poesía de la Experiencia, que implica:
- Recuperación de poetas anteriores a los Novísimos.
- Vuelta a la métrica tradicional.
- Introducción del humor.
- Gusto por la expresión de lo íntimo, lo que conlleva a una unión con el lector.
También perdura la llamada Poesía del Silencio, que reflexiona acerca del tono filosófico y la tradición de los místicos.
En conclusión, la lírica desde 1939 hasta el siglo XXI abarca momentos tan distintos de la historia de España que supone una gran variedad de estilos y tendencias. Además, actualmente, se hace imposible una clasificación permanente.
El Teatro Español Posterior a 1936
La evolución del teatro español estuvo determinada por la Guerra Civil y sus consecuencias. A partir de 1939, el panorama quedó marcado por el exilio de autores como Max Aub, Alberti o Salinas y por la desaparición de Lorca, Valle-Inclán y Miguel Hernández.
El Teatro de la Primera Posguerra (Años 40)
El teatro de la primera posguerra tiene como rasgos compartidos la preferencia por la comedia y el carácter evasivo. Destacan:
- La Comedia Burguesa: Con autores como López Rubio o Edgar Neville, que cultivan un teatro estéticamente convencional e ideológicamente conservador.
- La Comedia del Disparate: Cuyos principales representantes son Miguel Mihura (Tres sombreros de copa) y Enrique Jardiel Poncela (Eloísa está debajo de un almendro), y que se caracteriza por el humor absurdo de raíz vanguardista.
Paralelamente, siguen escribiendo teatro los grandes dramaturgos españoles en el exilio: Rafael Alberti (El adefesio), Max Aub (San Juan) y Alejandro Casona, cuyas obras (como La dama del alba) combinan poesía y misterio.
El Teatro Comprometido (Años 50)
En los años cincuenta surge en España un teatro comprometido con la realidad social y política del país, que oscila entre dos polos:
- El Posibilismo de Antonio Buero Vallejo: Estrenó su primera obra, Historia de una escalera, en 1949. Emplea las siguientes características: el uso de personajes históricos para reflexionar sobre el presente, la presencia de elementos simbólicos y efectos de inmersión, que pretenden que el espectador tome conciencia de la trágica condición del ser humano, así como de la realidad de la época.
- El Teatro de Agitación Política y Social de Alfonso Sastre: Cuyos dramas (como La taberna fantástica) contienen, de manera más explícita, una denuncia de las injusticias sociales y de la situación política de España.
Otros dramaturgos optan por una estética realista para retratar críticamente la realidad del país. Destaca Lauro Olmo.
Teatro Experimental y Vanguardista
Influidos por el surrealismo, el teatro del absurdo y el teatro de la crueldad, Fernando Arrabal y Francisco Nieva son los dos autores fundamentales del teatro experimental o vanguardista, que reacciona contra el teatro realista de contenido social predominante en los años cincuenta.
- Fernando Arrabal (El cementerio de automóviles): Fundador del Movimiento Pánico, tiene carácter simbólico y utiliza elementos como la violencia, el sexo o la locura.
- Francisco Nieva (Pelo de tormenta): Realiza una crítica de la España tradicional, a través de un lenguaje dramático caracterizado por el erotismo y la desinhibición verbal, con elementos del carnaval y el esperpento.
El Teatro de la Democracia (Post-Franco)
Tras la muerte de Franco, España rompe con el aislamiento y queda muy influenciada por el resto de Europa y América. El teatro de la democracia está condicionado por dos factores: el apoyo institucional y la pérdida de importancia del dramaturgo y del texto dramático. Este último factor tiene dos consecuencias: la importancia del director de escena y la aparición de grupos de teatro independiente (como Tábano) con nuevas tendencias. Pervive, no obstante, un teatro de texto, con un renovador vigor en los últimos años.
Teatro de los Ochenta
En el teatro de los ochenta destacan Alonso de Santos (Bajarse al moro) o Sinisterra (¡Ay, Carmela!). En general, estos autores evitan el experimentalismo extremo para recuperar la conexión con el público.
Generación Bradomín
En los últimos años estrenan sus obras los autores de la llamada Generación Bradomín, con dos tendencias fundamentales: un teatro de la palabra, ejemplificado por Juan Mayorga con Hamelín, y un teatro de experimentación radical.
En conclusión, el teatro analizado anteriormente abarca un periodo tan diverso que experimenta grandes cambios. Actualmente, es un género literario que tiene mucha vida y sigue en plena evolución.
