Análisis de la Obra Poética de Miguel Hernández
1. Compromiso Social y Político
El compromiso social con los más desfavorecidos fue la causa de su muerte. Miguel Hernández (MH) era un hombre muy curioso y activo. Distribuyó en sus libros las nuevas ideas que absorbió en Madrid. Llegó allí, y cambió su visión del mundo y su compromiso social (del Catolicismo al Comunismo). Es un hombre al que le tocó una visión nueva de la sociedad. Perteneció al PCE. Quería que los campesinos no fueran explotados, que fueran tratados con dignidad («las abarcas desiertas»). No era un hombre violento, en la guerra arengaba, no luchaba. En su juventud, sus amigos (destaca Sije), eran de tendencia conservadora. Educado en un ambiente católico, tras viajar a Madrid, MH da un giro. Había conocido a Alberti, Neruda… Surgen poemas como «Alba de hachas» y «Sonreidme». Aparecen elementos surrealistas. En 1935 escribe a Juan Guerrero diciéndole que ya no se siente atraído por el catolicismo ni por la revista de Sije.
El compromiso social de MH le lleva a defender a los indefensos y a difundir la cultura. Denuncia las precarias condiciones de las mujeres campesinas de España, en prosa, hablando de elementos como el sol, el hambre, el trabajo…
Nutre su poesía la lucha proletaria, la hermandad de los oprimidos… El poema «Recoged esta voz» supone un llamamiento internacionalista.
Viento del pueblo es el primero de los libros de MH donde se observa el cambio en sus ideas. Los poemas van dedicados al pueblo, hay fogosidad y optimismo. El libro se abre con la Elegía a García Lorca. Es un libro de optimismo vital y un canto emocionado a España. El pueblo es heroico y grandioso, tiene fuerza interna, y el poeta se convierte en «ruiseñor de desdichas».
En Juramento de la alegría el poeta se muestra optimista y la poesía rescatará al pueblo de su destino. La liturgia del trabajo aparece en el sudor y el cansancio. La «Canción del esposo soldado» es un gesto comunista, el grito del desarraigado y el anhelo de un futuro mejor. El yugo y las cadenas hablan de esclavitud, que debe desaparecer.
En Viento del pueblo, hay animales que encarnan la valentía, la libertad (leones, toros). El trabajo es acto de nobleza, y el sudor signo de igualdad entre hombres. El alba es símbolo de un nuevo día lleno de prosperidad. El martillo romperá las cadenas y será instrumento de liberación («El niño yuntero»).
En El hombre acecha, hay una caída de esos sentimientos, se reflexiona sobre la maldad de la guerra. Decae el compromiso y la obra termina con los «ojos del hombre abiertos al desastre». El Cancionero ya está ausente de ese compromiso.
2. Imágenes y Simbolismo de Miguel Hernández
En Perito en lunas se va acentuando el simbolismo de MH, entrando en su etapa más hermética. Los símbolos son tomados de Orihuela (palmera, camino, veleta, noria, mar, río, toro). Estos poemas nos hablan del deseo erótico insatisfecho, de ahí que se refiera al sexo masculino. En otros, dice ser preso del remordimiento por este deseo erótico, que choca con su moral católica.
En El rayo que no cesa el tema principal es el amor en sus tres facetas: ansia, realización y dolor. El rayo es fuego; el amor es dolor simbolizado en el rayo, es herida provocada por un cuchillo «cortante y homicida». Este simbolismo llega a España con el Arcipreste de Hita, Quevedo, Bécquer, Machado (Soledades), Aleixandre (Espadas como labios), Cernuda (Donde habite el olvido)… La sangre es símbolo de deseo sexual, el limón de los pechos femeninos y la pena por la esquivez de la amada, que lo lleva a la soledad. También encontramos la insatisfacción, el deseo frustrado. El poeta es toro, muerte, dolor, virilidad, corazón desmesurado y libertad. Aparece la carta como intercambio con la amada. La amada suele identificarse con imágenes naturales (nardo, cardo, zarza), las ondas del mar aluden al carácter de la amada, la identifica de la mejilla con una flor…
El rayo que no cesa rompe con la idea de cancionero petrarquista dedicado a una sola amada. Encontraremos poemas de amor platónico, dedicados a María Cegarra, y de amor carnal, a Maruja Mallo; aunque la mayor parte se la dedicara a su esposa Josefina. Aporta imágenes de sumisión simbolizadas con el buey.
Con Viento del pueblo MH llega a una poesía de urgencia, de guerra… con la idea de que la poesía es «un arma de futuro». El viento simboliza la voz del pueblo (manso, que es buey; pero que se revela y se convierte en león). La mirada del poeta se centra especialmente en los niños que han visto robada su infancia («El niño yuntero»). Se mencionan las dos Españas. Aparece la imagen del vientre tras el matrimonio con Josefina.
En El hombre acecha los símbolos tienen que ver con la animalización regresiva del hombre a causa de la guerra y el odio (colmillos, garras, fieras, tigres, lobos, bestias). MH defiende el progreso basado en el trabajo (tractores), el amor (manzanas), la comida (pan) y la juventud (Rusia). La sangre del rayo se convierte en dolor. Con el símbolo de la sangre enlaza el del tren (muerte); el símbolo del toro ahora es patria. «La Canción última» refleja el deseo del poeta de que acabe la guerra.
Finalmente, en el Cancionero y romancero de ausencias, vemos poemas dedicados a la muerte del primer hijo con imágenes intangibles («ropas con olor») y de frialdad («lechos sin calor»). Con el segundo hijo, renace la esperanza. Le dedica «Nanas de la cebolla»; en la posguerra el hijo simboliza la supervivencia y la esperanza. La imagen de la carta simboliza la tristeza y la ausencia de la amada, y el sexo femenino. El presentimiento de muerte se va haciendo certeza. De ahí la imagen de mar. Así se va apagando el que había sufrido tres heridas: la de la vida, la del amor y la de la muerte («El ruiseñor no soportó el cautiverio»).