Caracteristicas del esperpento y su reflejo en luces de bohemia

Contexto histórico y literario en LBH

Desde 1875, tras un Golpe de Estado que termina con la I República, España se rigió por el sistema conocido como Restauración borbónica (1875-1923)
con la soberanía compartida entre la Corona y las Cortes, siendo el rey el jefe del Ejército. El régimen se caracterizó por la alternancia en el poder pactada por los partidos conservador y liberal. Esto trajo consigo la corrupción del sistema parlamentario y el caciquismo.
En 1898, con la pérdida de las últimas colonias españolas (Cuba, Filipinas y Puerto Rico), estalló una crisis con la que comenzó el declive del sistema. A partir de entonces, en especial durante el reinado de Alfonso XIII (reinó de 1902 a 1931), se manifestaron una serie de problemas que fueron mermando el régimen:
a) Crisis política. Luchas internas entre los partidos, injerencia del rey, crisis ministeriales, oposición de los republicanos que veían la Monarquía como problema…
b) El gran desarrollo económico de las periferias (País Vasco y Cataluña) contribuyó al desarrollo de los nacionalismos periféricos.
c) Crisis social. Mayor conciencia proletaria que lleva consigo luchas sociales. Se exigen mejoras salariales, reducción de jornada… Paralelamente se organizan los patronos colaborando con la policía en la represión mediante la violencia armada, la ley de fugas etc.
d) Reapareció el conflicto religioso.
e) Conflicto en el Ejército.
La situación anterior condujo a la dictadura del general Primo de Rivera (1923-1930), que intentó, desde la concentración del poder, resolver la crisis de la nación. Con ciertos logros en algunos campos, al final la dictadura también fracasó.
La miseria muy generalizada, la organización y politización de la clase obrera y, sobre todo, la unión de las izquierdas, trajo consigo la proclamación de la Segunda República (1931-1939).
El periodo republicano comenzó con un deseo de profundas reformas y buenas intenciones, pero se manifestó impotente ante los problemas endémicos del país: los enfrentamientos ideológicos y sociales y la crisis económica.
En julio de 1936 el general Franco se sublevó contra el gobierno de la República. Estalla la Guerra Civil (1936-1939)
, confrontación fratricida con la que culmina el enfrentamiento de las dos Españas.

Contexto literario

Los jóvenes artistas de finales del XIX y principios del siglo XX buscan renovar el arte en general y la literatura en particular, tomando como punto de partida la subjetiva mirada del autor sobre el mundo para representarla en el arte y la literatura. El subjetivismo será ahora el único camino del arte.
De ahí la irrupción de tres grandes movimientos hasta 1936:

Modernismo, Novecentismo, Vanguardias

Así el Modernismo reaccionaría contra el Realismo y Naturalismo propios del XIX, el Novecentismo contra el Modernismo que es visto ya como un arte consagrado, y las Vanguardias contra todo lo anterior.

El panorama teatral de principios de siglo está dominado por el teatro burgués, con poca o ninguna capacidad autocrítica y condicionado por las exigencias comerciales. Estéticamente es un teatro que se resiste a la renovación de manera que los autores innovadores tendrán muy difícil su acceso a los escenarios. El teatro español del primer tercio del siglo XX se reparte, a grandes rasgos, en dos frentes: el teatro que triunfa y el renovador.

A) El teatro que triunfa

· Comedia burguesa con leves atisbos de crítica social, siempre muy suaves, cuya figura más representativa es Jacinto Benavente.
Este autor escribe una serie de obras críticas al principio pero que, al ser rechazadas por el público, se vuelven más burguesas.
· Teatro en verso, o teatro poético, que asume el Modernismo triunfante e ideológicamente tradicional, con Eduardo Maquina y Francisco Villaespesa como exponentes destacados.
· Teatro cómico, fundamentalmente costumbrista: dos vertientes destacadas encontramos dentro de este modelo teatral:
a) El sainete costumbrista, con los hermanos Serafín y Joaquín Álvarez Quintero.
Producen un tipo de teatro humorístico fácil y conservador que gozará de mucho éxito entre el público y los convertirá en los autores teatrales más célebre del momento.
b) La tragedia grotesca de Carlos Arniches cuya mejor muestra es La señorita de Trevelez (1916).

B) El teatro renovador

De escaso eco entre el público, el teatro que pretende innovar, sea con nuevas técnicas, sea con nuevos enfoques ideológicos o ambas cosas a la vez. En esa dirección se hallan:
· Las experiencias teatrales de algunos noventayochistas o coetáneos. Destaca aquí Valle-Inclán, con su esperpento.
· Los impulsos renovadores de las Vanguardias y de la Generación del 27 . Máximo ejemplo es Lorca, con el que toma forma la renovación de la tragedia bajo supuestos poéticos y simbólicos.
· La renovación del teatro cómico que Jardiel Poncela intenta por los años 30. En ella, elimina lo simbólico y también limita la importancia de la acción en sus conflictos.
El estallido de la Guerra Civil impondrá un teatro combativo y de urgencia en el que se encuadran las producciones dramáticas de Miguel Hernández.

EL ESPERPENTO Y SU REFLEJO EN LBH

La época en que vive Valle es una de las más revulsivas y dramáticas: la humillación de la derrota en Cuba (1898), la sangría incesante de jóvenes por la Guerra del Rif en Marruecos (1909), la Semana Trágica de Barcelona (1909) desatada al oponerse los obreros al nuevo envío de tropas al Rif, la I Guerra Mundial (1914), la huelga revolucionaria de 1917, las profundas convulsiones 1919-1920, la dictadura de Primo de Rivera (1923), y el atraso y pobreza secular del pueblo español.
En Luces de bohemia sostiene Valle del esperpento: una estética sistemáticamente deformada; Sirve para expresar el sentido trágico de la vida española; Mi estética actual es transformar con matemática de espejo cóncavo las normas clásicas; Deformemos la expresión en el mismo espejo que nos deforma las caras y toda la vida miserable de España. Según Valle, se trata de ver a los personajes desde un plano superior, como demiurgo o titiritero, y así se convierten en seres inferiores, como enanos y patizambos que juegan una tragedia y a los que se observa con indiferencia, ironía, sin implicarse sentimentalmente con ellos. Desde este distanciamiento se puede juzgar críticamente la realidad presentada.

Valle desmonta a sus personajes y los imposibilita para ser héroes


Para conseguir que reflejen esa situación de degradación colectiva Valle realiza varias operaciones esperpentizadoras: desclasar, deshumanizar e idiotizar a los personajes:

A. Desclasar:


Todos los personajes, sean de la clase social que sean, tienen en común la ignorancia, golfería y la desidia, que ejercen en ellos una función niveladora. El Ministro, don Latino, las prostitutas callejeras, Zaratustra o la Pisa Bien comparten el mismo nivel de miseria moral, practican o amparan el robo y se aprovechan de las circunstancias para sacar siempre beneficio propio.

B. Deshumanizar


El autor vacía a los personajes de razón, sentimientos y cultura hasta transformarlos en títeres y en fantoches (pg. 50, 179, 209). El colorido de los pingajos de su ropa, la desproporción exagerada de la greña y el gesto animalesco son precisados con abundantes cosificaciones y animalizaciones.

C. Idiotizar


Los personajes sufren una especia de idiotización colectiva fruto de la ignorancia y del egoísmo. Debilitados e incapacitados se nos presentan con un lenguaje maquinal, disparatado o frívolo. La mayoría no se preocupa por discernir lo verdadero de lo falso, lo justo de lo injusto

Estos personajes que representan la España paupérrima y degradada de la época se mueven en unos espacios casi siempre mal iluminados, sucios o chabacanos. Los recursos más habituales para esperpentizar el espacio son:
a.

La suciedad

Casi todos los espacios se presentan como sucios, malolientes y desordenados. Valle describe en la acotación inicial el ambiente de la cueva de Zaratustra (Esc.II) como el antro apestoso de aceite.
b.

La falta de luz:

la luz es importante en esta obra porque es un elemento simbólico de primer orden. Ya en el título se alude a la luz y es que Valle nos quiere comunicar que la verdadera luz, es la del entendimiento, la luces de la inteligencia. En ese escenario de borrosa oscuridad el único que irradia luz desde su propio nombre es Max Estrella. Se da la paradoja que el único que tiene inteligencia en ese mundo, el único que tiene luces, es ciego.

Esta falta de luz, de luces, común, a casi todos los ambientes y personajes, se reflejará simbólicamente en unos espacios siempre poco iluminados.
Ese es el motivo de que el escenario aparezca casi siempre en sombra o en una semipenumbra mal iluminada por candilejas, luces trémulas y mortecinas o luces amenazantes.

La chabacanería

Cuando Valle describe los espacios oficiales: el despacho del Ministro, la comisaria o la redacción del periódico, la esperpentización nos llega a través del gusto vulgar y chabacano que preside las estancia:

. El desgarro lingüístico

Uso constante del habla coloquial, de la lengua hablada: expresiones, vocablos, modismos considerados como ordinarieces o groserías

En conclusión, el esperpento deforma la imagen que tenemos de la realidad para mostrárnosla auténtica: la grotesca y absurda vida española contemporánea. El descoyuntamiento de personajes, espacios y acciones a través de un lenguaje peculiarísimo, que aúna el registro más populachero con la elaboración metafórica más audaz, producen en el espectador risa, horror y perplejidad a un tiempo; esta risa no es sino un atenuante del horror, una forma de hacernos más soportable la pesadilla.


MAX ESTRELLA I DON LATINO


El personaje de Max Estrella, ciego, hiperbólico, andaluz, representa el último bohemio. Valle nos lo presenta como un héroe clásico. Pero a pesar de superioridad intelectual y moral frente al mundo que le rodea, o precisamente por ser consciente de ello y provocar con orgullo, casi con soberbia, al mundo burgués, se le cierran todos los caminos.
Se despierta, así, en el protagonista una aguda conciencia de fracaso.
Cercado por la miseria, el alcohol y su ceguera que le impide trabajar, consciente de la situación de su familia, es un inadaptado social.
Del personaje surgen actitudes contradictorias, lo que le caracteriza como un antihéroe:

Su estado de miseria, que lo llevan empeñar sus libros y su capa, frente a su manera de gastar el dinero, cuando lo tiene, en un billete de lotería y en una cena y en champán;
Su desprecio a la autoridad, tanto política como literaria y su irritación ante el olvido de la Academia, frente a la aceptación de la ayuda del Ministro.

Max Estrella es un personaje complejo y espléndido. Dista de ser una figura noble, pero alcanza momentos de indudable grandeza. En él se mezclan el humor y la queja, la dignidad y la indignidad. Junto a su orgullo tiene amarga conciencia de su mediocridad. Su resentimiento
de fracasado resulta, unas veces ridículo otras patético. Destaca su creciente furia contra la sociedad así como su sentimiento de fraternidad hacia los oprimidos.
Es un auténtico personaje vivo, dinámico, que cambia con los acontecimientos que le suceden. Así, a lo largo de la obra va abandonando su postura egocéntrica e inicia un proceso de compromiso humano, social y político.
Se distancia de sus propios problemas: la pobreza y la ceguera, para sentir como suyos los problemas ajenos. Este proceso se inicia al conocer al preso catalán y tendrá su culminación con la madre del niño muerto. Por este motivo, Max simboliza la evolución estética y política del propio Valle-Inclán que, desde las posturas escapistas del Modernismo, fue evolucionando a un compromiso cada vez más claro con el pueblo.

Vemos también en Don Latino algunos datos biográficos de Alejandro Sawa, constituyendo la otra cara de la moneda, correspondería a un desdoblamiento de la contradictoria personalidad de Sawa; capaz de comportarse con gran dignidad en ocasiones y de extrema bajeza en otras. Don Latino es la contrafigura necesaria de Max, su cara oscura.
En él se reúnen varias personalidades simbólico-míticas: la de Virgilio guiando a Dante, la Lázaro de Tormes engañando a su amo ciego o la de Sancho Panza acompañando a don Quijote.

5.3.2 Cínico, parásito, desleal y canalla

Es, probablemente, el personaje más esperpéntico de toda la obra. Cínico, parásito, desleal y canalla, apenas hay en él un resto de dignidad. Es el bohemio golfo que se arrima como un perro, al bohemio heroico, al que no duda en adular, burlar y robar: no le importa engañar repetidas veces a Max; no le prestará su abrigo cuando aquel esté a punto de morir y le robará la cartera, donde está lo que queda del dinero que le han anticipado en el Ministerio y el décimo de Lotería, que después será premiado.
Don Latino es un mediocre intelectual que admite no entender la poesía de Rubén Darío o también se ve obligado a incorporar las ocurrencias de otros personajes, especialmente de Max. Tal vez la imitación más importante, porque con ella se termina la obra, es cuando el personaje repite la frase de Max considerando que el mundo es un esperpento (escena XV).
Don Latino es falso y ruin, capaz de mentar al compañero Lenin (escena II), pero incapaz de asumir la lucha popular o indignarse ante la injusticia social: Hay mucho de teatro (escena XI) cuando la madre pierde al hijo.
Don Latino ofrece una visión conservadora, reaccionaria, de personaje que acata el sistema.
Su primera y últimas apariciones en escena están marcadas por su borrachera, lo cual hace más esperpéntica su figura. La negatividad del personaje se ve plasmada en las calificaciones de otros personajes: Max lo llama cerdo hispalense (escena X). Y Claudinita lo culpa de la muerte de Max: ¡Ese hombre es el asesino de papá! (Escena XIII).










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