Realismo y Naturalismo: Un Viaje por la Literatura del Siglo XIX
A mediados del siglo XIX, el Romanticismo deja paso a un nuevo movimiento: el Realismo. Los escritores intentarán describir esa realidad; de ahí el nombre de esta corriente literaria. De ese deseo de trasladar la realidad a los lectores lo más fielmente posible, se derivan las principales características de la literatura realista:
- La sustitución de temas intimistas, legendarios y fantásticos por la descripción del mundo real y exterior al escritor.
- El intento de abarcar toda la realidad, lo que explica la minuciosidad en la descripción del pasado de los personajes, su entorno y su evolución psicológica. La literatura girará en torno a dos grandes ejes: lo social y lo psicológico.
- La tendencia a la omnisciencia del narrador, que permite ofrecer lo que piensan y sienten los personajes, sus secretos más escondidos y sus deseos más ocultos.
- El afán de objetividad del escritor para hacer creíbles sus historias, intentando evitar el punto de vista personal. Ello no le impide tomar partido ante los graves problemas de su tiempo.
Durante el último tercio del siglo XIX, algunos escritores, influenciados por las corrientes filosóficas y científicas en boga, evolucionan hacia posturas más radicales.
Stendhal
Empieza a apartarse de los arrebatos del Romanticismo creando una obra fría y cerebral, basada en la observación. Su capacidad para escudriñar el alma humana y su estilo claro y preciso, que él afirma haber aprendido en los códigos de leyes, lo convierten en el iniciador del movimiento realista y en un maestro de la novela psicológica. En Rojo y negro relata las inútiles tentativas del hijo de un aldeano, cínico y ambicioso, por introducirse en la alta sociedad. En La cartuja de Parma presenta a otro aventurero, que al final termina recluido en un monasterio.
Honoré de Balzac
Amaba, por encima de sus posibilidades, la riqueza, el lujo y los placeres, lo que le obligó a escribir constantemente para saldar sus deudas. Pensaba que el literato está obligado a trazar un panorama completo de la sociedad, por lo que proyectó una obra de enormes dimensiones, La comedia humana. De las cien novelas que debía comprender, Balzac solo terminó veinticuatro y varias series de narraciones breves. Entre las novelas destacan Eugenia Grandet, su obra maestra, y Papá Goriot, la historia de un anciano que ama intensamente a sus hijas, quienes le corresponden dejándolo morir abandonado.
Gustave Flaubert
Es considerado el fundador de la novela contemporánea. El afán realista le lleva a documentarse minuciosamente mediante la observación de las personas y la lectura de las más dispares materias. El afán de objetividad le hace mantenerse impasible, neutral ante los conflictos que plantea, postura que en su tiempo se interpretó como amoral. Flaubert hubo de trabajar incansablemente el estilo, de ahí que escribiera con mucha lentitud y que corrigiera sin cesar. Además de Madame Bovary, entre sus obras destacan Salambó y La educación sentimental, donde narra los repetidos amores de un estudiante parisino.
Émile Zola y el Naturalismo
Es el creador y máximo representante de la escuela naturalista, que surge como una desviación del Realismo, bajo la influencia de ciertas corrientes ideológicas y científicas. El escritor intenta descubrir las leyes que rigen la manera de ser y el comportamiento de las personas; leyes que tienen que ver con su herencia biológica y con el medio en que se desenvuelven. Zola fue el autor francés más influyente de su época y el que más ha vivido la miseria del pueblo y las luchas de los trabajadores. Su obra más destacada es Germinal.
Antón Chéjov
Además de ser el gran renovador del cuento, logró el mejor teatro de su época. Compaginó su trabajo de médico con la publicación de relatos breves en periódicos. El éxito de su drama La gaviota lo orientó hacia el teatro. Murió de tuberculosis a los 44 años.
Cuentos
Por sus relatos breves desfilan infinidad de tipos del campo y, sobre todo, de las pequeñas ciudades provincianas. Chéjov recrea sus vidas cotidianas con humor y ternura, no exentos de crítica, y las eleva a categoría artística y a símbolo de la existencia humana. Sus cuentos son una especie de Comedia humana rusa, donde tienen cabida todos los estratos sociales, especialmente los más humildes. En Los campesinos recrea admirablemente el mundo rural; en La novia, el de los estudiantes; en La sala número 6, el de los médicos y enfermos mentales. En La dote, el tiempo consume a una joven mientras prepara su ajuar. La dama del perrito es un poético relato de amor, tejido de recuerdos y ausencias.
Teatro
Durante el Realismo, se desarrolló en Europa un tipo de drama burgués de escasa calidad, en el que la gesticulación y las grandes pasiones románticas son sustituidas por escenas costumbristas. El tema esencial es la frustración, la imposibilidad de ver cumplidos los sueños. La gaviota y El jardín de los cerezos son sus dramas más logrados.