Contexto Histórico-Social de la Obra de Lorca
La obra de Lorca se desarrolla entre las dos Guerras Mundiales. El final de la Primera Guerra Mundial supuso un sentimiento de pobreza y crisis en la sociedad, que debilitó la monarquía de Alfonso XIII y promovió la dictadura de Primo de Rivera. Sin embargo, debido al descontento popular, se proclamó la Segunda República. Hubo grandes cambios en el ámbito social: leyes progresistas, movimientos obreros, pérdida del poder eclesiástico… No obstante, estos cambios no solucionaron los problemas de España, por lo que en 1936 se inició la Guerra Civil. Lorca fue fusilado al inicio de esta contienda.
Rasgos Característicos de la Obra de Lorca
Dos características fundamentales de la obra de Lorca son su estilo y el simbolismo. Su estilo se caracteriza por el realismo poético empleado a lo largo de la obra. Lorca poetiza el lenguaje cotidiano, utilizando vulgarismos y frases hechas. El simbolismo es otro rasgo clave, ya que Lorca estaba fuertemente influenciado por esta corriente. Los símbolos constituyen uno de los pilares fundamentales de su obra, y este lenguaje posee una gran capacidad de connotación. Por ello, Lorca dotó a objetos, colores y elementos naturales de un profundo valor simbólico en su producción literaria.
Contexto Literario y Cultural: La Generación del 27
Escritores como Lorca y Alberti pertenecen a la Generación del 27. En ellos se aprecia la influencia de la Generación del 98 y la poesía pura de Juan Ramón Jiménez, así como la mezcla de elementos tradicionales y vanguardistas y el uso extensivo de recursos literarios. Los teatros se dividen en los de éxito comercial, en los que destaca Jacinto Benavente, y los innovadores de escritores como Valle-Inclán o Lorca, creador de obras cumbre como Yerma, Bodas de sangre o La casa de Bernarda Alba. Sus obras pretenden depurar la dramaturgia poética, integrarse en las tendencias vanguardistas y acercarse al pueblo.
Biografía de Federico García Lorca
Federico García Lorca nació en Granada en 1898. En 1919 se instala en la Residencia de Estudiantes de Madrid, donde conoce a escritores como Juan Ramón Jiménez, artistas como Dalí o Buñuel, y poetas que constituirán la Generación del 27. En 1929 funda el grupo de teatro La Barraca, con el que interpretó obras clásicas por toda España. En 1933 viajó a Buenos Aires, donde sus obras de teatro tuvieron un gran éxito. En 1936, al comienzo de la Guerra Civil, fue asesinado, probablemente debido a su ideología socialista, su homosexualidad y su pertenencia a la masonería.
Concepción Teatral de Lorca
Lorca creía que el teatro tenía una función social y educativa. El autor entendió el teatro como una mezcla de lo tradicional y lo vanguardista. Tradicionalmente, adopta el fatum del teatro griego y el tema de la honra del teatro español. Con su teatro, Lorca pretende romper con la estética burguesa de Jacinto Benavente para defender un teatro innovador cuyos personajes, a los que vemos «en los huesos, la sangre», van vestidos con «trajes poéticos». Su teatro, en definitiva, combina el lenguaje popular, el surrealismo y elementos simbólicos.
La Casa de Bernarda Alba: Un Drama Social Universal
La casa de Bernarda Alba es un drama social universal que retrata de manera crítica aspectos de la sociedad española de la época, como la pobreza, la injusticia, el conflicto de clases y los valores tradicionales y conservadores de la burguesía rural, defensora de rígidos códigos morales. Además, también se abordan temas como la situación de la mujer en España, entre ellos: la desigualdad de género, el matrimonio forzado y la represión sexual. Al mismo tiempo, se aborda la lucha constante entre la naturaleza humana y lo socialmente conveniente, concretamente en la importancia de la apariencia y el «qué dirán».
Temática Central de la Obra
La obra se articula en dos niveles: el primero aborda el deseo de las mujeres por los hombres; el segundo, los debates sobre la libertad y la justicia social. El tema central es la confrontación entre la autoridad y el deseo de libertad. Otros temas recurrentes son la represión y marginación de la mujer, el conflicto entre la realidad y el deseo, el honor, la moral conservadora, la injusticia social, los sentimientos de odio y celos, la hipocresía social y la importancia de la apariencia.
Estructura de la Obra
Externamente, la obra se divide en tres actos, siguiendo una estructura clásica. Internamente, cada acto narra los acontecimientos que les suceden a los personajes. Esta estructura es circular, ya que al final de la pieza se presenta una situación similar a la del principio. Lorca expresa así un pensamiento trágico sobre un mundo donde las cosas no cambian y nada mejora. Además, hay elementos que refuerzan esta estructura circular: cada acto comienza con el adverbio «yo», y Bernarda inicia y concluye la obra con la palabra «¡Silencio!».
El Espacio Simbólico en la Obra
Toda la obra se desarrolla dentro de la casa, un espacio clave en su contexto. Simboliza una sociedad carcelaria y un estado mental reprimido. Este espacio, a pesar de la dualidad interior/exterior, se convierte en la realidad asfixiante y estranguladora del deseo de libertad personal. Las rejas y los candados físicos de la casa trascienden lo material, extendiéndose al pueblo y sus habitantes, pues la verdadera prisión reside en la mentalidad y el código moral que rigen esa sociedad.
El Tiempo en la Narrativa de Lorca
La obra se sitúa a principios del siglo XX, entre 1920 y principios de 1930. Cada acto transcurre en un día diferente. Estas referencias temporales no aparecen en las acotaciones, sino que son los personajes y las campanas de la iglesia quienes marcan el paso del tiempo. Además, aunque se desconoce cuánto tiempo transcurre entre escenas, se sabe que la acción tiene lugar en verano. Se menciona constantemente el paso del tiempo, pero paradójicamente se genera la impresión de que el tiempo no avanza. Las hermanas poseen una visión subjetiva del tiempo.
Estilo, Lenguaje y Técnica Dramática
Además del gran valor que Lorca añade a la dirección escénica, la técnica dramática se caracteriza por el diálogo, que destaca por su fluidez, nervio e intensidad. El lenguaje y el estilo se caracterizan por el realismo poético. Por ejemplo, cada personaje habla de acuerdo con su carácter, las réplicas son breves y vívidas, con un lenguaje coloquial y cotidiano, combinado con recursos estilísticos como símbolos, metáforas, hipérboles, comparaciones, coloquialismos, y abundantes figuras literarias e imágenes.
El Simbolismo en la Obra de Lorca
Lorca estuvo profundamente influenciado por el simbolismo. Los símbolos constituyen uno de los pilares fundamentales de la expresión lorquiana. El lenguaje simbólico posee una gran capacidad de connotación, y Lorca dota a objetos, colores y elementos naturales de un profundo valor simbólico en su obra. El propósito es insinuar realidades que le interesan. Por ejemplo, la obra está repleta de símbolos: el verde representa la rebeldía; el agua, el deseo; el río, la vida; y las flores, el amor.