Generación del 27: Un Recorrido por su Poesía

Introducción: La Poesía de la Generación del 27

La Generación del 27 es la denominación con que se agrupa al conjunto de poetas que se reunió en 1927 en el Ateneo de Sevilla para homenajear a Góngora en el tercer centenario de su muerte. Este grupo se convirtió en el más notable grupo literario de la época.

Poetas

  • Pedro Salinas
  • Jorge Guillén
  • Gerardo Diego
  • Vicente Aleixandre
  • Federico García Lorca
  • Dámaso Alonso
  • Emilio Prados
  • Luis Cernuda
  • Rafael Alberti
  • Manuel Altolaguirre

Estos poetas eran amigos entre sí. Dámaso Alonso fue crítico literario y Miguel Hernández es considerado un epígono de esta generación.

Son un grupo compacto con conciencia de serlo y con relaciones de amistad. Los aglutinan la convivencia en la Residencia de Estudiantes o la participación en actos colectivos y revistas como Cruz y Raya o Caballo verde para la poesía. Nacen en fechas próximas (entre 1891 y 1902), se abren a las vanguardias (futurismo, creacionismo, surrealismo…), ven su obra publicada como grupo en la Antología (1932), preparada por Gerardo Diego, y poseen un lenguaje generacional en el que es común la concepción vanguardista de la autonomía del arte y el cultivo de la metáfora.

Etapas

Dada la gran cantidad de poetas que integran esta generación y su marcada individualidad, es difícil distinguir en bloque distintas etapas de su quehacer literario. No obstante, es indudable que se produce en todos ellos una evolución desde sus comienzos hasta la Guerra Civil en tres momentos:

Primera etapa: Hasta 1928, aproximadamente. Poesía pura

  • Tonos becquerianos e influencia de las primeras vanguardias: ultraísmo, creacionismo.
  • Influencia de la poesía pura e intelectual de Juan Ramón Jiménez (esto los acerca a Góngora) en la que se suprimen la anécdota y el sentimentalismo.

Obras representativas de esta etapa son Presagios, de Pedro Salinas (influencias futuristas); Cántico, de Jorge Guillén; Imagen y Manual de espumas, de Gerardo Diego, de influencia creacionista, caracterizados por el empleo de verso libre, sintaxis quebrada, imágenes insólitas…; Égloga, elegía, oda, de Luis Cernuda, influido por la tradición clásica; Marinero en tierra, de Rafael Alberti, que aúna lírica popular con una cierta estilización vanguardista; y el Romancero gitano, de Federico García Lorca.

Segunda etapa: De 1928 a 1939. La poesía humanizada

  • Todos han publicado importantes libros y se han consolidado. Guillén y Salinas continúan con la poesía pura, este último aborda el sentimiento amoroso en La voz a ti debida y Razón de amor.
  • Los demás buscan otro camino: el de la rehumanización de la poesía a través de elementos del surrealismo técnicos (fluir torrencial de las imágenes, enumeraciones caóticas e imágenes visionarias, empleo del verso libre y versículo) y temáticos (sentimientos humanos: ansia de plenitud, frustraciones, exaltación del sentimiento amoroso…).

Obras representativas de esta etapa son Los placeres prohibidos, de Cernuda; Sobre los ángeles, de Alberti; Espadas como labios y La destrucción o el amor, de Vicente Aleixandre; Poeta en Nueva York, de Lorca.

En esta tendencia influirá Pablo Neruda, con su revista Caballo verde para la poesía, que demanda una poesía sin pureza. Durante la Guerra Civil, algunos escribirán poesía al servicio de la causa, como Poeta en la calle, de Rafael Alberti, o Viento del pueblo, de Miguel Hernández.

Tercera etapa: Tras la Guerra Civil. El exilio y la dispersión

Lorca es asesinado, los demás se exilian, salvo Aleixandre, Dámaso Alonso y Gerardo Diego. Miguel Hernández es encarcelado, donde morirá en 1942. Ninguno abandonará ya la poesía entrañablemente humana.

Entre los exiliados, destacan Salinas (El contemplado), Guillén (Clamor), Alberti (De la guerra a hoy), Cernuda (Desolación de la quimera, Ocnos). Los temas principales son, en un primer momento, imprecaciones a los vencedores, y luego, la nostalgia de la patria perdida, de los amigos muertos y el desarraigo.

Los que quedan en España desarrollan un humanismo angustiado, de tonos existenciales, como Dámaso Alonso (Hijos de la ira) e Historia del corazón, de Aleixandre, que adopta una posición solidaria al abordar la vida del hombre común, sus sufrimientos e ilusiones. Miguel Hernández escribe en prisión Cancionero y romancero de ausencias, donde ve con gran desaliento el porvenir.

Afinidades Estéticas e Ideológicas

Aunque su poesía no es intercambiable, encontramos unas claves comunes:

Afinidades Estéticas

  • Conocen la literatura anterior a ellos y admiran a:
    • Los clásicos (Garcilaso, fray Luis, y en especial a Góngora).
    • Bécquer, Machado y Juan Ramón Jiménez, del que toman la depuración formal y la supresión de la anécdota.
    • Formas y ritmos populares: romances, villancicos, canciones paralelísticas. El romancero de la novia, de Gerardo Diego, el Romancero gitano, de G. Lorca o Marinero en tierra, de Alberti, siguen esta tendencia neopopular.
  • Están al tanto de las nuevas corrientes estéticas de su época (las vanguardias):
    • Influencia de Ramón Gómez de la Serna.
    • Gerardo Diego empieza siendo creacionista y ultraísta.
    • Los demás muestran ecos futuristas en sus orígenes (poemas dedicados al fútbol, al avión, a la máquina de escribir…) y surrealistas más adelante.
  • Su poesía es en apariencia sencilla, pero encierra difíciles asociaciones simbólicas. Cultivarán la metáfora, llegando al uso de la imagen visionaria: identificación entre objetos muy diferentes que depende de la subjetividad del escritor, ya que tiene que ver con la emoción personal que le produce.
  • La métrica oscilará entre la clásica o tradicional (romances, versos populares de arte menor y sonetos), el verso libre o versículo y el poema en prosa.

Afinidades Ideológicas

  • Comparten una visión pesimista y secular de la existencia.
  • Desde el punto de vista ideológico, se dan cuenta de que la sociedad es alienante y de que el concepto que se tiene del hombre, heredado desde la Ilustración, es represivo.
  • Temas: Estos poetas defienden la vida, al margen de la razón generalizadora, dogmática y antivital. Defienden lo que es instintivo, inocente y natural, normalmente enfrentado a la civilización (Luis Cernuda opone la realidad al deseo, V. Aleixandre llama al hombre sombra del paraíso, Nueva York devora a la naturaleza en Poeta en Nueva York). Otros temas son la libertad, la muerte y el amor como fuente de dolor y como plenitud del ser humano (Salinas en La voz a ti debida, Aleixandre en La destrucción o el amor o Espadas como labios, Cernuda en Los placeres prohibidos o Donde habite el olvido o Miguel Hernández en El rayo que no cesa). García Lorca reivindica a los más débiles o marginados (los niños y los negros en Poeta en Nueva York y los gitanos en Romancero gitano).

Conclusión

La Generación del 27 supone una síntesis entre tradición y vanguardia, un equilibrio entre lo clásico y lo romántico, lo minoritario y la inmensa mayoría, lo culto y lo popular, lo universal y lo español. Culminan la llamada Edad de Plata de la literatura española.

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