Ilustración y Romanticismo: Movimientos Clave y Figuras Literarias

La Ilustración: Razón y Progreso en el Siglo XVIII

La Ilustración fue un movimiento ideológico y cultural que se desarrolló durante el siglo XVIII en Europa, con Francia como el principal centro de irradiación. Este movimiento influyó en hechos históricos como la Revolución Americana (1775) y la Revolución Francesa (1789), y promovió valores como la libertad, la dignidad individual y la educación universal.

Principales Pilares y Características de la Ilustración

  • Autonomía y espíritu crítico: Los ilustrados defendían que el ser humano debía ser dueño de su destino, guiándose por la razón y los valores universales, y cuestionaban la autoridad establecida.
  • Optimismo y progreso: Promovían el optimismo, creyendo en el progreso de la humanidad a través del conocimiento y la educación. Esta visión se reflejaba en obras como la Enciclopedia, que reunía el saber de la época.
  • Racionalismo: Fundamental para los ilustrados, quienes confiaban en la razón, la observación y la experimentación como fuentes fiables de conocimiento. Criticaban la superstición y la intolerancia religiosa, y defendían la secularización de la sociedad.
  • Reformismo: Los ilustrados eran reformistas más que revolucionarios. Defendían el ejercicio racional del poder a través del Despotismo Ilustrado, donde los monarcas aplicaban reformas inspiradas en ideas ilustradas para mejorar las condiciones del pueblo sin renunciar al poder absoluto. Ejemplos de monarcas ilustrados incluyen a Federico II de Prusia, Catalina II de Rusia y Carlos III de España.

El Romanticismo: Sentimiento y Subjetividad

El Romanticismo supuso una transformación profunda en la concepción del mundo y del ser humano.

Características Fundamentales del Romanticismo

  • Idealismo alemán y exaltación del yo: Representado por Fichte, defendía que la realidad no es objetiva, sino una creación del yo. Así, el individuo se convierte en el centro absoluto de todo. Esta exaltación del yo llevó a una literatura profundamente subjetiva, centrada en el análisis del mundo interior, lo que explica la preferencia por la lírica frente al ensayo.
  • Angustia metafísica: El ideal romántico, ya sea político, amoroso o existencial, suele chocar con una realidad decepcionante y hostil. De este desajuste nace un sentimiento de decepción que se traduce en temas como el tedio, la insatisfacción y el pesimismo vital, muy presentes en la literatura de la época.
  • Irracionalismo: Una reacción contra la razón de la Ilustración. Los románticos se sentían atraídos por lo irracional: los sentimientos, la fantasía, los sueños, la locura o la inspiración. Esta visión dio lugar al auge del género fantástico y de terror, y a ambientes oscuros y nocturnos en las obras artísticas.
  • Libertad: Los artistas valoraban muchísimo la libertad, no solo en la política o en la vida, sino también en el arte. De esta actitud nace el héroe romántico, un personaje solitario, seductor o proscrito que se enfrenta a las normas sociales, religiosas y morales. Ejemplos de ello son Prometeo, Satanás, Caín o Don Juan.
  • Rechazo de la civilización: El mundo moderno, industrial y mecanizado, es visto como algo prosaico y deshumanizador. Frente a él, el romántico busca una unión perdida con la naturaleza, idealizando paisajes salvajes y tiempos antiguos donde aún era posible lo sagrado. Este anhelo se refleja especialmente en la pintura y poesía del Romanticismo inglés y alemán.
  • Evasión y desacuerdo con la realidad: La constante insatisfacción con el mundo genera una actitud de profundo desacuerdo con la realidad. Esto se manifiesta en el deseo de evasión hacia mundos interiores, épocas pasadas como la Edad Media o lugares exóticos aún no contaminados por la modernidad. En los casos más extremos, esta evasión se expresa mediante el suicidio, considerado el gesto romántico por excelencia. Personajes literarios y autores reales, como Don Álvaro, Elvira, Larra o Chatterton, ejemplifican esta respuesta trágica ante el fracaso del ideal.
  • Nacimiento de los nacionalismos: El Romanticismo favoreció el nacimiento de los nacionalismos. En toda Europa surgieron movimientos políticos y culturales que miraban al pasado idealizado como una Edad de Oro perdida. Frente a la universalidad de la Ilustración, los románticos reivindicaron lo particular y lo propio de cada pueblo. De este interés surgió también el gusto por el folclore y las tradiciones populares, como demuestra el trabajo de los Hermanos Grimm al recopilar cuentos tradicionales.

El Teatro Romántico Español

El teatro romántico español se desarrolló principalmente entre 1834 y 1844 y presenta los siguientes rasgos distintivos:

  • Ambientación histórica: Se sitúa en épocas pasadas, especialmente la Edad Media o el siglo XVII, con escenarios misteriosos y dramáticos.
  • Protagonistas solitarios: Personajes con identidades desconocidas o problemáticas, que enfrentan un destino trágico o una sociedad injusta.
  • Amor apasionado y trágico: Las historias suelen tener desenlaces fatales, con secretos revelados y duelos.
  • Ruptura con las tres unidades clásicas: Las obras no respetan las unidades de tiempo, lugar y acción; se desarrollan en distintos espacios y a lo largo de períodos prolongados.
  • Uso de prosa y verso: Se alternan ambos registros en una misma obra.
  • Efectos escénicos espectaculares: Se emplean elementos como tormentas, campanas y apariciones para impresionar al público.

Rosalía de Castro (1837-1885)

Rosalía de Castro (1837-1885) fue una destacada escritora gallega del siglo XIX, nacida en Santiago de Compostela. Su infancia estuvo marcada por el rechazo social debido a su origen ilegítimo. Se casó con el también escritor Manuel Murguía, lo que la vinculó al movimiento del Rexurdimento y al resurgimiento de la lengua gallega. Su vida estuvo llena de dificultades personales, como la pobreza y la pérdida de un hijo. Estas experiencias influyeron en su obra, impregnada de tristeza y saudade. Escribió en gallego y castellano, destacando por su poesía intimista y existencial.

Obra en Gallego

  • Cantares Gallegos (1863): Reivindica el gallego como lengua literaria. Refleja el amor por Galicia y temas como la emigración.
  • Follas Novas (1880): Combina poemas personales (tristeza, soledad) con otros de denuncia social (pobreza, injusticias, emigración).

Obra en Castellano

  • En las Orillas del Sar (1884): Poesía introspectiva y existencial, donde aborda temas como el paso del tiempo, el dolor, el desengaño, la muerte y la fe. Usa un estilo innovador, con rima asonante, métrica libre y versos largos.

Corrientes Artísticas del Siglo XVIII

Rococó

El Rococó es un estilo galante, refinado y superficial, que encuentra su máxima expresión en la poesía anacreóntica, cultivada por Juan Meléndez Valdés. Se celebran el amor, la belleza, el placer y el vino, en medio de un entorno bucólico.

Neoclasicismo

El Neoclasicismo es un movimiento artístico y literario que propone la imitación de la literatura grecolatina y del clasicismo francés del siglo XVIII (Molière, La Fontaine). Entre sus principios, recogidos por Ignacio de Luzán en su obra Poética (1737), destacan:

  1. El sometimiento de la literatura a normas dictadas por la razón (la regla de las tres unidades en el teatro, por ejemplo).
  2. La intención crítica o didáctico-moral.
  3. La verosimilitud.
  4. El decoro y la claridad expresiva.

Sentimentalismo

En esta tendencia se inscribe una serie de obras como Noches lúgubres de José Cadalso y el poema A Jovino de Juan Meléndez Valdés, que reivindican los sentimientos (amor, melancolía, conmiseración, fraternidad…) frente a la frialdad de la razón o de las convenciones sociales. Estos textos anuncian, ya a finales de siglo, el Romanticismo.

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