La Novela Española de 1939 a 1974
Década de los 40 (1939-1949)
Había dos tendencias principales: el realismo tradicional y la novela triunfalista, que defendía el régimen franquista. Este ambiente de pobreza creativa fue roto por tres novelas fundamentales: La familia de Pascual Duarte, Nada y La sombra del ciprés es alargada. Las tres tenían como vocación mostrar realidades amargas que no se habían tratado; también había personajes marginales y angustiados. No tratan temas sociales, sino problemas existenciales en un entorno crudo y desolado.
Realismo Social (1950-1962)
La novela social pretende reflejar las injusticias sociales con intención de denunciarlas; la literatura es un instrumento que puede modificar la vida de las personas. Camilo José Cela es el precursor con La colmena, aunque también es importante La noria.
En 1954 se inaugura la novela social con autores como Aldecoa, Sánchez Ferlosio, Carmen Martín Gaite, Ana María Matute, Juan Goytisolo y Caballero Bonald; al conjunto de ellos se le denomina la Generación del Medio Siglo.
Características de la Novela Social
- Temática centrada en la vida de los desfavorecidos y el injusto mundo del trabajo.
- Concentración espacial y temporal.
- Uso del personaje colectivo.
- Preferencia por estructuras sencillas.
- Orientación objetivista, representada en El Jarama.
La Novela Experimental y de Renovación (1962-1975)
Desde 1960, se observan muestras de cansancio respecto a los postulados de la novela social, ya que prácticamente se había desterrado la fantasía de la novela. Esto se debe a que se propugna la necesidad de renovación formal y de buscar estructuras más complejas. La literatura extranjera se convierte en la principal influencia.
Rasgos de la Novela Experimental
- Presencia del elemento imaginario.
- Fragmentación.
- Ruptura del orden cronológico lineal.
- Experimentación lingüística.
Luis Martín-Santos abrió esta tendencia con Tiempo de silencio. También destacan La saga/fuga de J.B., Volverás a Región, Últimas tardes con Teresa y Señas de identidad. Con Tiempo de silencio, se inició una nueva etapa que se concibe como creación y experimentación; esto hace que la novela destaque también por la reflexión humanística. Se aúnan la experimentación formal y un amplio alcance social. También se nos ofrece una visión irónica de todas las clases sociales, así como una crítica a los problemas nacionales, como la situación de la ciencia y de la investigación o la falta de cultura.
El Teatro Español a partir de 1936
1. Teatro de Posguerra (Primer Franquismo)
Muchos dramaturgos habían muerto (Valle-Inclán o García Lorca), y los viejos maestros producían un teatro de escaso interés. En esta etapa podemos distinguir las siguientes líneas:
Alta Comedia
Caracterizada por el predominio de las comedias de salón, que trasladan a veces una suave crítica moral unida a una defensa de los valores tradicionales y burgueses. Autores destacados: José María Pemán, Luca de Tena o Edgar Neville.
Teatro Cómico (Arniches y Mihura)
Introdujeron elementos innovadores, considerados precedentes del teatro del absurdo en España.
Teatro Existencial
Se inaugura con Historia de una escalera, de Buero Vallejo, y Escuadra hacia la muerte, de Alfonso Sastre. Este teatro supuso un adelanto del posterior teatro social. Aunque no hay crítica política directa, el tono es siempre grave y serio.
2. Teatro Realista o Social
Alfonso Sastre, junto con Buero Vallejo, expuso con claridad cuál era el espíritu de este teatro: dar preferencia a lo social y considerar de menos trascendencia lo artístico o estético. El público favorable fue el universitario. Sus características fueron:
- Abordar temas muy concretos y cotidianos a través de los cuales criticar la injusticia social y la falta de libertad.
- Estos temas se tratan desde una óptica realista, es un teatro comprometido con los problemas de la España en la que vivían.
Los autores más importantes fueron: Carlos Muñiz (El tintero), Lauro Olmo (La camisa), Martín Recuerda (Los salvajes en Puente San Gil), Buero Vallejo (Un soñador para un pueblo o Las Meninas) y Alfonso Sastre (Muerte en el barrio o La cornada).
Trayectoria de Buero Vallejo
Se distinguen tres etapas en la trayectoria de Buero Vallejo:
- Hasta 1957: Predominio de temas de carácter existencial, como la búsqueda de sentido a la vida.
- 1958-1970: Comienza a cultivar un teatro claramente social, insistiendo más en las relaciones entre individuo y entorno. Ambienta estas obras en épocas ya pasadas, pero semejantes a la España franquista, cultivando así el drama histórico. Destacan Un soñador para un pueblo, Las Meninas o El tragaluz.
- Tercera etapa (a partir de 1970): Los contenidos políticos y sociales se hacen más explícitos y se caracteriza por la constante experimentación técnica. El sueño de la razón y La Fundación son las obras más importantes.
3. Teatro Experimental (Hacia 1970)
Hacia 1970 los autores empiezan a asimilar la influencia de dramaturgos extranjeros, como Bertolt Brecht o Antonin Artaud, dando lugar a un nuevo teatro, que tiene las siguientes características:
- Sigue siendo un teatro de protesta, pues su temática gira en torno a la dictadura, la falta de libertad o la injusticia.
- Se desecha el enfoque realista para sustituirlo por enfoques simbólicos, en los que los personajes son y actúan como símbolos del dictador, del explorador o del oprimido.
- Se usan mucho los recursos extraverbales propios de ámbitos como el circo o la comedia musical.
4. De 1975 a Nuestros Días (Teatro en Democracia)
La llegada de la Democracia hizo surgir esperanzas para el resurgimiento del teatro en España. Con el final de la censura se podía recobrar la libertad necesaria para tratar temas antes prohibidos, y desde el Estado se tomaron algunas medidas importantes. Los años 80 y 90 se han caracterizado por la disparidad de tendencias y por la convivencia de dramaturgos de varias generaciones. Las más destacables son:
- La experimentación vanguardista: Francisco Nieva, Fernando Arrabal, La Fura dels Baus.
- La orientación realista: Con obras a menudo inscritas en el subgénero del teatro histórico. ¡Ay, Carmela! de Sanchís Sinisterra, o Lucero o la libertad esclava de María Manuela Reina.
- Un realismo tradicional: Abierto a la renovación y practicado por autores ya consagrados (Buero, Sastre, Antonio Gala).
- La renovación de los géneros tradicionales: El sainete y la farsa, utilizados para tratar problemas actuales. Alonso de Santos, con obras como La estanquera de Vallecas o Bajarse al Moro, es su representante principal.
