Un proceso efectivo se divide en tres etapas fundamentales:
- Primera etapa: Definición
- Segunda etapa: Implementación
- Tercera etapa: Evaluación
Es importante seguir cada una de estas etapas para asegurar el éxito del proceso. Cada etapa tiene su propia importancia y contribuye al resultado final.
Recuerda que la organización y la planificación son clave en cada una de estas fases. Asegúrate de dedicar el tiempo necesario a cada etapa para maximizar la efectividad del proceso.