Lorca y La Casa de Bernarda Alba: Claves de un Drama sobre Represión y Libertad

Contextualización de Federico García Lorca y su Obra

Federico García Lorca nace en Granada y muere trágicamente al poco de comenzar la Guerra Civil Española. Durante su estancia en Madrid, conocerá a poetas, novelistas, cineastas y pintores, muchos de los cuales pasarán a formar parte de la influyente Generación del 27. Lorca fue, además, un apasionado de la música y del dibujo.

En su producción teatral se suelen distinguir dos etapas principales: una en la que se enfrentan valores de forma más individual y otra en la que compiten fuerzas sociales. La temática del teatro lorquiano, no obstante, gira consistentemente en torno a ejes recurrentes, como el enfrentamiento entre la libertad y la autoridad. Los personajes lorquianos a menudo se enfrentan al poder establecido, al orden social y a las normas rígidas (representadas en esta obra por Bernarda), siguiendo sus instintos naturales y, como en La casa de Bernarda Alba, sus impulsos vitales y sexuales (encarnados por las cinco hijas solteras). El autor buscaba plasmar conflictos universales del ser humano, pero siempre arraigados en un medio social y cultural concreto.

Este drama está profundamente imbuido de símbolos, que abarcan desde objetos cotidianos hasta colores, representando conceptos universales como la vida, la muerte, la opresión o el deseo. Lorca emplea un lenguaje predominantemente coloquial, rico en elementos populares, que se manifiesta en diálogos contundentes, directos y, a menudo, cargados de fuerza, hipérboles y sutiles alusiones eróticas.

La casa de Bernarda Alba (a menudo abreviada como LCDBA) es su última obra teatral completa y, debido a la Guerra Civil y la posterior dictadura, no se estrenó en España hasta casi treinta años después de su escritura. En ella, Lorca reprime conscientemente la efusión lírica de obras anteriores para dar paso a una prosa directa y descarnada, reflejando con mayor crudeza el drama de estas mujeres encerradas. La casa se convierte en el escenario del choque brutal entre los principios de autoridad (Bernarda) y libertad (Adela), entre la norma social y el impulso vital.

El drama retrata un ambiente social asfixiante y represivo, característico de muchos pueblos de la España de la época, simbolizado por la casa herméticamente cerrada de Bernarda Alba. Se cree que la obra pudo estar inspirada en sucesos reales ocurridos en un pueblo de Granada. El propio autor la calificó de «documento fotográfico», lo que ha propiciado interpretaciones realistas-costumbristas e incluso políticas por parte de la crítica, viéndola como un fiel retrato de la España prebélica. Sin embargo, no debe obviarse la profunda dimensión poética y simbólica que la obra encierra, visible en la tensión constante entre polos opuestos como la autoridad (Bernarda) y la libertad (Adela, María Josefa).

Contextualización del Fragmento Final

El fragmento analizado corresponde a la escena final del tercer y último acto de La casa de Bernarda Alba. Esta obra se enmarca dentro de lo que Lorca denominó su «drama de mujeres en los pueblos de España», que junto a Bodas de sangre y Yerma, conforma su célebre trilogía rural.

Este momento representa la culminación de la tragedia: las hermanas Martirio y Adela se enfrentan abiertamente por el amor del mismo hombre, Pepe el Romano. Interviene la madre, Bernarda, quien dispara a Pepe con una escopeta. Aunque falla el disparo, hace creer a Adela que lo ha matado. Desesperada, Adela se suicida en su habitación. Ante la tragedia, la reacción de Bernarda es imponer un silencio absoluto sobre lo ocurrido, insistiendo en que su hija ha muerto virgen. Su única y primordial preocupación es mantener las apariencias y evitar el escándalo social.

Análisis del Contenido y Temas Principales

La obra se centra en la figura de Bernarda Alba, una matriarca viuda, autoritaria y déspota, que tras la muerte de su segundo marido impone un luto riguroso de ocho años a sus cinco hijas, encerrándolas en casa y sometiéndolas a su férreo control. Ejerce su poder sobre la hacienda, las tierras y, sobre todo, sobre las vidas de sus hijas: Angustias, Magdalena, Amelia, Martirio y Adela.

El conflicto latente estalla con la aparición de Pepe el Romano, un joven atractivo del pueblo que pide la mano de la hija mayor, Angustias. Angustias, hija del primer marido de Bernarda, es la única que posee un patrimonio considerable, lo que motiva el interés de Pepe. Sin embargo, su presencia despierta la pasión y el deseo reprimido en las demás hermanas, especialmente en Adela, la más joven y vital, y en Martirio. Esto desata una tensa espiral de envidias, celos, secretos y frustración que conduce inexorablemente al trágico suicidio final de Adela.

Los temas fundamentales que articula la obra son:

  • El enfrentamiento entre la autoridad tiránica (Bernarda) y el anhelo de libertad (principalmente Adela, pero latente en todas).
  • La lucha entre el instinto natural (el deseo, la pasión, la vida) y las rígidas normas sociales y morales (la honra, la decencia, el qué dirán).
  • El choque entre la tradición opresora y el impulso de renovación y rebeldía.
  • La frustración vital, amorosa y sexual como consecuencia directa de la represión.
  • La hipocresía social y la tiranía de las apariencias.
  • El papel de la mujer en la sociedad rural tradicional española.
  • El amor (truncado o imposible), la pasión (destructiva) y la muerte como destino final.

Bernarda encarna la defensa a ultranza de la honra familiar, las apariencias y la tradición más conservadora, siempre obsesionada por el «qué dirán». Este choque de fuerzas conduce inevitablemente a la frustración y la tragedia.

El Espacio Escénico: La Casa como Símbolo

El espacio donde transcurre toda la acción es la casa de Bernarda Alba, ubicada en un pueblo andaluz no especificado geográficamente, lo que le confiere un carácter más universal. La casa funciona como el símbolo central de la obra:

  • Prisión: Es una cárcel física y psicológica para las hijas, donde se consume su juventud.
  • Espacio de represión: Representa el mundo cerrado, asfixiante y opresivo impuesto por Bernarda.
  • Reflejo social: Simboliza la sociedad conservadora y vigilante de la época.

Cada acto se desarrolla en una estancia diferente, progresando desde el interior hacia un espacio que sugiere una leve conexión con el exterior (aunque nunca se rompe el encierro):

  1. Acto I: Habitación interiorísima, muy blanca.
  2. Acto II: Habitación interior blanca.
  3. Acto III: Patio interior, con paredes blancas azuladas.

El color blanco de las paredes, reiterado obsesivamente en las acotaciones, es ambiguo: simboliza una pureza impuesta y aparente, pero también la frialdad, la esterilidad y la atmósfera sofocante de la casa-prisión. Este blanco contrasta violentamente con el negro riguroso del luto que visten las mujeres, color asociado a la muerte y la represión.

Dentro de la casa, el corral es un espacio exterior mencionado recurrentemente, aunque no mostrado directamente. Es el lugar de la transgresión (encuentros de Adela y Pepe), del instinto (el caballo semental pateando) y del contacto con la naturaleza reprimida.

La presión social del pueblo, aunque físicamente fuera de la casa, penetra a través de las palabras, los miedos de Bernarda y la vigilancia implícita.

El Tiempo: Calor y Tensión

La acción dramática se desarrolla en pleno verano, bajo un calor sofocante que se menciona constantemente y que actúa como correlato objetivo de la tensión interna, la pasión reprimida y la atmósfera irrespirable de la casa. El tiempo cronológico se concentra:

  • Acto I: Mañana.
  • Acto II: Tarde (hora de la siesta).
  • Acto III: Anochecer / Noche.

El tiempo transcurrido entre los actos no se especifica, pero la sensación es de una rápida progresión hacia el desenlace fatal, concentrando la tensión dramática.

Personajes Principales y Secundarios

La Familia Alba

  • Bernarda Alba (60 años): La matriarca. Mujer dominante, fría, clasista y autoritaria hasta la tiranía. Encarna la represión, el poder absoluto, la obsesión por la honra y las apariencias. Su bastón es símbolo de su poder.
  • Angustias (39 años): Hija mayor, fruto del primer matrimonio de Bernarda. Heredera de una fortuna considerable, lo que la convierte en la prometida de Pepe el Romano. Consciente de su edad y falta de atractivo, muestra cierta amargura y resignación.
  • Magdalena (30 años): Segunda hija. Parece la más resignada a su destino de soltería y la que más quería a su difunto padre. A menudo expresa su descontento con pesimismo.
  • Amelia (27 años): Tercera hija. La más tímida, medrosa y conformista. Intenta mantenerse al margen de los conflictos directos.
  • Martirio (24 años): Cuarta hija. Físicamente menos agraciada y marcada por una enfermedad pasada. Es un personaje complejo, lleno de resentimiento, envidia (especialmente hacia Adela) y una pasión reprimida por Pepe. Sus acciones contribuyen directamente a la tragedia.
  • Adela (20 años): Hija menor. La más joven, hermosa y vital. Representa la rebeldía juvenil, la pasión desbordante, el deseo irrefrenable de libertad y la fuerza del instinto natural que choca frontalmente contra la autoridad materna. Viste de verde (esperanza, rebeldía) y es la amante de Pepe.
  • María Josefa (80 años): Madre de Bernarda. Oficialmente considerada loca y mantenida encerrada. A través de su supuesta locura, expresa las verdades que las demás callan: el deseo de casarse, de tener hijos, de escapar al mar (símbolo de libertad).

Otros Personajes Relevantes

  • La Poncia (60 años): Criada principal y antigua confidente de Bernarda. De origen humilde, conoce bien a la familia y la tiranía de Bernarda. Actúa como nexo entre el mundo interior y el exterior, aportando una visión más pragmática, popular y a veces cínica. Intenta mediar y advertir, pero sin éxito.
  • Criada (50 años): Otra sirvienta de la casa, que comparte el rencor hacia la déspota Bernarda.
  • Pepe el Romano (25 años): Personaje ausente físicamente en escena, pero omnipresente en las conversaciones y pensamientos. Es el catalizador de todo el conflicto. Joven atractivo, se compromete con Angustias por su dinero mientras mantiene una relación secreta con Adela. Representa el objeto de deseo masculino en un universo femenino reprimido y la fuerza del instinto sexual.
  • Prudencia (50 años): Amiga de Bernarda que aparece brevemente en el Acto III, ofreciendo un contrapunto sobre la resignación y los problemas familiares.

Lenguaje y Estilo en La Casa de Bernarda Alba

El lenguaje de La casa de Bernarda Alba se caracteriza por su predominante realismo y su depuración lírica en comparación con obras anteriores de Lorca. El autor busca la sencillez expresiva y la fuerza dramática a través de:

  • Prosa directa y concisa: Estilo a menudo tajante, especialmente en boca de Bernarda, con frases cortas que transmiten tensión y autoridad.
  • Lenguaje coloquial y popular: Lorca se inspira magistralmente en el habla rural andaluza, incorporando refranes, dichos, modismos y frases sentenciosas (sobre todo en La Poncia), pero siempre con una cuidada elaboración literaria.
  • Diálogos intensos: Reflejan la tensión dramática a través de preguntas incisivas, respuestas cortantes y órdenes perentorias.
  • Uso significativo del imperativo: El modo imperativo es constante, reflejando la imposición de autoridad de Bernarda. Sus órdenes finales («¡Silencio!») son emblemáticas de su intento de controlar la realidad.
  • Lenguaje simbólico: A pesar del realismo, la obra está cargada de símbolos que enriquecen el texto: el bastón, el calor, el agua (estancada o anhelada), el caballo, los colores (blanco, negro, verde), etc.
  • Economía expresiva: Lorca logra una gran intensidad dramática con pocos elementos, a través de la sugerencia y la contención.

Caracterización Lingüística de los Personajes

Cada personaje posee una forma de hablar que lo define:

  • Bernarda: Lenguaje autoritario, seco, imperativo, lleno de sentencias dogmáticas.
  • La Poncia: Habla popular, rica en sabiduría práctica, refranes y advertencias veladas.
  • Adela: Expresión apasionada, directa, desafiante y vital.
  • Martirio: Lenguaje retorcido, cargado de rencor, insinuaciones y amargura.
  • Angustias: Tono más apagado, formal y resignado.
  • Magdalena: Tono quejumbroso, pesimista y directo en su descontento.
  • Amelia: Habla tímida, temerosa y conciliadora.
  • María Josefa: Expresión poética, delirante y simbólica, que revela verdades esenciales.

Recursos Retóricos

Aunque el lirismo explícito se reduce, el lenguaje figurado aparece en momentos de especial intensidad emocional:

  • Símiles y Metáforas: «que el pecho se me rompa como una granada de amargura» (Martirio); el bastón como símbolo de poder; el vestido verde de Adela como símbolo de rebeldía.
  • Hipérboles: «Tengo el corazón lleno de una fuerza tan mala, que sin quererlo yo, a mí misma me ahoga» (Martirio); la descripción del calor sofocante.
  • Simbolismo cromático: El blanco de las paredes, el negro del luto, el verde de Adela.
  • Frases sentenciosas: Abundantes en boca de Bernarda y La Poncia («Más vale onza en el arca que ojos negros en la cara»).

El mar, mencionado por María Josefa, funciona como el símbolo supremo de la libertad anhelada, un horizonte inalcanzable y radicalmente opuesto al mundo cerrado y opresor que encarna Bernarda y su casa.

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