Poesia deshumanizada

6.

La poesía de la Generación del 27

Se puede hablar de generación del 27 para referirse a un grupo muy amplio de escritores que comparten los requisitos de Petersen. La unión de estos escritores comenzó en los años veinte y se disolvió en 1936, tras la Guerra Civil. Este grupo atravesó cuatro etapas: etapa de influencia vanguardista junto al neopopularismo de Lorca, Alberti y Cernuda; etapa de neogongorismo; etapa de influencia surrealista; y etapa de trayectorias individuales a partir de 1936.Las características generales de la poesía de la generación del 27 fueron las siguientes: la renovación de la poesía; la admiración hacia Góngora y otros clásicos; el contraste entre antigüedad y modernidad, y entre universalidad y nacionalidad; la revolución de la poesía popular; y la revalorización del romance y otras estrofas tradicionales. En la obra de los autores del 27, destaca la influencia del surrealismo francés de Paul Valery y la literatura hispanoamericana de autores como César Vallejo y Pablo Neruda. Dichas influencias se notaron especialmente en la creación de imágenes y metáforas referidas a lo irreal, el subconsciente y lo onírico, sin ser los mundos alejados de la realidad un fin en sí mismos, sino un medio. Los temas más frecuentes de esta poesía son la ciudad, la naturaleza y el amor.
En cuanto al estilo, señalaremos lo siguiente: existe un repertorio variado en cuanto a la métrica; utilizan estrofas tradicionales, tanto cultas como populares; y experimentan con el verso libre, el verso blanco y el versículo.Los autores más destacados de la poesía de la generación del 27 son: Pedro Salinas, Jorge Guillén, Gerardo Diego, Vicente Aleixandre, Rafael Alberti, Federico García Lorca y Luis Cernuda. La obra de Salinas se divide en tres etapas: primera (destacan “Presagios” y “Seguro azar”), segunda (sobresalen “La voz a ti debida” y “Razón de amor”) y tercera (tras la guerra, su poesía se tiñó de dramatismo y dolor, destacando por “El contemplado”). Su estilo se caracteriza por la búsqueda de la esencia de la vida y de la belleza formal, y el lenguaje poético aparentemente sencillo. Guillén es el poeta más puro e intelectual del grupo. Entre sus obras destacan: “Cántico” (libro que muestra de forma clara y desbordante la alegría del hecho de vivir), “Clamor” (obra formada por tres libros, “Maremágnum”, “Que van a dar en la mar” y “A la altura de las circunstancias”, en los que utiliza un tono negativo) y “Homenaje”. Guillén utiliza una forma de expresión muy elaborada y, en métrica, medidas cortas y estrofas clásicas. La obra poética de Gerardo Diego es difícil de clasificar debido a su eclecticismo, pudiendo diferenciarse dos etapas: poesía relativa (destacan “Sonetos a Violante” y “Versos humanos”) y poesía de vanguardia (destacan “Imagen” y “Manual de espumas”, obras cercanas al creacionismo). En su estilo, utiliza varios registros, combinando las técnicas de vanguardia y las formas más tradicionales. Vicente Aleixandre ganó el Premio Nobel de Literatura en 1977. Su visión del mundo se apoyaba en los pilares del amor, la naturaleza y la muerte, destacando en su obra tres etapas: primera (destacan “Ámbito”, “Pasión por la tierra” y “La destrucción o el amor”), segunda (sobresale “Historia del corazón”) y tercera (destaca “Poemas de la consumación”). Su estilo se caracteriza por: el uso de metáforas innovadoras; el gran cuidado en el empleo del léxico, los paralelismos y las anáforas; y el predominio del verso libre. La poética de Alberti gira alrededor del paraíso soñado representado en el mar, el amor, el dolor o el destino. Destacan sus obras: “Marinero en tierra” (expresa la profunda nostalgia por el mar de su Cádiz natal), “Cal y canto” (se aprecia la influencia vanguardista y el lenguaje culto y barroco propio de Góngora), “Sobre los ángeles” (se centra en temas como el amor, la ira, el fracaso o el desconcierto), “El poeta en la calle” y “De un momento a otro” (ambas obras pertenecen a la poesía social, en la que el autor se revela como poeta revolucionario). Su obra se caracteriza por la amplísima variedad de estilos y temas, así como por el uso de anáforas, del verso libre y de imágenes surrealistas. Los temas predominantes en la poesía de Lorca son la muerte ineludible y el amor como frustración, que desembocan frecuentemente en tragedia. En su obra destacan dos etapas: primera (destacan: “Libro de poemas”; “Poema del cante jondo”; y “Romancero gitano”) y segunda (en la que destacan: “Poeta en Nueva York”, obra en la que cambia de estilo, decantándose por la conciencia social, la influencia surrealista y el uso de imágenes cercanas al movimiento; “Diván del Tamarit”; y “Llanto por Ignacio Sánchez Mejías”). En su estilo destaca: la fusión de lo culto y lo popular; los símbolos; el uso de imágenes nuevas con influencias vanguardistas; y la combinación de romances y estribillos con estrofas clásicas o incluso el versículo. Por último, sobresale Luis Cernuda, cuya obra se divide en estas etapas: etapa sevillana (destacan “Perfil del aire” y “Égloga, elegía, oda”); etapa madrileña (sobresalen “Los placeres prohibidos”, “Donde habite el olvido” y “La realidad y el deseo”) y etapa en el exilio (destaca “Con las horas contadas”). El estilo de sus realizaciones se caracteriza por: la expresión de su insatisfacción vital; el predominio de la soledad, el paso del tiempo y el amor como experiencia jubilosa o dolorosa; la utilización del verso libre combinado con estrofas tradicionales; y el empleo de símbolos e imágenes.

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