Transformaciones Artísticas y Culturales en Nueva España: Del Barroco al Neoclásico y la Ilustración

Barroco: Una Expresión Artística de Grandeza y Contraste

El Barroco fue una expresión cultural que proliferó entre los años 1600 y 1750, naciendo en Italia y expandiéndose hacia gran parte de Europa. Evolucionó las ideas, temas y aspectos formales heredados del Renacimiento, imponiendo una nueva impronta artística que destacaba por el uso de ornamentaciones, colores vibrantes y una gran imaginación en la realización de las obras.

Por mucho tiempo, la palabra “barroco” fue utilizada con un carácter peyorativo, sinónimo de “recargado” e “irracional”, siendo revalorizado en el siglo XIX por personajes como Benedetto Croce o Jacob Burckhardt.

Tuvo expresiones y particularidades distintivas en las diversas artes. En la pintura, las expresiones religiosas se vieron nutridas por esta corriente, adquiriendo un papel prioritario. La escultura también fue profundamente influenciada, con la aparición de nuevas ornamentaciones para espacios exteriores e interiores, así como un nuevo estilo escultórico.

En el caso de la arquitectura, este estilo se expandió por todo el orbe. La majestuosidad de las obras, a menudo, jugaba con la asequibilidad de los materiales, lo que le confería un toque de teatralidad o ‘falsedad’ en su percepción inicial. De este estilo, surgió en su última etapa de predominancia el estilo Rococó, que se inspiraba más en la naturaleza y utilizaba los colores de manera más libre.

El Neoclásico: Razón y Orden en el Arte

El Neoclásico fue una corriente artística que se expandió entre los siglos XVIII y XIX, naciendo como respuesta al Barroco y al Rococó. Se entiende como un resurgimiento de las artes clásicas grecorromanas, que inspiraron todas las obras y expresiones neoclásicas.

Se le conoce como un arte del racionalismo, que posiciona la razón, la disciplina y el orden por encima de la imaginación y la inspiración.

En la música, el Neoclásico tuvo una vasta proliferación; las expresiones clásicas fueron las que lo caracterizaron. En pintura, predominan el dibujo y los personajes, los mitos romanos, así como obras relativas a la Revolución.

El Neoclásico en Nueva España y México

A fines del siglo XVIII, Nueva España experimentó transformaciones urbanas influenciadas por el estilo neoclásico e impuestas por la monarquía para conectar la metrópoli con sus colonias. Tras la Independencia de México, la proliferación del estilo decreció, pero logró sobrevivir.

El Neoclásico fue la expresión artística de las clases altas y el paso hacia la modernidad de las colonias que experimentaban profundos cambios políticos, situación que también se reflejó en esta corriente artística.

Entre los arquitectos criollos representantes de esta corriente destacan Francisco Eduardo Tresguerras y Damián Ortiz. La arquitectura criolla rompe con la tradición barroca colonial y propone una modernización de la sociedad.

La fundación de la Academia de San Carlos y la llegada de nuevos arquitectos que impartían cátedra favorecieron la expansión del estilo. El apogeo de la academia fue durante los siglos XVIII y XIX; sin embargo, el del estilo se ubica después de la Independencia, durante el Porfiriato.

Nuevas Instituciones Académicas y la Modernización de la Ciencia en Nueva España

En la Nueva España, en el año 1778, se fundó la Real Academia de las Bellas Artes de San Carlos, cuyo plantel académico estaba formado principalmente por los encumbrados maestros del nuevo estilo neoclásico, entre quienes destacaba, por supuesto, Manuel Tolsá. Además de promover la educación artística, la Ilustración impulsó, en su afán de modernizar todos los aspectos de la vida.

En 1767, se fundó en la Ciudad de México una escuela para señoritas dirigida por particulares y no por el gobierno o la Iglesia. Es importante por ser la primera escuela que no perteneció al clero regular ni al secular, y en el Colegio de Vizcaínas sí se incluyó a mujeres en artes y oficios.

Un año después, se fundó el colegio de la “Real Escuela de Cirugía”, que también tuvo la particularidad de no ser religiosa y de enseñar español cuando en otras partes se enseñaba latín.

En 1793, se inauguró el Colegio de Minería.

En botánica también hubo notables progresos, como la Real Expedición Botánica, que partió de Nueva España hasta territorios de lo que actualmente es Canadá, llegando hasta la frontera de los actuales países de Honduras y Nicaragua. Usando la clasificación de especies establecida por el científico sueco Carlos Linneo (que era lo más actualizado en ese entonces), la expedición clasificó gran cantidad de animales, vegetales y minerales.

Con la llegada del movimiento ilustrado a España, se comenzó a poner especial atención en todo lo que tenía que ver con la educación basada en la razón y la experimentación.

Los monarcas de la Casa de Borbón, y en particular el rey Carlos III, fundaron el Real Jardín Botánico y el Real Colegio de Minería, momentos en que las ciencias tendrían un importante desarrollo.

La creación de estas dos instituciones dio pie para que se iniciara una serie de discusiones sobre los mejores sistemas científicos de la época; en ocasiones, llegaron a enfrentarse los estudiosos novohispanos con los maestros que llegaron procedentes de España para dirigirlas.

Hubo especial interés en ciencias como la medicina, la física, la botánica, la zoología, la astronomía, la química, la geografía y las matemáticas, y en todas hubo personajes que destacaron. En estudios científicos sobresalió José Antonio Álzate, quien se dedicó a la investigación de la historia natural y la arqueología.

La Salud Pública y el Urbanismo Ilustrado

Otra de las preocupaciones reformistas era la salud pública. Los virreyes, conscientes de que debían mejorar las condiciones de los novohispanos, implementaron leyes de higiene en las ciudades. El virrey Revillagigedo prohibió los entierros en las iglesias y creó los cementerios en las afueras de las poblaciones; se adoptaron medidas para la limpieza de calles y plazas. El hijo de Revillagigedo, quien también fue virrey, decretó la instalación del alumbrado público en la Ciudad de México en 1786.

La Educación de los Jóvenes Criollos en la Nueva España

Entre los criollos hubo personajes destacados en las artes, las letras y las ciencias, ya que varios no solo hacían estudios de nivel básico y medio, sino que llegaban a realizar estudios superiores.

Los religiosos jesuitas los atendieron en sus instituciones educativas, instaurando métodos para favorecer el aprendizaje.

En la Ciudad de México, varios criollos se hospedaban en sus colegios y asistían a la universidad.

Influencia Francesa en la Sociedad Novohispana

Al llegar a España, Felipe V, nieto de Luis XIV de Francia, trajo consigo una serie de cambios en la administración y también en las costumbres; la influencia francesa comenzó a permear la vida de los españoles.

Entre estas influencias, destaca la relacionada con el pensamiento, los libros y los escritos que llegaron de Francia a la Nueva España.

Casi desde el siglo XVIII, se manifestó la influencia francesa en las modas y el trato social, sobre todo entre los grupos privilegiados.

Los soldados que servían en el Palacio Virreinal portaban uniformes franceses, con sombreros de tres picos, llamados tricornios.

Poco a poco se introdujo el uso de pelucas entre hombres y mujeres, y los hombres cambiaron la capa española por la casaca, hecha de telas finas y con bordados.

Otra costumbre fue que las casas elegantes contaran con un sitio específico para consumir los alimentos (comedor), y se comenzó la costumbre de usar el tenedor.

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