El Teatro Español desde la Dictadura Franquista hasta la Posmodernidad (1939-Siglo XXI)

Contexto Histórico y Cultural del Teatro Español (1939-2000)

Históricamente, el periodo está marcado por los casi 40 años de dictadura franquista (1939-1975) y la posterior Transición (1975-1978) hacia la democracia (1978-2000). Tras la muerte de Franco, en 1975, se inició un proceso relativamente conflictivo de democratización de las instituciones, que culminó con la Constitución de 1978, en la que España se define como una monarquía parlamentaria.

Factores Culturales Dominantes

Culturalmente, el periodo de la dictadura estuvo marcado por la falta de libertades, el control del Estado sobre la cultura y la prensa (censura), y el exilio de una parte de la población. En el conjunto del periodo pueden observarse tres factores clave:

  • La participación cada vez más notable de la mujer en el mundo cultural, tanto como autora como consumidora de literatura.
  • La influencia creciente de los medios de comunicación de masas y la internacionalización de las influencias culturales.
  • La mercantilización de la cultura.

La Crisis del Género Teatral en la Posguerra

A lo largo de la posguerra se produjo una crisis del género teatral, causada principalmente por:

  • La crisis económica.
  • La censura franquista, así como la muerte o el exilio de importantes autores anteriores a la Guerra Civil.
  • La sustitución del teatro por el cine como espectáculo de masas.

Asimismo, la innovación en el género teatral tendió a favorecer los componentes escénicos sobre los literarios, minimizando la importancia del diálogo y centrándose en aspectos más atractivos.

El Teatro de los Años 40: Ruptura y Búsqueda de Caminos

Los años 40 se caracterizan por la ruptura de las propuestas anteriores a la Guerra Civil y la consecuente búsqueda de nuevos caminos.

Líneas Teatrales Dominantes

Tras el exilio de autores de primer nombre, perduraron varias líneas:

1. Teatro Burgués o Comedia de Salón

Similar al teatro benaventino anterior a la Guerra, presentaba una leve crítica social y de costumbres, ideología conservadora y un estilo y formas clásicas. Destaca Agustín de Foxá con “Baile en capitanía”.

2. Teatro Cómico

Esta línea podía ser intrascendente o incluir aportaciones de un humor surrealista, cercano a la vanguardia, que a menudo incluía un componente existencial de denuncia del absurdo de la existencia. Destaca Enrique Jardiel Poncela (“Eloísa está debajo de un almendro”) y, sobre todo, Miguel Mihura (“Tres sombreros de copa”).

3. Teatro Existencial

Surgió en los años 40 para afrontar problemas universales del ser humano (soledad, incomunicación, sentido de la vida). Dentro de esta línea se distinguen dos posturas:

  • Línea Posibilista: Evita los contenidos y opiniones incompatibles con la censura para garantizar que la obra pueda llegar al público (autocensura). Destaca la figura fundamental de Antonio Buero Vallejo (“Historia de una escalera”, “El tragaluz”).
  • Línea Radical: No se autolimita en temas ni en contenidos, aun a riesgo de estrenarse en salas marginales o en la clandestinidad. De esta línea surgirá, en los años 50, el teatro de protesta y denuncia. La representa Alfonso Sastre (“Escuadras hacia la muerte”).

El Realismo Social y la Denuncia (Años 50)

Los años 50 son años de literatura realista en las coordenadas de la izquierda militante. Los temas que abundan son, pues, la denuncia y la revolución, y el estilo predominante es fundamentalmente comunicativo.

El teatro social surge con fuerza como continuación lógica de la línea radical del teatro existencial de los años 40. Junto a la figura de Alfonso Sastre (segunda etapa, “Muerte en el barrio”), destaca Lauro Olmo.

En líneas generales, la literatura realista de orientación social de los años 50 terminó por mostrarse ineficaz para la lucha y el cambio sociales, por lo que los años 60 supusieron una nueva búsqueda de modelos.

El Teatro Experimental y la Vanguardia (Años 60)

Se vinculan al teatro experimental de los 60 las figuras de Francisco Nieva, fuertemente influenciado por Valle-Inclán (“La carroza de plomo candente”), y, junto a él, Fernando Arrabal y su teatro pánico (“El arquitecto y el emperador de Asiria”).

El Teatro Tras la Muerte de Franco y el Siglo XXI

Tras la muerte de Franco, destaca la variedad de tendencias, si bien puede hablarse de un mundo literario dominado por la Posmodernidad. Arrabal sigue destacando como autor relevante.

Nuevas Formas Escénicas

El teatro tiende a alejarse de los valores estrictamente literarios e incorpora elementos de otros espectáculos (danza, mimo, circo), fusionándolos con lo literario para ofrecer un espectáculo nuevo y global que impacte al público, y que destruye las fronteras tradicionales entre formas artísticas. Dados los aspectos valorados, se comienza a hablar de “montajes” teatrales, y no de “obras” teatrales.

Grupos y Tendencias Contemporáneas

Destacan grupos de teatro independientes, tales como Els Joglars, La Cuadra o Akelarre. Junto a ellos, destaca una línea de teatro neorrealista y costumbrista que llega hasta el siglo XXI, representada por autores como José Luis Alonso de Santos (“Bajarse al moro”) o Fernando Fernán Gómez (“Las bicicletas son para el verano”).

En el siglo XXI, el teatro se diversifica en géneros orientados a captar el interés del público contemporáneo: musical, teatro cómico, microteatro, etc.

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