La Poesía desde el Modernismo a las Vanguardias: Autores y Obras Representativos
La llegada del siglo XX coincide con el agotamiento y el rechazo a los postulados del realismo y el naturalismo. La renovación llegará desde Hispanoamérica, de la mano de Rubén Darío con el Modernismo, un movimiento que supone para nuestra lírica la mayor revolución métrica y formal desde el Renacimiento.
Este movimiento artístico, fruto de la crisis espiritual del siglo XX, surgirá con una clara voluntad de innovación, destacando el individualismo y el cosmopolitismo que representa París. Se caracterizará, además, por la evasión en el espacio y el tiempo, la riqueza léxica, la adjetivación y los efectos sensoriales (como la sinestesia), así como por la renovación métrica y la búsqueda de la elegancia y de lo aristocrático, representado en cisnes, pavos reales, rosas, joyas, princesas…
Autores Fundamentales del Modernismo Hispanoamericano y Español
La figura más sobresaliente fue Rubén Darío con una obra en la que se distinguen dos etapas:
- Una de culto a la forma (Azul…, Prosas profanas).
- Otra con una poesía más profunda y personal (Cantos de vida y esperanza).
En España, el Modernismo no fructifica de forma tan exuberante como lo hace allende los mares. Aunque son bastantes los seguidores de Rubén Darío, pronto esa poesía formal y voluptuosa evolucionará a formas más sencillas e intimistas, donde se deja notar la influencia de Bécquer. Aquí destacan dos autores fundamentales:
1. Antonio Machado: Del Modernismo Español a la Poesía del 98
Modernismo español (Intimista)
El poeta expresa emociones íntimas y el dolor de los recuerdos. Para Machado es recurrente el tema del tiempo, pues a través de él transmite su emoción, y observamos que dialoga con símbolos del tiempo (la tarde, el agua…), y unido a él, el tema del sueño o el recuerdo, así como el tema del amor a través del recuerdo. El estilo de Machado en este momento es descriptivo y musical, mientras que la métrica típica es lo que se conoce como silva-romance. Obras de esta etapa son: Soledades y Soledades, Galerías. Otros poemas.
Poesía del 98
Machado evoluciona hacia posturas afines al 98, y es por ello que, en esta segunda etapa, manifiesta su preocupación por el pueblo castellano. Destacan tres temas:
- El paisaje (Castilla).
- Los hombres y la historia, vistos de forma objetiva y desgarrada, pero insertos en el tiempo (su gran tema): ayer pujante, hoy miserable, mañana de esperanza.
- Son frecuentes sus meditaciones sobre la soledad, la muerte, el tiempo, Dios… (sus temas de siempre).
Es una poesía breve y sentenciosa (poesía final). Hacemos mención, por supuesto, a Campos de Castilla (ediciones de 1912 y 1917) y Nuevas Canciones.
2. Juan Ramón Jiménez: De lo Sensitivo a lo Intelectual
Poesía sensitiva (hasta 1916-17)
Observamos dos momentos:
- Sus primeros libros de juventud, formados por poemas muy sencillos con pinceladas románticas y modernistas (Almas de violeta, Ninfeas).
- Su etapa modernista, en donde toca los temas típicos del movimiento: la belleza, el amor, la tristeza, las flores, las fuentes, pero de forma muy personal. Abundan los elementos sensoriales (el “amarillo”), la adjetivación brillante y las sinestesias (La soledad sonora, Sonetos espirituales).
Poesía intelectual (1916-36)
Hablamos ahora de una poesía “desnuda”, “pura”, dirigida a la minoría, acorde con los postulados del novecentismo, aunque la dificultad no está en el estilo, que es sencillo, con predominio del estilo nominal y la enumeración. Juan Ramón busca “el nombre exacto de las cosas” y aspira a expresar con exactitud las emociones y el instante. Incorpora elementos vanguardistas como el “collage” o el verso libre (Diario de un poeta recién casado, Eternidades).
Poesía suficiente o verdadera (a partir de 1936)
Se trata de una poesía cada vez más difícil (solo interesa la esencia del poema, su emoción). El poeta busca a Dios en la naturaleza y se funde con él (misticismo panteísta); además, abandona las formas tradicionales: el verso se hace casi prosa, imágenes, oxímoros… (Animal de fondo, Dios deseado y deseante).
Las Vanguardias
En la primera década del siglo XX surge una serie de movimientos que van a remover todos los cimientos del arte establecido. Muy intensos, pero de corta duración, estos “terremotos” artísticos o “ismos” suponen un proceso de ruptura y experimentación que, en conjunto, será recogido con el nombre de “vanguardias”.
Los principales movimientos de vanguardia fueron:
- Futurismo
- Cubismo
- Dadaísmo
- Ultraísmo
- Creacionismo (estos dos últimos de raíces hispánicas)
- Surrealismo (que merece un desarrollo más amplio debido a su trascendencia en el desarrollo de la literatura posterior).
El Surrealismo
Es la vanguardia más influyente. Propugna la liberación total del hombre de los impulsos reprimidos en el subconsciente; hay que acceder a una realidad más alta, a una superrealidad y, para ello, se tiene que llevar a cabo la liberación del lenguaje de los límites de la lógica, mediante la “escritura automática” o el “collage”. El surrealismo español libera la imagen y enriquece el lenguaje, pero con intención creadora consciente. En España, Juan Larrea fue su difusor.
La Poesía del Grupo Poético del 27: Etapas, Autores y Obras Representativos
A mediados de los años 20, un grupo de jóvenes autores, bajo el magisterio de Juan Ramón Jiménez y entusiasmados por las nuevas posibilidades que les ofrecen las vanguardias, llevará nuestra poesía a sus más altas cotas, nunca vistas desde el Siglo de Oro. Estos poetas, el grupo del 27, renuevan la poesía española mediante la asimilación de las vanguardias y el fervor y respeto a la tradición poética española, tanto culta como popular. De ahí que se considere esta época la edad de plata de nuestra literatura.
Origen y Características del Grupo del 27
En 1927, el Ateneo de Sevilla organiza un acto para conmemorar el tercer centenario de la muerte de Góngora. Allí se reúnen, entre otros: Rafael Alberti, Federico García Lorca, Jorge Guillén, Dámaso Alonso, Gerardo Diego… El año de este homenaje es el que sirve para dar nombre a un nutrido grupo de magníficos poetas.
Hay que decir que los estudios actuales están incluyendo en este grupo a otras integrantes y destacamos a un grupo de mujeres conocidas con el sobrenombre de “las Sinsombrero”: Concha Méndez, Ernestina de Champourcín, Josefina de la Torre y Carmen Conde.
Estos poetas formaron un grupo compacto porque les unió una estrecha amistad (se le ha llamado “generación de la amistad”). Convivieron muchos de ellos en la Residencia de Estudiantes de Madrid, participaron en actos comunes, como el homenaje a Góngora que hemos comentado, colaboraron en las mismas revistas (Litoral, Verso y prosa, Carmen, Lola…), procedían en su mayoría de una clase media, liberal y culta, con sólida formación universitaria, y participaron de forma activa en proyectos culturales en la Segunda República.
Los autores de este grupo comparten también ciertas características literarias, porque conjugan vanguardia y tradición, con un equilibrio entre:
- La poesía pura (deshumanizada) y una poesía más sentimental, humanizada (Salinas canta al amor, pero de forma conceptual).
- Lo culto y lo popular (romances y sonetos de Lorca o G. Diego; poemas populares y gongorinos de Alberti).
- Lo universal y lo español (andalucismo de Lorca en Romancero gitano frente a Poeta en Nueva York).
- La tradición y la innovación (admiran desde el poeta primitivo al escritor más vanguardista).
Etapas Evolutivas del Grupo del 27
En la evolución conjunta de estos poetas señalaremos tres grandes etapas (aunque no todos los poetas las cumplen en la misma medida ni al mismo tiempo):
a. Primera etapa. Inicios. (Hasta 1927, aproximadamente)
En esta etapa, las influencias en el grupo son muy diversas:
- Por un lado, la de Bécquer y el posmodernismo.
- Por otro, el magisterio de Juan Ramón Jiménez y su “poesía pura”, reforzado con el influjo de las vanguardias, que introdujo Ramón Gómez de la Serna.
- Por último, su admiración por los clásicos y su deseo de perfección formal los lleva a cultivar estrofas tradicionales.
Aunque pueda parecer que se trata de una poesía deshumanizada y hermética (por la audacia de muchas de sus metáforas) no lo es del todo, pues “lo humano” se percibe en la influencia de Bécquer y en su amor por la lírica popular.
Obras de esta etapa:
- “Vanguardistas”: Imagen, Fábula de Equis y Zeda (Gerardo Diego), Surtidor (Concha Méndez).
- “Neopopulares”: Marinero en tierra (Alberti), Romancero gitano (García Lorca).
- “Clásicas”: Égloga, elegía, oda (Cernuda), Cal y canto (Alberti).
b. Segunda etapa. Plenitud. (De 1927 a la Guerra Civil)
Esta etapa de plenitud coincide con la irrupción del surrealismo, y junto a él, con un proceso de rehumanización de la poesía, agotado ya el formalismo de la poesía pura. La liberación de la palabra, del verso (usan el verso libre y los versículos) y de la imagen les permite expresar los más hondos sentimientos humanos: el amor, el ansia de plenitud, las frustraciones, las inquietudes existenciales o sociales. Es una etapa de poesía trascendente, como se expone en el “Manifiesto por una poesía sin pureza”, publicado en la revista Caballo verde para la poesía, de Pablo Neruda.
Es un tiempo convulso (caída de la Dictadura y de la Monarquía, sucesos de la República) que trae nuevas inquietudes (sociales y políticas) a nuestros poetas, quienes, por lo general, se mostrarán partidarios de la República al estallar la guerra.
Algunas obras de esta etapa:
- La voz a ti debida, Razón de amor (Salinas).
- Cántico (Jorge Guillén).
- La destrucción o el amor, Espadas como labios (Aleixandre).
- Poeta en Nueva York, Sonetos del amor oscuro (Lorca).
- Sobre los ángeles, El poeta en la calle (Alberti).
- Los placeres prohibidos, Donde habite el olvido (Cernuda).
c. Tercera etapa. Disgregación tras la Guerra Civil
Lorca ha muerto, asesinado, en 1936; los demás —salvo Vicente Aleixandre, Dámaso Alonso y Gerardo Diego, entre ellos, y Josefina de la Torre y Carmen Conde, entre ellas— se exilian. El grupo se dispersa y cada cual sigue su rumbo, pero sin abandonar el camino de una poesía profundamente humana. En el exilio, es común en todos los poetas el tema de la patria perdida (en distintos tonos, aunque predomina el de la nostalgia). En España, la poesía deriva hacia un humanismo angustiado, de tonos existenciales.
Obras de esta etapa:
- Clamor (Jorge Guillén).
- Entre el clavel y la espada, Baladas y canciones del Paraná (Alberti).
- Las nubes, Desolación de la Quimera (Cernuda).
- Alondra de verdad (Gerardo Diego).
- Hijos de la ira (Dámaso Alonso).
- Sombra del paraíso (Vicente Aleixandre).
- Mujer sin edén (Carmen Conde).
Características concretas de algunos escritores del 27
- Pedro Salinas: Poesía depurada e “intelectual”, de formas muy sencillas, que usa para cantar a la amada. Utiliza métrica en versos cortos, silvas, sin rima.
- Jorge Guillén: Máximo representante en el grupo de la poesía pura, con un lenguaje elaborado y selecto. El tema central de su obra, que concibe como una unidad orgánica, es el canto amoroso a la vida: Aire nuestro.
- Dámaso Alonso: Sus primeros poemas tienen la influencia de Juan Ramón, pero alcanza la plenitud tras la Guerra Civil con una poesía existencial, “desarraigada”, en la que pregunta a Dios sin obtener respuesta.
- Vicente Aleixandre: El tema central de su poesía es el deseo de fusión del hombre con la naturaleza (panteísmo), que después se transformará en comunión y solidaridad con el resto de los hombres. Su poesía es de estilo surrealista, con bellas imágenes y hace uso del versículo. Premio Nobel.
- Rafael Alberti: Su poesía sigue tres líneas: neopopular, vanguardista-surrealista y poesía social y política.
- Federico García Lorca: Su obra fusiona tradición y vanguardia. Expresa la frustración y el destino trágico del hombre mediante símbolos y metáforas muy originales. Cultiva desde la poesía andalucista y popular a la surrealista. Usa desde el romance al verso libre, y canta como nadie al oprimido, a la soledad de la mujer, a su amado o al amigo torero muerto.
- Luis Cernuda: El tema central de su poesía es el amor insatisfecho, fruto del choque entre su deseo homosexual y la realidad, que lo prohíbe. Agrupa su obra con este título La realidad y el deseo. Su estilo es sencillo, con tono coloquial y conversacional, que influye en la poesía posterior. Usa el versículo.
- Concha Méndez: Evoluciona desde las vanguardias a una poesía humanizada por la experiencia del exilio y, finalmente, a la poesía última, con los temas de la vejez y de la nostalgia del pasado.
- Josefina de la Torre: Artista muy completa, que toca todas las artes. Obra poética no muy abundante, en la que trata temas como su tierra canaria, la maternidad o los recuerdos. Usa formas vanguardistas y clásicas.
- Carmen Conde: Obra poética muy extensa, con temas constantes como el amor y el erotismo, la sensualidad, etc., tratados a veces de forma ambigua, pues aluden a una mujer. Utiliza símbolos relacionados con el silencio y el deseo prohibido y oculto.
La Poesía desde 1939 a los Años 70: Tendencias, Autores y Obras Representativos
Para todos los géneros la Guerra Civil supone una fractura total con la literatura anterior. El panorama que encontramos es trágico. Federico García Lorca ha sido vilmente asesinado. Miguel Hernández morirá, encarcelado, en 1942. La gran mayoría de los poetas parten al exilio, desde Juan Ramón Jiménez hasta muchos de los integrantes del grupo poético del 27. Esos escritores, que configuran la “España transterrada”, siguen cultivando una poesía doloridamente humanizada.
Pero también están quienes se quedan, que plasmarán lo que sienten sobre todo por medio de revistas: en Garcilaso algunos reflejan a través de sus poemas un mundo ideal, arraigado en los valores y en la ideología del nuevo régimen; otros, sin embargo, mostrarán con los años su profunda angustia existencial por la situación que les ha tocado vivir, su desarraigo con esa España rota.
Tendencias en los Años Cuarenta
Miguel Hernández
Sirve como nexo entre la poesía anterior y posterior a 1939. Convierte lo cotidiano y humilde en poético. En su poesía aparecen los temas de la vida, el amor y la muerte. Usa la metáfora, la imagen y la comparación. (Perito en lunas. El rayo que no cesa. Cancionero y romancero de ausencias).
Poesía del Exilio
Es constante el tema de España: al principio, madre cruel, se reniega de ella; después aparece la añoranza y el deseo de volver. El poeta cuenta su experiencia de forma más lírica y personal. (Poetas del 27: Cernuda, Desolación de la quimera; León Felipe, España e hispanidad).
Poesía “Arraigada”
Destacan las revistas Escorial y Garcilaso. Se tiene una visión ideal y optimista del mundo. Es característico el formalismo clasicista en cuanto a métrica, temas y formas clásicas (sonetos). Se hace patente el deseo de armonía, orden, claridad. Sencillez. La religión, la patria, el amor, la naturaleza son temas constantes. Se trata de una poesía intimista. (Dionisio Ridruejo: Cuadernos de Rusia. José García Nieto: Poesía. Luis Rosales: La casa encendida).
Poesía “Desarraigada”
Revista Espadaña. Los poetas pertenecientes a esta tendencia reflejan una visión pesimista de la vida y del mundo, y utilizan para ello un lenguaje seco, directo, imágenes irracionales, ruptura sintáctica, exclamaciones, interrogaciones. Además, es frecuente el empleo del verso libre y los versículos. La religiosidad angustiada, existencial es tema recurrente. (Dámaso Alonso: Hijos de la ira. Vicente Aleixandre: Sombra del paraíso. Ángela Figuera: Mujer de barro).
Postismo y Grupo Cántico
Revistas: Postismo, La Cerbatana, Cántico.
- Postismo: lenguaje vanguardista renovado, rompe con el formalismo, nuevos ritmos. (Carlos E. de Ory, Eduardo Chicharro, Ángel Crespo, Gloria Fuertes).
- Cántico: refinamiento formal, intimismo cultural, paganismo, influye Aleixandre. Ellos influyen en la poesía renovadora de los 70. (Ricardo Molina, Pablo García Baena).
Tendencias en los Años Cincuenta: La Poesía Social
En los años cincuenta, los poetas evolucionan; por un lado, los afines al régimen escriben un tipo de poesía más metafísica y profunda; por otro, los que han cultivado poesía existencial encuentran una vía de escape a su angustia a través del compromiso y la solidaridad con los demás: pasan del “yo” al “nosotros”. Es una poesía solidaria dirigida “a la inmensa mayoría”.
Este cambio produce una poesía social, que sirve como instrumento de denuncia de las injusticias sociales, marginación, paro y falta de libertad. El tema principal es España, pero también aparecen otros temas como los problemas cotidianos, el canto al compromiso y alusiones a la guerra, de la situación en que se encuentra España, el gran tema del momento. Se busca la utilidad de la poesía (“poesía herramienta”) y se emplea un lenguaje directo, sencillo, prosaico.
(Gabriel Celaya: Las cartas boca arriba, Cantos iberos. Blas de Otero: Pidola paz y la palabra, En castellano, Que trata de España. José Hierro: Quinta del 42, Cuanto sé de mí).
La Poesía Renovadora de los Años Sesenta
Nos vamos a los años 60 con lo que se conoce como poesía renovadora: Con el desarrollismo y el fin del aislamiento que trajeron consigo los sesenta, se inicia un leve proceso de apertura y, también, de renovación formal. La poesía social se sustituye por otra en la que no se abandona la crítica, pero se hace a través de procesos de distanciamiento, como el humor o la ironía. Además, se incorporan nuevos términos, desde coloquialismos hasta cultismos, y se abordan nuevos temas, tanto sociales como existenciales.
Se trata de un grupo de poetas con amistad entre ellos, son los “niños de la guerra”. Tienen influencia de la poesía social y de Machado (intimismo y experiencia personal). Poseen una sólida formación cultural. Apuestan por la renovación del lenguaje: elevan el tono coloquial a poético, incorporan cultismos, coloquialismos… Huyen del estilo exaltado y del tono prosaico. Es característico su estilo personal (conversación íntima con el lector). Temas: amistad, amor, trabajo, infancia y adolescencia idílicas… desde distintas perspectivas (irónica, escéptica, humorística…).
(Ángel González: Grado elemental, Tratado de urbanismo. Jaime Gil de Biedma: Las personas del verbo. José Ángel Valente: Poemas a Lázaro. M.ª Victoria Atencia: Ex libris. Claudio Rodríguez: El don de la ebriedad, Conjuros. Francisco Brines: Selección propia).
Los Novísimos en los Años Setenta
Finalizamos el tema en los años 70 con los “Novísimos”. Este proceso de renovación y la tímida apertura exterior que se estaba dando en el país son determinantes para que surja un grupo denominado los “novísimos”, que recoge los postulados de los poetas de Cántico y rompe definitivamente con la literatura social.
Llamados así por Nueve novísimos poetas españoles, antología de José M.ª Castellet. Rompen con el realismo de posguerra. Se inspiran en los medios de comunicación y en la cultura de masas. Adoptan formas vanguardistas (collage, escritura automática…). Experimentación elitista. Rechazan las formas tradicionales. Están inclinados hacia un esteticismo decadente, malditismo, refinamiento… Incorporan en sus poemas otras artes, la música, la historia… (culturalismo). Tienen influencia de la literatura europea y americana. Toman como guías el surrealismo, postismo, modernismo, Cernuda y poetas de los cincuenta.
Temas: los placeres sensoriales, el hedonismo y la belleza, el arte, la cultura y la historia, a veces, preocupaciones existenciales.
(Pere Gimferrer: Arde el mar, La muerte en Beverly Hills. Leopoldo M.ª Panero: Así se fundó Carnaby Street. Antonio Carvajal: Tigres en el jardín. José María Álvarez: Museo de cera. Guillermo Carnero: El sueño de Escipión. Jaime Siles, Manuel Vázquez Montalbán, Antonio Colinas, Luis Antonio de Villena, Ana María Moix).
