Contexto de Pío Baroja
Durante los siglos XIX y XX, España se encontraba en plena transformación política, social y económica, lo que generaba una situación inestable. Además, el país estaba atrasado en la industrialización y la educación en comparación con otros países europeos. Estos desequilibrios dieron lugar a la llamada crisis de fin de siglo. Uno de los sucesos más importantes fue el fin del imperio colonial español, que provocó una ola de indignación manifestada en la literatura a través de los escritores de la Generación del 98.
La Generación del 98 estaba formada por un grupo de autores que reaccionaron contra el Realismo y el Naturalismo precedentes, promoviendo una renovación en el arte. Se dividía en dos vertientes: la estética, que buscaba la belleza al margen de lo social, y la ética, cuyos miembros alzaron sus voces para sacar al país de la decadencia en la que se encontraba.
Pío Baroja fue uno de los autores más conocidos de aquella época. En sus obras narrativas se aprecia su visión pesimista de la realidad española, junto con su sensibilidad, humor y, a veces, ternura. Su estilo es dinámico, expresivo y sencillo.
Su obra más conocida es “El árbol de la ciencia”, escrita en 1911 pero ambientada en los años 1897-98. Como es propio de la Generación del 98, se puede apreciar una visión hostil y pesimista de la sociedad española, mostrando la injusticia social con el auge de la burguesía frente a la decadencia de las clases bajas. A través del tío del protagonista, se presenta el dilema filosófico racionalista de la época.
Contexto de Blas de Otero
El siglo XX fue conflictivo en España debido a la posguerra. En 1939 comenzó el franquismo, con su consecuente represión, encarcelamientos y asesinatos. Se prohibieron los partidos políticos y las injusticias eran comunes. A pesar de esta situación, la industria se desarrolló, pero la clase obrera, descontenta, organizó varias huelgas obreras y estudiantiles.
La angustia existencial por el paso de la vida y la muerte llevó a la gente a denunciar la situación en busca de un cambio social. En este contexto, el arte y la literatura evolucionaron como forma de denuncia, criticando la represión política y las injusticias sociales. Sin embargo, también existió la poesía arraigada, ajena a los problemas sociales, que cultivaba temas tradicionales con formas métricas clásicas. Hacia 1950 surgió la poesía social. También cabe mencionar la poesía desarraigada, que reflejaba la angustia del hombre en un mundo caótico, utilizando formas métricas más libres.
Blas de Otero fue uno de los autores más conocidos de la época. Su obra tuvo varias etapas. En la primera, de poesía existencial, publicó “Ángel fieramente humano”. En esta fase, escribió sobre temas metafísicos, amorosos y religiosos, acercándose al público.
En la segunda etapa, con “Pido la paz y la palabra” y “Que trata de España”, pasó del yo al nosotros, con actitudes de denuncia, crítica, solidaridad, anhelo de paz, esperanza y optimismo. Los temas principales fueron la preocupación social, la paz, la justicia y el sentimiento de amor y dolor hacia España. Su lenguaje se volvió más sencillo y asequible.
Finalmente, en su última etapa, el autor bilbaíno escribió sobre temas más íntimos, sin abandonar los temas sociales.
Contexto de Federico García Lorca
El siglo XX fue muy conflictivo en España debido a las guerras y la pérdida de las colonias. Además, se encontraba en pleno proceso de industrialización, con la consiguiente migración del campo a la ciudad y los problemas agrícolas. A pesar de todo, el analfabetismo se redujo gracias a la creación de escuelas, ferias de libros, la Residencia de Estudiantes y la Institución Libre de Enseñanza, entre otros.
En este contexto de conflictos económicos y sociales, el arte y la literatura evolucionaron. Surgió la Generación del 27, en homenaje a Góngora. En poesía, mezclaron la tradición con novedades, mostrando gusto por las metáforas, los símbolos, los versos libres y los tradicionales. Pasaron de una poesía libre, creativa y vanguardista a la poesía social.
Aunque la Generación del 27 se centró mayoritariamente en la poesía, el teatro también tuvo importancia, evolucionando de un teatro vanguardista a otro más comprometido.
Uno de los autores más importantes del teatro fue Federico García Lorca. El autor granadino creó el grupo de teatro universitario “La Barraca” y acercó el teatro a zonas rurales para sensibilizar al pueblo. Su teatro evolucionó a lo largo de los años. Primero, escribió sobre temas diversos, utilizando registros y estilos diferentes. Después, vino su época surrealista tras su estancia en Nueva York. Finalmente, empezó a relatar tragedias rurales ambientadas en Andalucía y protagonizadas por mujeres con deseos frustrados. Su obra más conocida, “La casa de Bernarda Alba”, pertenece a este último periodo.