Características Fundamentales del Género Narrativo
Dentro de los géneros en prosa, encontramos el género épico o narrativo. Narrar es contar lo que le ocurre a determinados individuos en un tiempo y espacio establecidos. Entre los géneros o subgéneros narrativos podemos encontrar:
- El cuento
- La novela
- La novela corta
- La fábula
- Los mitos
- Las leyendas
La narración literaria se caracteriza por la presencia de los siguientes elementos esenciales:
- Argumento
- Temática
- Narrador o enfoque narrativo
- Estructura
- Lenguaje
- Espacio
- Tiempo
- Tempo o ritmo narrativo
- Personajes
- Contexto
1. El Argumento
Es el resumen de la historia narrada.
2. El Tema o la Temática
Se refiere a los asuntos esenciales que se plantean y se expresa sintéticamente mediante un sintagma nominal.
3. El Narrador o Enfoque Narrativo
Es la técnica, enfoque o punto de vista desde el que se cuenta la historia. No es, por lo tanto, el autor o “persona de carne y hueso”, sino una técnica para hacer llegar la historia al lector. El enfoque narrativo puede hacerse en primera, segunda o tercera persona, o incluso desde una perspectiva múltiple, combinando diversos enfoques (perspectivismo).
a) El Narrador en Primera Persona
Participa en la historia que cuenta; es decir, es un personaje de la obra. Este puede ser protagonista, si es el personaje principal, o testigo si cuenta lo que le ocurre a otros. Un ejemplo de narrador protagonista aparece en “La familia de Pascual Duarte”, pues es el propio protagonista el que cuenta su vida. En “San Manuel Bueno, Mártir”, la narradora, también en primera persona, es además un personaje testigo. El enfoque desde la primera persona es siempre subjetivo. En los ejemplos citados tenemos también un tipo de narrador llamado editor, que dice dar a conocer (editar o publicar) las memorias del narrador en primera persona (en la citada obra de Unamuno el papel de narrador editor lo desempeña el propio autor).
b) El Narrador en Segunda Persona
Se da con escasa frecuencia. Al narrar mediante un tú, se provoca una cierta empatía o complicidad entre narrador y lector.
c) El Narrador en Tercera Persona
No participa en la historia que cuenta; está fuera de la historia. Generalmente, este tipo de narrador es omnisciente; es decir, sabe todo lo que hacen, piensan y sienten los personajes. Además, puede expresar su opinión y valorar subjetivamente. Es el narrador más frecuente en “El árbol de la ciencia” de Pío Baroja.
4. La Estructura Narrativa
La estructura de la obra narrativa puede ser externa e interna. La externa está visiblemente organizada en capítulos, secuencias (como en “San Manuel Bueno, Mártir”), párrafos, etc. La estructura interna se refiere a la disposición interna de la acción narrativa y puede ser cerrada o abierta. La estructura es cerrada cuando presenta las siguientes fases:
- Presentación
- Desarrollo
- Nudo o conflicto
- Clímax (momento de máxima tensión)
- Desenlace
Si esta serie no se da en este orden o el desenlace se halla ausente, hablamos de estructura abierta. Un ejemplo de estructura cerrada sería “El árbol de la ciencia” y más próxima a la estructura abierta sería “La verdad sobre el caso Savolta”, “La colmena”, de C.J. Cela o la citada obra de Unamuno.
5. El Lenguaje
En cuanto al lenguaje, distinguiremos el lenguaje del narrador y el de los personajes; la utilización de recursos expresivos, su grado de complejidad. El lenguaje revela también la forma de ser del personaje y su origen sociocultural (como, por ejemplo, en “La familia de Pascual Duarte” o en la obra de Unamuno).
6. El Espacio
Depende del tema (futurista, de ciencia ficción, de terror…) y del estilo del relato. Los espacios pueden ser interiores y exteriores, objetivos y subjetivos o románticos, realistas, mágicos, simbólicos, reflejos de una época… Un ejemplo de espacio simbólico es el de Valverde de Lucerna, con su montaña y su lago como representaciones de la espiritualidad y el anhelo de inmortalidad.
7. El Tiempo
El tiempo en la narración puede seguir un orden cronológico o lineal o puede sufrir alteraciones o “saltos”, como ocurre en “La verdad sobre el caso Savolta”. Hay que distinguir el tiempo en que la acción se sitúa (por ejemplo, la España de finales del XIX y primeros del XX en “El árbol de la ciencia” o en “San Manuel Bueno, Mártir”), del tiempo como duración de los acontecimientos narrados. También cabe hablar de la vivencia subjetiva del tiempo, como la que expresa Ángela Carballino al evocar los años con Don Manuel Bueno.
8. El Tempo o Ritmo Narrativo
Puede ser lento o rápido. Los diálogos, monólogos y descripciones ralentizan el relato, mientras que los verbos de acción lo aceleran. Por ejemplo, las reflexiones, recuerdos, anécdotas, diálogos que cuentan y mantienen entre sí los personajes de “San Manuel Bueno, Mártir” producen, pese a la brevedad de la novela, un tempo narrativo lento en el que apenas pasan cosas.
9. Los Personajes
Pueden clasificarse en principales y secundarios, protagonistas y antagonistas (opuestos a los anteriores), planos y redondos (o de psicología fácil o compleja, como ocurre con Don Manuel Bueno). Se caracterizan por su apariencia física y, sobre todo, por su forma de ser y actuar.
10. El Contexto
Así, para poder entender bien “La verdad sobre el caso Savolta” habría que considerar la situación de la España, y más concretamente, la de la Barcelona de los años del pistolerismo (1917-20), de gran conflictividad sociolaboral. Para poder entender a fondo la obra de Unamuno, habría que conocer sus inquietudes y su agonismo religioso y existencial; algunos episodios de su biografía, como la profunda crisis personal vivida en 1897; el contexto literario en el que se inscribe la originalidad de sus novelas o “nivolas” y el ambiente político, ideológico y sociocultural de la época del momento.