La lírica desde 1975

la narrativa desde los años 70 a nuestros días

En los años 70 se sigue escribiendo novela experimental, con una estructura en secuencias, con ruptura temporal y punto de vista múltiple, de lenguaje culto y sintaxi compleja. A partir de 1975, muere Franco , la democracia y el aislamiento tradicional español se abre un nuevo periodo para la narrativa. También hay un auge de los grupos de comunicación de masas que acaba por mercantilizarse. Los excesos experimentales empezaron a suavizarse antes de 1975 con autores como TORRENTE BALLESTER, con su novela La saga/fuga, mezclando lo mágico, lo real, mítico…. Y EDUARDO MENDOZA el experimentalismo y la recuperación de la intriga y el relato tradicional La verdad sobre el caso Savolta. Las novelas de esta época vuelven al relato tradicional y la historia interesante, predomina un sentimiento de descanto, una visión irónica, también hay una gran influencia de los medios de comunicación de masas y una vuelta al estilo realista. Los autores mas destacados son narradores de posguerra renovados, como CAMILO CELA, Miguel Delibes, GONZALO TORRENTE BALLESTER, Juan MARSE, CARMEN Martín, GOYTISOLO… Entre los años 80 y 90 surgen novelistas nuevos, y destacan: 1. Novela histórica. Recupera a viejos maestros como Robert Graves, M. Yourcenar, Gore Vidal o Umberto Eco. Se trata de un tipo de novela de gran precisión histórica que obliga al novelista a documentarse sobre el período, acontecimientos y personajes sobre los que pretende novelar, ejemplos las novelas de Pérez Reverté, El capitán Alatriste.


Metanovela. El narrador reflexiona sobre los aspectos teóricos de la novela que suele trasladar a la ficción como tema o motivo del relato. Algunos ejemplos: La orilla oscura, de José Mª Merino; Juegos de la edad tardía, de Luis Landero, o El vano ayer, de Isaac Rosa.

Novela lírica. El valor esencial es la calidad técnica con que está escrita, la búsqueda de la perfección formal: La lluvia amarilla, de Julio Llamazares, La fuente de la edad, de Luis Mateo Díez, o El lápiz del carpintero, de Manuel Rivas, se adscriben a ella.

novela neorrealista: destaca Delibes y Luis Mateo Díez conocidos a finales de los años 90 como generacoin X que se caracterizan x una visión desencantada de la vida, con protagonistas muy jóvenes y con presencia de la violencia.

novela lírica: tmbn llamada poematica x su aprecio x el poema en prosa. Acceso a la experiencia. Destacan Julio llamazares, y Javier marías.

novela policíaca: casi siempre influida por la novela y el cine negro americano


El teatro en los años 40 y 50. El impacto de la Guerra Civil sobre el género teatral fue muy importante. A la muerte y exilio de autores, directores y actores, se le sumó el aumento de presiones comerciales que afectan al teatro desde 1939.En los años 50 se escribe un teatro realista y comprometido en el que la censura impidió su representación. El teatro de los años 40 desde el punto de vista de las representaciones teatrales:  El teatro cómico  El teatro histórico-político  Desde el punto de vista de la creación dramática:  El drama burgués  El teatro de humor El autor más importante fue Miguel Mihura (1905-1977)

El teatro realista de protesta y denuncia. Temas: abordan problemas de obreros o gente humilde. Predominio del Realismo: se imitan espacios cotidianos y el lenguaje se esfuerza por reproducir el habla correspondiente a las distintasclases sociales. Antonio Buero Vallejo es el dramaturgo más importante durante el período franquista. Su género preferido es la tragedia. El dialogo ocupa un papel importante. Los aspectos espectaculares también son importantes. Algunas obras imp:

1949.- «Historia de un escalera» 1949.- «Las palabras en la arena» 1950.- «En la ardiente oscuridad»

 El teatro desde los años 60 hasta la actualidad. Surge un movimiento de renovación caracterizado por un acercamiento a las corrientes renovadoras. Tras el final de la dictadura, el teatro experimentó una crisis importante. En las últimas décadas, los apoyos institucionales han garantizado la supervivencia del teatro.

Hay nuevas formas de expresión dramática. Surgen los grupos de teatro independiente.Carácterísticas: Creación colectiva de la obra.
Escasa valoración del texto. Enfoques críticos que no selimitan a lo político y a losocial. La ruptura de las convenciones escénicas de espacio y tiempo.

El teatro desde 1975. Dos tendencias en el teatro español: la primera consistíó en montar obras de autores consagrados; la segunda se propónía recobrar los textos silenciados del pasado. El público no asimila los cambios, abandona los teatros y rechaza los montajes vanguardistas.Como reacción se regresa aun tipo de teatro más convencional. Entre los autores destacados seencuentran:Entre los principales autores que lo cultivan con éxito destacan José María Pemán, José Ignacio Luca de Tena, Víctor Ruiz Iriarte. José López Rubio, Claudio de la Torre, Alfonso Paso y Joaquín Calvo Sotelo

Tendencias del teatro actual El teatro de compañías institucionales. El teatro comercial. El teatro de humor. Los nuevos autores. La abundancia de grupos teatrales. El teatro musical.


LA LÍRICA La lírica es el género literario del que se sirven los poetas para transmitir sus vivencias más íntimas: los sentimientos, emociones o sensaciones que les producen las personas, los elementos de la naturaleza, los acontecimientos o los objetos: la amada (o amado), el mar, la muerte de un amigo, un monumento, etc. Se llama género lírico porque en la antigua Grecia este género se cantaba y se acompañaba de un instrumento llamado lira. Su forma más habitual es el verso y la primera persona.

CarácterÍSTICAS DE LA LÍRICA 1) La poesía lírica es el género que afirma con mayor claridad el carácter específico de la literatura, su distancia respecto del lenguaje cotidiano. La poesía es artificio, es decir, arte y oficio del poeta. Gracias a su habilidad con las palabras, los poetas logran que sintamos con ellos, que aprendamos a relacionarnos con el mundo y con nuestras propias emociones. La poesía busca expresar con palabras imborrables un pensamiento o una experiencia.

2) En comparación con la narrativa y el teatro, que son géneros dinámicos en los que dominan la acción y la peripecia, la lírica es una manifestación mucho más estática. Los poemas no suelen “contar” nada, no presentan un verdadero desarrollo argumental, por lo que el tiempo importa muy poco.

3) A la lírica no se le exige verosimilitud. Su terreno no es ese, sino el de las emociones: el poema pretende, ante todo, transmitir un determinado estado de ánimo.

4) La lírica apuesta siempre por reducir su espacio de expresión en busca de una mayor concentración y densidad emotivas.

 5) Otro rasgo consustancial a la lírica es la inmediatez. El lector se siente en contacto directo con el mensaje del poema, con los sentimientos de que habla.

6) La lírica suele presentar una voz que habla como si no hubiera testigo, como si se encontrara a solas consigo misma. El poema vive la contradicción de difundir lo más íntimo; es decir, la lírica convierte la experiencia privada en experiencia pública. Para lograrlo, le basta al poeta con crear una voz que hable en el poema: como un actor. En cada poema, el poeta (sujeto lírico) construye una voz que habla por él, pero que no necesariamente expresa lo que el autor siente en ese momento. El poema es, en definitiva, un artificio verbal creado para buscar la complicidad del lector y permanecer en su memoria, y todos los recursos que emplea el autor se orientan a ese objetivo.

Los recursos más importantes de la poesía lírica son: a) La métrica: La organización de un poema se percibe claramente en la métrica y en el empleo de sus unidades básicas: – el verso: grupo de palabras de extensión determinada; – la estrofa: agrupación de versos; – la rima: asonante o consonante; – el ritmo: conseguido al repartir sabiamente los acentos. B) Las figuras retóricas: En el plano léxico-semántico el patrón dominante es la búsqueda de palabras poco gastadas por el uso cotidiano.


Lírica 70 A NUESTROS Días. Los autores pertenecientes a esta promoción se sienten lejanos de la Guerra Civil y sus consecuencias, por lo que van olvidando paulatinamente los temas sociales y emprenden la búsqueda de nuevos caminos para la poesía. Otra vez se fija la mirada en los autores del 27, especialmente en aquellos que cultivaron el Surrealismo en su obra: Aleixandre, Lorca. Estos poetas huyen del Realismo y emprenden una búsqueda que les llevará al tratamiento de temas como el amor, el escepticismo, los motivos culturales o la libertad creativa. En 1970 se produce un hecho cultural de vital importancia para fijar cuáles son los autores más destacados que se circunscriben a esta generación: José María Castellet publica una antología poética titulada Nueve novísimos poetas españoles. En ella aparecen: Vázquez Montalbán, Félix de Azúa, Pedro Gimferrer, Ana María Moix, Vicente Molina Foix, Guillermo Carnero, Leopoldo María Panero, José María Álvarez y Antonio Martínez Sarrión, los cuales serán considerados desde ese mismo momento como los abanderados principales de las nuevas tendencias poéticas. Éstas se basan en la atención que prestan a la pintura, la música, la arquitectura, la literatura de otros países o al movimiento modernista capitaneado setenta años antes por Rubén Darío. Incorporan elementos surrealistas en sus poemas y prestan una gran atención a los medios de comunicación de masas –cine, televisión, cómic–. Es la poesía de la sociedad capitalista de consumo, a la que critican duramente. Los primeros libros llegan a finales de los años sesenta: Arde el mar (1966) de Pedro Gimferrer y Dibujo de la muerte (1967) de Guillermo Carnero abren el camino para el resto de poetas. Rompen con la cultura tradicional e incorporan en sus poemas un gran número de motivos culturales, lo cual les ha valido el sobrenombre de culturalistas. Manuel Vázquez Montalbán (Barcelona, 1939-2003) Representa la renovación de la poesía de los setenta. Desde la publicación de Una educación sentimental (1967) hasta Praga (1982) no cesa de evolucionar en cuanto a los temas, los motivos y las formas poéticas. En 1973 publica dos de sus obras poéticas más importantes: Coplas a la muerte de mi tía Daniela y A la sombra de las muchachas en flor. Reúne toda su obra poética en Memoria y deseo (1986). Posteriormente publica Pero el viajero que huye (1990). Pedro Gimferrer (Barcelona, 1945) Es uno de los mejores representantes de la poesía culturalista cultivada por los poetas novísimos. En 1966 publica su primera obra, Arde el mar, con la que obtiene el Premio Nacional de Poesía con sólo 21 años. La muerte en Beverly Hills (1968) es su obra más reconocida, en la que destaca la gran influencia del cine sobre el autor. Reúne sus poesías en español en Poemas (1963-1969). Desde 1985 es miembro de la Real Academia Española. Guillermo Carnero (Valencia, 1947) Debido a su sólida formación intelectual y a la continua introducción de motivos culturales en sus poemas, Carnero representa la tendencia culturalista de los autores novísimos. Tanto él como Pedro Gimferrer han sido calificados como poetas venecianos por su esteticismo y su cuidado de la elaboración poética. Entre sus obras destacan: Dibujo de la muerte (1967), El sueño de Escipión (1971), El azar objetivo (1975) y Verano inglés (1999), con el que obtiene los premios Nacional de Poesía y Nacional de la Crítica, ambos en 2000.


El fragmento pertenece a la obra “Los girasoles ciegos” del autor Alberto Méndez, que recoge cuatro intensos relatos unidos entre sí por un fino hilo temático, que se observa en la relación que se crea entre los personajes y el transcurso de la obra. El primer relato está relacionado con el tercero, ya que el principal personaje de relato con que se inicia la obra, el Capitán Alegría, aparece ( ya no como personaje principal ) posteriormente en el tercero; y los personajes del segundo cuento aparecen también en el cuarto relato, en cuanto al parentesco de los personajes de este último cuento. En el texto se observa un diálogo entre Ricardo, personaje que vive escondido en su propia casa por ser opositor y perseguido del régimen franquista, a consecuencia de la victoria de este bando en la Guerra Civil. De otro lado , Elena, su esposa, intenta sobrellevar la situación y siempre en atención a su hijo, Lorenzo. Es destacable en este diálogo cómo se ve reflejado uno de los temas principales del cuarto relato, la vida oculta y es que, como se observa en la pregunta que hace Ricardo en la línea dos del fragmento: “¿Beber es lo que me está matando?”. Deja al descubierto sus sentimientos de vacío por la vida que no le queda más remedio que vivir, la vida oculta, escondido de todos y de todo. Y es que, ¿consiste vivir en pasar tus días encerrado en un viejo armario de tu propia casa? ¿es eso vida? Obviamente, eso más que vida es una huida continua, huida del mundo en el que vives, de la gente que te rodea, una continua huida de ti mismo. Esta vida oculta desemboca en otro tema central de esta obra y en concreto de este fragmento, y ese tema es el miedo. El miedo que produce vivir escondido, a oscuras, el miedo a cometer un error que pueda ser la causa de la propia muerte, el miedo que produce la restricción de la propia libertad. Así, se observa en el texto en la línea 14ª y 15ª del mismo: “escondidos el uno en el otro hablaron de miedo […], de la necesidad de no caer en el desánimo”. Y esa vida oculta que intentaba sobrellevar Ricardo no hacía otra cosa sino recordarle que era un vencido. Vencido por el vencedor por el que también fue derrotado el Capitán Alegría en el primer relato, tan vencido como Juan Senra en el tercer cuento de la obra. Pero el sentimiento de derrota de Ricardo no equivale a sentirse simplemente vencido por haber pertenecido al bando que había perdido la guerra, como se observa en el texto en la línea 16º: “no por haber perdido una guerra que ya estaba perdida el día en que empezó, es otra cosa”. Y es que lo que a él le hacia sentirse un vencido era el miedo que le causaba expresar sus ideas, pensar, sí, pensar es lo que no podía, no mientras que no pensara como el bando vencedor. La profunda represión de libertad que sentía hace que se vea envuelto en un sistema del que reniega por no poder pensar libremente y es cuando dice: “Es que alguien quiera matarme no por lo que he hecho, sino por lo que pienso… y lo que es peor, si quiero pensar lo que pienso, tendré que desear que mueran otros por lo que piensan ellos” (línea18º y 19º del texto). Así queda reflejado el tema clave de la obra y de los cuatro relatos, LA Guerra Civil DESDE LA DERROTA. Una derrota vista desde distintos ángulos, distintos personajes, pero que terminaron en el mismo punto. Y es que, ¿acaso se puede concebir una victoria a costa de tanto sufrimiento humano? ¿una victoria conseguida utilizando la muerte como arma principal? Lo peor de todo es que por mucho que luchen unos cuantos esto es lo que ha pasado en el mundo real y lo que, desgraciadamente, pasa hoy y seguirá pasando.
Estamos ante un texto narrativo de carácter literario perteneciente a la obra Crónica de una muerte anunciada, del escritor y periodista colombiano Gabriel García Márquez, publicada en 1981. García Márquez es el autor más influyente del denominado boom de la narrativa hispanoamericana y la obra que nos ocupa una de las manifestaciones más tardías del mismo, dada su fecha de publicación. Crónica de una muerte anunciada, escrita con un estilo semiperiodístico está basada en un suceso real de amor y venganza: todo gira en torno a la muerte “anunciada” del joven Santiago Nasar a manos de los gemelos Vicario, pues la hermana de estos, Ángela, les ha confesado que Santiago es el causante de su deshonra. La originalidad fundamental de la obra radica en que el lector, pese al desenmascaramiento inicial del desenlace trágico mantiene la intriga durante todo el relato.
El texto que vamos a comentar, que es el inicio de la novela comienza anunciando el desenlace: “El día que lo iban a matar…” y a continuación indaga sobre el estado de Santiago Nasar la mañana de su muerte: se había levantado temprano para ir a ver al obispo, había soñado con árboles y pájaros y se encontraba con cierto malestar seguramente por la juerga de la noche pasada en la boda de Ángela Vicario, a pesar de lo cual consideró que era un día hermoso. Conviene saber que en el texto seleccionado aparecen los dos hechos históricos que enmarcan la tragedia de Santiago: la llegada del obispo en buque y la boda de Ángela Vicario con Bayardo San ROMán. El pueblo estaba en un ambiente festivo por ambos motivos y este clima de festividad remarca aún más la tragedia. Resumo muy brevemente el texto y explico algunos detalles del mismo a la luz del argumento general de la obra. • Anuncio de la muerte (crónica) • Los dos hechos que enmarcan la tragedia: visita del obispo y la obra de Ángela Vicario. La temática fundamental del texto seleccionado es la interpretación fallida de los sueños de Santiago por parte de su madre, Plácida Linero, a pesar de que tenía una reputación muy bien ganada de intérprete certera de los sueños ajenos, siempre que se los contaran en ayunas. Este hecho es muy importante a la luz del argumento general de la novela: El asesinato de Santiago tiene lugar gracias a una serie de factores nefastos encadenados (nadie le avisa a Santiago de la intención de los Vicario ¡a pesar de que estos lo van publicando por todo el pueblo!, el cura no interviene por estar ocupado con la visita del obispo, su propia madre le cierra la puerta creyendo que estaba dentro…) La fallida interpretación de los sueños de Santiago es el primero de estos eslabones nefastos: su madre no percibe el peligro del sueño.

La novela hispanoamericana en la segunda mitad del Siglo XX  ha sido considerada comoun hecho luminoso en el arte narrativo. La crítica distingue tres momentos: el Realismo tradicional, el Realismo mágico y el experimentalismo. Dejando aparte el primero, la novela que se produce en la segunda mitad está revestida de lo mágico y de lo que se ha denominado novela experimental. Con ambos términos se llega a lo existencial y a la innovación formal. 
La mejor narrativa se ha asociado al “Realismo mágico” como superación del denominado Realismo. Se comenzó en los años cincuenta, como resultado de enlazar ideología y estética para reproducir una realidad en la que se aúnan historia, mito y naturaleza. El término llegó a llamarse “real maravilloso” que abarca las dualidades tradición-modernidad y culturalismo-vanguadia, en la que caben regionalismo, indigenismo.

La llamada “generación del boom” de la década de los sesenta, sobre todo, en Europa alcanza éxitos desproporcionados, de ahí que también se extendiera a la generación anterior y a los que comenzaban en estos años. Pero no todo fue asombroso, tuvo también sus sombras. No todas las novelas hispanoamericanas rayaron la perfección novelesca, hubo también hojarasca, pero  el adjetivo luminoso quedó para la posteridad.

Entre los años iniciales de los cincuenta y primeros de los años sesenta se produce el llamado “boom”, personificado en Cien años de soledad (1967), de García Márquez, en la que lo mágico se impone al aunar religión, naturaleza, magia, violencia, historia, humor.

Los autores que más se han significado son Miguel Ángel Asturias con El señor Presidente (1946), Los ojos de los enterrados (1960). 
Alejo Carpentier con Los pasos perdidos (1953), El siglo de las luces (1962). 
Jorge Luis Borges, El Aleph (1949), El libro de la arena (1975).
Juan Rulfo, Pedro Páramo (1955), El llano en llamas ( 1953). 
Ernesto Sábato, Sobre héroes y tumbas (1961). 
Julio Cortázar, Rayuela (1963). 
Carlos Fuentes, La muerte de Artemio Cruz (1962), La regíón más trasparente (1986), Cambio de piel (1967)

Cristóbal Nonato (1987), Diana (1994), Geografía de la novela ((1993), Terra nostra (1975), Los años con Laura Díaz (1999), La silla del ágüila (2003). 
García Márquez, Cien años de soledad (1967), El coronel no tiene quien le escriba (1961), El otoño del Patriarca (1975), Crónica de una muerte anunciada (1981).
Vargas Llosa, La ciudad y los perros (1962), Conversación en la catedral ( 1969).

Al escribir del cuento hispanoamericano, dos autores: 

J. Cortázar y J.L. Borges

Las tendencias cuentísticas son realistas, fantásticas y mágicas. A veces, se complemntan las tres. El recuerdo de  J. L. Borgesdebe inundar nuestra mente, y por encima de todos El Aleph, en el que la trama cuentística está constituida por las repetidas entrevistas que el escritor mantiene con Carlos Argentino Daneri, tras la muerte de Beatriz Viterbo.

En cuanto a Julio Cortázar, comenzó su andadura literaria en la poesía, pronto se reveló como un destacado cuentista. En el relato breve nos sumerge en las preocupaciones que luego tratará de una forma más detenida en sus novelas. Su primer libro de cuentos fue  Bestiario (1951). Después vendrían Las armas secretas (1959), Historia de cronopios y de famas (1962),Octaedro (1974), Alguien que anda por ahí (1977), Un tal Lucas (1979).

Recordamos La increíble y triste historia de la cándida Eréndida y de su abuela desalmada de García Márquez.
Y cuentos deJuan Carlos Onetti el título Cuentos completos. Y, cómo no, la singular maestría cuentística de Mario Benedetti en Los pocillos, La noche de los feos, Los astros y vos, Ganas de embromar, La vecina orilla,  entre otros.

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