Literatura Española del Siglo XX
Modernismo y Generación del 98
Alejandro Casona, con un teatro poético y educativo, y Miguel Mihura, que anticipa el teatro del absurdo en Tres sombreros de copa. Esta etapa supone una renovación profunda en todos los géneros, marcada por la crítica social y el conflicto existencial.
Novecentismo y Generación del 14
Durante el Novecentismo y la Generación del 14, surge una literatura racionalista, intelectual y alejada del sentimentalismo modernista. José Ortega y Gasset impulsa un arte puro y una élite cultural que guíe a la sociedad, destacando por su teoría de la razón vital. Ramón Gómez de la Serna introduce las vanguardias con sus greguerías, mientras que Eugenio D’Ors promueve un clasicismo optimista. Ramón Pérez de Ayala escribe novelas con crítica moral y social, como AMDG o Tigre Juan. Gabriel Miró desarrolla un estilo barroco y sensorial para retratar una España estancada. Juan Ramón Jiménez evoluciona desde una poesía sensitiva a otra más intelectual y pura, en busca de la belleza esencial, destacando obras como Diario de un poeta recién casado y Platero y yo.
Literatura de Posguerra
La literatura española de posguerra refleja el dolor, la censura y la represión tras la Guerra Civil.
- Narrativa: Evoluciona desde el tremendismo, con autores como Camilo José Cela, hacia un realismo social comprometido en los años 50, representado por Rafael Sánchez Ferlosio.
- Poesía: Evoluciona desde la poesía arraigada y desarraigada de los años 40, hasta una poesía más comprometida socialmente en los 50, con autores como Blas de Otero.
- Teatro: Domina un estilo conservador, pero autores como Antonio Buero Vallejo y Alfonso Sastre logran introducir crítica social.
A pesar de la censura, estos escritores transmiten el sufrimiento y las injusticias de la época. Su obra es testimonio de una generación marcada por la guerra y la dictadura.
Tras la Guerra Civil, la literatura española experimentó una profunda transformación.
- Poesía: Surgen tres tendencias: la arraigada (Luis Rosales), la desarraigada (Dámaso Alonso) y la poesía social (Blas de Otero).
- Narrativa: En los 40 predomina la novela existencial y tremendista (Camilo José Cela). En los 50, aparece la novela social (Ignacio Aldecoa, Carmen Martín Gaite). En los 60 se produce una renovación formal con la novela experimental.
- Teatro: La censura limita la creación, pero destacan figuras como Antonio Buero Vallejo, que utiliza el simbolismo para sortearla.
En resumen, la literatura de posguerra refleja las tensiones políticas, sociales y existenciales de una España en reconstrucción.
Historia de una escalera de Antonio Buero Vallejo
Historia de una escalera, estrenada en 1949, es una obra clave del teatro español de posguerra. Ambientada en la escalera de un edificio humilde, retrata la vida de varias familias a lo largo de treinta años. La escalera simboliza el estancamiento social y la rutina. El primer acto presenta a Fernando y Carmina, cuyo amor se ve frustrado por su situación económica. Ambos forman familias con otras personas, arrastrando frustración. El segundo acto, diez años después, refleja el fracaso de sus sueños. El tercer acto muestra a sus hijos repitiendo el mismo patrón. La obra refleja la transmisión de la pobreza y la falta de expectativas, con temas como la frustración vital, la resignación y la herencia social. Buero Vallejo denuncia una sociedad cerrada que impide el progreso personal, utilizando un estilo realista y una estructura simbólica con gran profundidad psicológica. La obra combina crítica social con emociones humanas universales.
La casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca
La casa de Bernarda Alba, escrita en 1936, narra la historia de Bernarda, quien impone un luto de ocho años a sus cinco hijas. El hogar familiar simboliza represión y encierro. Las hijas, especialmente Adela, sufren la tiranía materna y luchan por su libertad. La tensión se centra en Pepe el Romano, prometido de Angustias pero deseado por Adela. El conflicto entre deseo y represión culmina en el suicidio de Adela. La obra critica la sociedad patriarcal, la represión femenina y el peso de las apariencias. Lorca utiliza un lenguaje poético y simbólico para reflejar la opresión de la mujer. Bernarda representa el orden social rígido; Adela, la rebeldía y la libertad truncada.